miércoles, 8 de julio de 2009

CHARADA (1963), de Stanley Donen

A veces encontramos a alguien que sostiene una máscara tras una máscara. Y realmente nos quedamos sorprendidos porque, según van cayendo, cada máscara nos gusta más que la anterior y nos enamoramos de todas ellas porque, al fin y al cabo, un hombre puede ser un enigma que no acaba nunca por resolverse y una mujer, una bonita melodía que no sabe cuál es su compás. Al fondo, París...con su enorme diapasón en forma de torre, sus incomparables nocturnidades, sus encantos navegados por el Sena, sus mercados ambulantes, rodeados de flores, de misterios, de marionetas que juegan a pegarse para deleite de los niños y premonición de los adultos. París y su permanente abrazo del que es tan difícil desasirse. París y ese color que tienen las cosas cuando se miran a través del más divertido encanto vestido bajo una ducha. Una simple caricia a una mujer. Una envidia nada escondida a un hombre. Eso es toda una charada.
Stanley Donen dirigió esta película como homenaje al estilo inimitable de Alfred Hitchcock y le salió una obra maestra que tiene el mismo aroma del champagne recién descorchado. Sus dos primeras burbujas son Cary Grant y Audrey Hepburn y el cosquilleo en la nariz lo pone una pléyade de actores seguros y tenebrosos como Walter Matthau, James Coburn o George Kennedy. Con una música tan inolvidable como la de Henry Mancini de fondo...yo no le pido más a una intriga llevada con un pulso milimétrico, con sus dosis de humor, con su máscara tras la máscara... Y es que el encanto es pura distinción desde el mismo momento en que un niño enchufa a Cary Grant con su pistola de agua en pleno rostro. Sin embargo, el peligro acecha detrás de cada columna, unos hombres quieren algo y nadie sabe exactamente qué es. Unas naranjas nos ponen la carcajada y nos inquieta profundamente la muerte que ronda bajo un disfraz respetable. Absolutamente todo es delicioso en esta película. No hay un plano de más, no hay un diálogo despreciable, no hay una sobreactuación, no hay nada más que cine y del bueno, del mejor, del etiqueta negra.
Y el caso es que me gustaría guardar en mi ingenio la suficiente imaginación como para transmitir, a través de la escritura, todas las sensaciones que me produce esta película. Pero no, por más que busco, por más que borro y rehago las frases, no lo consigo. Quizá sea una señal de que es una historia irrepetible y de que cualquier cosa mediocre se queda muy empequeñecida a su lado. El caso es que es un gran instante para ponernos esa media sonrisa que racaneamos con avidez, acomodarnos en el sofá y disfrutar con algo que está tan bien hecho que no se me ocurren palabras para acercarles un poco más a una noche de luces y suavidad, a un pequeño hotel con paredes de papel muy antiguo y puertas verdes, a una ciudad que forma parte del mismo espíritu de los protagonistas. Y me van a perdonar ya pero es que tengo que mandar el artículo con sello de urgencia.

30 comentarios:

Anónimo dijo...

No me gusta el champagne, pero París me enamora y esta película me encanta. Me gustan los puestos de tarjetas antiguas, sellos y demás que bordean el Sena. Me gustan los bailes en los que hay que sostener una naranja entre mi barbilla y la del hombre que sabe hacerme reir. Como me hace reir el estornudo de un hombre en medio de un velatorio. Me gusta una cena sobre las aguas del Sena y mirar a la parejas besarse mientras un foco las va a alumbrando.
Me gustan las pistolas de agua y me gusta que hayas escrito sobre esta película.
Aunque todo sea una charada.

Gema

César Bardés dijo...

Bienvenidos sean los enigmas, sean cuales sean.

Anónimo dijo...

Antes de conocer Paris ya me había fascinado, la culpa es de Audrey Hepburn (que también me presentó Roma), y Stanley Donen, que junto a Fred Astaire me lo mostraron en esa delicia llamada "Una cara con angel". Luego, mucho más tarde, en los Renoir pille un reestreno de "Charada" y me quedé rendido, porque entendí lo de la ciudad del amor. En ese paseo por el Sena mientras un mentiroso encantador te envuelve en trampas y falsedades, mientras las luces se dirigen a los abrazoss oscuros de las parejas, mientras la noche nos abriga y huele a seducción en cada frase pronunciada y en las miradas que dicen más que lo que nuestros labios callan...sólo hay una posibilidad, humedecer los labios y besarse...
Grant tenía 25 años más que la Hepburn y se nota, el es un sesentón y ella una jovencita madura de 34...sin embargo, hay mucha química entre ellos y las multiples personalidades de Cary no hacen más que convertirlo en más interesante, en más divertido, en más imprevisible. Frente a eso, no hay quien pueda evitar quedar fascinado. Ella esta radiante, divertida, pizpireta, locuaz y elegante y arrebatadora...sólo Grant puede ser capaz de cerrar una puerta que comunica con la habitación de esa tentación..., claro que no hay galán que pueda resistir la llamada de auxilio de una dama en apuros, y un grito basta para volver a atraparnos en la simpatia contagiosa, en la dulzura de su sonrisa.

Adoro Charada porque es una película mágica, es imposible no terminar de verla sin sonreir, sin querer viajar a Paris, sin querer besar a Audrey, sin querer ser Grant, o viceversa.
Hay un momento en que te da igual lo que se cuente, estas atrapado en el juego y no quieres que acabe, como un acertijo disfrutas resolviendolo y descifrando pistas...

Años más tarde, Donen haría "Arabesco" en un intento de repetir formula, la película es estimable, la Loren y Peck son interesantes, guapos, inteligentes, elegantes y divertidos. En este caso es ella la que miente, se quita y se pone mil máscaras y Peck el que ha de aceptar cada una de sus mentiras...Londres es la ciudad...y nada es lo mismo.

Gracias Wins.

César Bardés dijo...

Audrey y París parecen sinónimos de almas que pasean con la brisa. Grant es tan elegante que da igual la edad que tenga. Aquí él no estaba nada convencido de hacer la película, precisamente por la diferencia de edad y, de hecho, la divertidísima escena de la ducha no la quería hacer bajo ningún modo porque no le veía la gracia. Dicen que Donen tuvo que ponerse de rodillas para suplicarle que la hiciera. Es muy a propósito sacar a colación "Una cara con ángel"...Audrey es París...pero también el ojo de Donen sabía retratar París de una forma que creo que ningún otro lo ha conseguido. Sabía dibujarnos sus encantos y sus atractivos pero también sus rincones oscuros de belleza, sus sombras acechantes en medio de las luces de bohemia, sus noches de misterio impregnadas de charadas, enigmas y ángeles. Hay que reconocer que el brillantísimo guión de Peter Stone ayuda mucho. Pero no, "Charada" es algo irrepetible porque, una vez, unos cuantos tipos con tanta clase como cine, decidieron hacer una película juntos.
Gracias a los dos, Gema y Carpet, por el comentario

dexter dijo...

A mí me gustaría recordar que Audrey también es París por Sabrina. Poco guapa y elegante que volvía ella a casa de los Larabee después de haber pasado su temporadita en la ciudad de la luz. Por cierto que según tengo entendido tío Billy ofreció el papel de Linnus a Cary Grant, pero que éste lo rechazó y finalmente fue a parar a manos de Humprhey.
Grande Donnen, grandes Audrey y Cary, gran peli Charada, gran post, Mr Wins.

César Bardés dijo...

Bien visto, Dex. Sí, uno de los viejos sueños de Billy Wilder era trabajar con Cary Grant. Incluso decía que tenía un argumento pintiparado para hacer con él. Se trataba de una villa en plena Edad Media. Los hombres se han ido a la guerra y han dejado a todas sus mujeres con el cinturón de castidad puesto. Sólo queda un hombre en el pueblo (evidentemente, Cary Grant). Por pura casualidad, resulta que es el herrero del pueblo...
Linus hubiera sido muy diferente con Grant pero con Bogart, a pesar de las grandes diferencias que tuvo con él, Wilder supo hacer una película que era muy elegante, acorde con el estilo Bogart por encima del estilo que él había imaginado con Grant. Qué grande era Wilder. Probablemente, el mejor.
Donen, uno de los últimos que aún nos quedan. Aún le recuerdo abrazando a ese Oscar y cantando "Heaven, I´m in heaven, and my heart beats so that I can hardly speak..."

dexter dijo...

Pues sí que hubiera gustado de ver esa película de Wilder con Grant. Resulta extraño que nunca trabajaran juntos. También, a pesar de que Bogart está brillante, hubiese gustado ver a Grant y a Hepburn juntos en Sabrina. Wilder no pudo trabajar con Audrey y Cary, pero al menos sí pudo hacerlo con aquella y con Gary. En Ariane, una deliciosa comedia romántica que por cierto también transcurre en París.
Ah, París y el cine, que gran tema que diría aquél. Y es que la ciudad de la luz no sólo os ha atraido a vosotros sino también a Hollywood desde el principio de los tiempos. Ya en los locos años 20, Chaplin situó en la capital francesa la acción de su primer drama, Una mujer de París, con ese título lo raro hubiese sido situarlo en otro sitio. París era el símbolo del lujo y el glamour. También lo sería en la década siguiente. En un ejercicio quizá de nostalgia, los directores europeos emigrados a Hollywood no dudaron en convertir a la ciudad francesa en un escenario mítico. Allí transcurrieron historias como Ninotchka o Medianoche, historias de auténtico ensueño cuando paradójicamente la ciudad estaba a punto de adentrarse en la pesadilla de la guerra.
Y estalló la Guerra. Y París pasó a convertirse en el símbolo de la libertad y la resistencia contra la barbarie. La película más representativa en este aspecto se rodaría años más tarde, se llamaría ¿Arde París? y contaría con un megareparto de megaestrellas y una inolvidable partitura de Maurice Jarre. Y en un tono más intimista pero también con la crueldad de la guerra de fondo, la preciosa historia que recrea La última vez que vi Paris con una también preciosa Liz Taylor.
Pero la negrura de la guerra no impidió que París siguiera siendo la ciudad del color. Años antes había llegado Vincente Minelli con su paleta y había dibujado ese lienzo maravilloso llamado Un americano en París. Y tío Billy que ya había visitado París en las citadas Sabrina o Ariane volvió a hacerlo con una historia que transcurría íntegramente en las calles de la ciudad y narraba el imposible amor entre un atolondrado gendarme y una cándida prostituta, Irma la dulce.
En los últimos años, el cine se ha encargado de volver a darle a París su dimensión de ciudad de la luz, el amor y los sueños. Paris vuelve ser escenario de la alta comedia en por ejemplo la para un servidor muy reivindicable French Kiss de Lawrence Kasdam. 0 en ese entrañable homenaje de Woody en Todos dicen I love you. Aunque también puede ser el escenario ideal para perderse con Harrison Ford en una inquietante y frenética aventura ante la atenta mirada de Roman Polanski. En fin, seguro que son muchas más las películas norteamericanas que tienen como escenario esta maravillosa ciudad, más de las que he podido reunir en este precipitado repaso. Lo que está claro es que para quienes amamos el cine, siempre nos quedará París.

Anónimo dijo...

Que gran transversal sobre Paris Dex. Y estoy de acuerdo contigo en la reivindicación de "French Kiss", la verdad es que Kasdam es de lo más recomendable por lo general y sin embargo no terminamos de auparle al grupo de los directores de Champions League, sin duda porque apreciamos más su faceta guionista que la de realizador.
Volviendo a París, no se donde leí que es la ciudad que más rodajes tiene del mundo, llegué a leer que hasta 10 al día. Desde luego es la ciudad escenario más maravillosa de la tierra (al menos de las que conozco que son mas de 8).
Si me permites voy a ampliar la lista con algún título aunque los que has mencionado son absolutamente imprescindibles.
Habría que comentar que las gárgolas de NotreDamme han acompañado a Lon Chaney, Charles Laughton o Antonhy Quin en las diferentes versiones de "El jorobado de Notredamme" aunque pocas veces habrán visto algo más bello que el rostro de Gina Logobrigida transformado en Esmeralda. No hay forma de evitar recordar a Quasimodo cuando subes a lo alto de NotreDame.
También cuando se visita París uno empieza a fantasear con la mantequilla y sus diversos usos, aunque en el fondo uno comprenda el aislamiento, la incomprensión, la soledad que puede haber incluso en el disfrute de los placeres, sexo sin preguntas en el mejor escenario posible "El último tango en Paris".
Y podríamos hablar de la distorsión de colores que supone la, para mi, empalagosa Amelia o de la distorsión de no aprovechar tan magnifico escenario para hacer algo más pasable ese aburridísimo “Código da Vinci”.
Y finalmente no podemos olvidar a un asesino a sueldo escrupulosamente frío que es contratado para asesinar a De Gaulle, un retrato de Fred Zimenman intencionadamente inexpresivo y que utiliza Paris como contexto histórico en “Chacal”, una magnifica película.

Abrazos Carpet.

Anónimo dijo...

Por cierto, y como broma cachonda, pones en google "peliculas Paris" y te aparecen un montón de páginas sobre las películas de Paris Hilton...todo un símbolo de nuestros tiempos.
Ah y antes olvidé mencionar dos películas con París pero no en París que tambien las hay : "París, Texas" de Wenders y "Paris-Tombuctú" de Berlanga.

Carpet.

dexter dijo...

Es verdad, también tiene narices que la actriz que más se asocia con París - ciudad- en el cine actual sea la pavisosa de Audrey Tatou. Y que lo sea por esas insustanciateces que son El código Da Vinci y Amelie. Por cierto, que el transversal era sobre París visto por Hollywood y esta última es franchuta cien por cien. Porque si nos ponemos así, yo te digo que Los cuatrocientos golpes y es que ni se te ocurra toserme, chaval.

Anónimo dijo...

Cof, cof...(mil perdones)

M.I. dijo...

Voy a completar "la transversal" sin toser. (lo cual será difícil porque me he vuelto a constipar).
Lo hago con dos películas recientes que sorprenden gratamente: Antes del amanecer y Antes del atardecer. Se pueden resumir en contra-reloj para enamorarse. Según mi marido, además, la protagonista es terriblemente parecida a mí: no calla.
Y ahora, algo que siempre he querido hacer: decir por qué me gusta tanto, tanto Amelie.
Con tu permiso, César, fíjate que no hablo de análisis cinematográfico, sino que digo "por qué me gusta tanto", porque me la voy a llevar al terreno personal.

Me gusta porque yo también meto las manos en los montones de lentejas y de garbanzos de los súper-mercados cuando sé que no me miran (sé de alguien que lo ha heredado de mí).

Me gusta porque, en miles de ocasiones, he sabido qué contestar ante una injusticia (como si un apuntador me lo estuviera diciendo); pero, por cuestiones más de edad que de educación, no me atreví a gritar: "¡¡¡hasta una alcochofa tiene corazón!!!".

Me gusta porque me siento bien -muy bien- cuando consigo ser útil a los demás.

Me gusta porque siento la necesidad de meterme en las vidas ajenas que encuentro en una cajita de objetos personales. Indagar y recrear el pasado.

Me gusta porque cuando estoy en una cafetería esperando a alguien que se retrasa, no puedo evitar empezar a fantasear sobre qué le habrá ocurrido. Comenzando por teorías reales, posibles, factibles; siempre termino en conclusiones absurdas.

Me gusta porque soy tan rara, tan increíble como la propia Amelie.

Me encanta esa película.

dexter dijo...

¿Antes del amanecer no transcurría en Viena? atjo, atjo atjo

M.I. dijo...

No lo sé, no la he visto.
Quédate con Antes del Atardecer, que ésa sí que la he visto, y sí que está rodada en París.
Mira, otra: Ratatouille.

De todas maneras, Antes del Amanecer puede valer, por ser francesa su protagonista (cof, cof, cof). Fíjate en Un Americano en París... que no está rodada en París y la dimos por válida.

dexter dijo...

Ayss, no lo intentes arreglar que ahora voy yo y te digo Matrimonio de conveniencia que pasa en Nueva York, pero total como su prota es francés...

M.I. dijo...

Pues yo no te digo nada, porque todas las películas con alusiones a París, que transcurren en un París de decorados, y que no han sido rodadas en París, ya las has dicho tú. Si valían.... vale to.

César Bardés dijo...

Bueno, falto un día por motivos ineludibles y me encuentro el blog lleno de comentarios nuevos. Buen transversal sobre París y muy a propósito esa reivindicación sobre "French kiss" una pelicula muy estimable, una comedia romántica de las de antes, aunque visto lo visto, el pobre Kevin Kline goza de muy mala fama y a mí me parece un actor simplemente maravilloso pero será que tengo el mirar atravesado.
Hablando de París habría que ver a Lubitsch, maestro de Wilder, en varias de sus películas, empeñado en volver una y otra vez a París. Desde "Un ladrón en la alcoba" hasta "La viuda alegre", o esa maravilla, homenajeada por Coppola en "Tetro", que es "Las zapatillas rojas" de los ineludibles y muy poco reivindicados Michael Powell y Emeric Pressburger. O el París que nos dibuja Jean Renoir en "La regla del juego" aunque luego huya al campo para airear un poco los chismes sobre la alta sociedad. O el París inventado pero soberbiamente recreado por Alexandre Trauner, por aquel entonces trabajando bajo seudónimo y miembro de la resistencia francesa, en "Los niños del Paraíso", de Marcel Carné; o el París tantas veces retratado de manera tan fresca y tan cercana como lo hizo François Truffaut, no sólo en "Los cuatrocientos golpes" sino en "Tirar sobre el pianista" o "Vivamente el domingo". Soberbio también Louis Malle en su obra maestra "Ascensor para el cadalso"; el París que tanto le gusta a Carpet de digitalización y cartoncillo de "Moulin Rouge"; o el que me gusta a mí tan lleno de color y de bohemia de "Moulin Rouge" (no, no me he vuelto loco; el París que sale, misterioso y lleno de peligros, en "Marathon Man" con Roy Scheider de figura central; el París que retrata, una ciudad de luz habitada por ciegos, el cineasta Jim Jarmusch en "Noche en la Tierra"; o ese París tan decimonónico y tan extraordinariamente recreado en "París bajos fondos", de Jacques Becker; o escenario sublime de una de las mejores películas de cine negro de todos los tiempos como es "Rififí", de Jules Dassin; o a punto de conseguir la liberación mientras los generales se pelean y un simple Mayor intenta esclarecer un crimen terrible en "La noche de los generales", de Anatole Litvak; o el París que ciega nuestros ojos para inundarnos de humo y distorsionar nuestra visión a través de un vaso lleno de hielo y música en "Alrededor de la medianoche", de Bertrand Tavernier; o el que derrocha acción a raudales y se convierte en puro cine de acción rodado por un anciano de más de setenta años en la maravillosa "Ronin", de John Frankenheimer; o el París loco de los años veinte, mitad teatro, mitad hambre, mitad hombre y mitad mujer de la estupenda "Victor o Victoria", de Blake Edwards; o ese París que nos cuenta la vida de los músicos que emigran a Europa porque en Estados Unidos nadie quiere escucharles y se convierte en una promesa de éxito en "Un día volveré", con Paul Newman y Sidney Poitier. París es un inmenso plató cinematográfico...tan inmenso que ya lo vemos en pantalla y nos parece un escenario normal y es altura y ensueño en nuestra imaginación.
En cuanto a Kasdan, tienes razón, Carpet. Es un hombre que ha hecho estupendas películas como "Fuego en el cuerpo", "Reencuentro", "Silverado", "French kiss", "Mumford" o la para mí divertidísima "Te amaré hasta que te mate"...sin embargo quizá sus fracasos han sido demasiado grandes contando con un estupendo material de partida como "Wyatt Earp" o "El cazador de sueños" (terrible, terrible...hasta no parece un guión de Goldman y una dirección de Kasdan).
Me voy a París un rato, luego vuelvo. Nos vemos en Montparnasse, 18.

Anónimo dijo...

Si, si, lo de "El cazador de sueños" es terrible, no tanto Wyatt Earp que es una película fallida a secas, pero nada comparable al desproposito de "Dreamcatcher" donde hasta Morgan Freeman se pringó, quien sabe porqué.
Y claro, no has mencionado esa maravillosa "Gran Canyon" cuyo post espearmos como aguan en mayo. Ni" El turista accidental", película que fue muy valorada por la crítica en su día pero que a mi me aburre sobre manera. Incluso me hizo coger un poco de manía a Willian Hurt.

En cuanto a Kline también me parece un actor deliciosamente elegante y muy reivindicable. Con tres o cuatro personajes imprescindibles para los amantes del cine. El despreocupado e insolidario que agradecido a quien le salvó comienza a ver el mundo de una manera muy distinta de "Gran Canyon", el irascible, violento y celoso ladrón de "Un pez llamado Wanda", el mas claro ejemplo de elefante en una cacharreria. El sinvergüenza seductor ladronzuelo de la propia "French Kiss" (en esta peli si me falla algo es Meg Ryan que me agota con sus muecas de chiquilla simpática). El profesor gay que desconocia su condición de la divertida "In and Out" y el cole Porter de "De Lovely".
Podría haber mencionado "La tormenta de hielo" pero es que no me gusta mucho esa peli.(no es de zombies, ni na).
Ah y reivindico una pequeña película casi de sobremesa "Emperor´s club", puestos a ver películas de profesores con metodos propios me encanta esta muestra de profesores que enseñan sobre todo valores.

Carpet.

M.I. dijo...

Lástima que el hijo de Kasdan no siga sus pasos, a pesar de que se nos vendió hasta la saciedad que ya asistía a los rodajes con 6 años y ayudaba a su padre con 10.
Ahí está (que diría César) una pesadilla llamada "Entre Mujeres" de mal guión y peor dirección.

Por otra parte, alucino con el criterio que tenéis para catalogar comedias románticas. Si os gusta, resulta que es "de las de antes". No veo yo tan buena French Kiss.

M.I. dijo...

El cazador de sueños es (en resultados) una especie de Inteligencia Artificial. Con un arranque sorprendente, pierde fuelle, y termina siendo una solemne tontería.
Es ahí donde los responsables tienen que desprenderse, en muchos casos, del original literario para dar un giro a la historia. No hacerlo, desemboca en este tipo de desatinos.
En I.A., por ejemplo, Stanley Kubrick tenía previsto terminar en el momento en el que el niño es abandonado. Nos habría ahorrado el lamentable espectáculo del hada azul y de la mamá extraterrestre con que nos torturó Spielberg.
Una probable revisión del cazador de sueños (historia interesante) podría pasar por ese punto.

César Bardés dijo...

Tienes toda la razón, Carpet. Olvido imperdonable el de "Grand Canyon" y sí, tengo un artículo pendiente sobre esta película aunque no niego tener un cierto reparo a la hora de abordarla porque se me derrama por los límites de las páginas cual tinta china volcada. En cuanto a "El turista accidental" estoy totalmente de acuerdo con tu valoración. Fue muy apreciada por la crítica en su día y a mí me pareció un piedrolo del 23. ^
Por otro lado, querida M.I, yo alucino con tu falta de referencias clásicas para poder decir con propiedad que "French Kiss" la consideramos "de las de antes" por el mero hecho de que "nos gusta". No cuesta ningún trabajo encontrar muchas referencias a Lubitsch, y menos aún el imaginar en esa película a Claudette Colbert y Clark Gable haciendo de las suyas, por ejemplo. No alucines tanto, que yo tampoco alucino.
En cualquier caso, es evidente que Kubrick no es Kasdan y que Kubrick cogió el material de Stephen King en "El resplandor", por ejemplo, y lo hizo algo mucho más cercano y, por ende, más terrorífico. En la novela de King, por ejemplo, hay arbustos que hablan y se mueven en el laberinto y Kubrick lo suprimió porque los consideraba ridículos, de ahí surgió el legendario enfado de King con Kubrick, diciendo que lo que había rodado el director no era su novela. El contrato de Kubrick incluía que, pasados quince años desde la fecha del estreno, se dejaran libres los derechos y, por eso, Mick Garris hizo una versión para televisión mucho más ajustada al concepto del libro de King, que yo alquilé en su día en un videoclub ya quebrado. No hace falta decir quién hizo la mejor versión, claro.
Esto lo digo nada más para ilustrar el ejemplo del creador frente al original literario, algo que Kasdan no se atrevió a hacer con "El cazador de sueños", película que, en el cine Conde Duque de Madrid, llegó a levantar hasta risas cuando el protagonista llega a hablar con una pistola usándola como teléfono.

dexter dijo...

Vaya, pues a mí sí que me gustó El turista accidental y no poco además. No sé, quizá es porque me siento identificado con ese William Hurt más raro que un perro a cuadros, porque me enamoro de Geena Davis cada vez que la veo aparecer o porque comprendo perfectamente las razones de la pobre Katheleen Turner. No es una película fácil y en cambio consigue que los personajes me calen hondo. No sé si será una recomendación baldía pero os invito a leer la novela de Ann Tyler en la que está basada que a mí me pareció excelente.
En cualquier caso, no es la peli de Kasdam que más me gusta. Gran Canyon me conmueve hasta las lágrimas. Sí es cierto que Kasdam no está en la Champions League de los directores actuales. Pero el hecho de que tenga en su haber cosas tan dispares y como ha quedado evidente aquí tan reivindicables como French Kiss, Te amaré hasta que te mate - suscribo Wins- o Silverado o Reencuentro - no habéis hablado de ellas pero ahí están- bien merece un puesto en la UEFA. Y al menos que su faceta de realizador se considere pareja a su labor de guionista.
En cuanto a Kevin Kline, pues que queréis que os diga, es una de mis debilidades. En Gran Canyon me hizo hasta llorar el muy cabr...Hace poco estuve a punto de batirme en duelo con alguien que osó decir que su Oscar por Wanda era el más injusto de la historia. Qué pena que no le sacara más partido al personaje de Cole Porter en la semifallida De Lovely, que pese a todos los peros que se le puedan poner, ocupa un lugar destacado en mi dvdteca.

César Bardés dijo...

Comprendo perfectamente tu argumentación sobre "El turista accidental", Dex. Es más, es bastante convincente. En su día se valoró mucho la neutralidad tan contenida de William Hurt en ese personaje. De todas formas, creo que la película es morosa y carece de ritmo y se puede contar lo mismo pero más incisivamente.
Kevin Kline es un actor todo terreno que es capaz de sacar todo el jugo a un personaje absolutamente desbocado como Otto (no olvidemos, ocho en italiano) en "Un pez llamado Wanda", como conmovernos hasta las lágrimas, tal y como hace en "Grand Canyon" o en "Reencuentro". Además, esto lo sabe muy poca gente, su formación, además de musical (demostrada en "De Lovely" ya que él cantaba y tocaba el piano), es shakesperiana y ha hecho verdaderas joyas en teatro (aún se recuerda un "Hamlet" que hizo en Broadway allá por los ochenta y que dijeron que, después de Olivier, era el mejor que se había puesto en escena). Yo creo que su Oscar por "Un pez llamado Wanda" es merecidísimo, aunque claro, estoy seguro que quien te dijo eso era "fan" de River Phoenix, que aquel año estuvo nominado por "Un lugar en ninguna parte". No digo que River Phoenix fuera malo (ahí está su actuación junto a Kevin Kline en la maravillosa "Te amaré hasta que te mate") pero aún le quedaba mucho, pero mucho por demostrar. Kline está bien hasta de pistolero...Phoenix me temo que no.

Anónimo dijo...

No me menciones a Phoenix, que si lo juntamos con King, nos encontramos con "Cuenta conmigo" y ahí si que me pierdo...y de ahí a Rob Reiner y a "La princesa prometida" y a "Cuando Harry encontro a Sally" (otra vez la Ryan) o "Misery" o "Algunos hombres buenos" o...¿Reiner también para la UEFA?.

No se Phoenix de pistolero, fijate a Di Caprio o la Stone en esa cosa llamada "Rapida y mortal"...jejeje hasta Russell Crowe de cura y de pistiolero...lo que hay que ver.

Estoy de acuerdo con el Oscar de Kline de 1988, y si nos ponemos a protestar...Protesto por el de Geena Davis en "El turista accidental" ese año cuando se lo debió haber lelvado (pa mi gusto) la maravillosa Michelle Pfeiffer de "Las amistades peligrosas".

Carpet, el nostalgico (¿será que en los 80 tambien se haciía mejor cine que ahora?)

César Bardés dijo...

Hombre, es que precisamente las mejores novelas de King adaptadas al cine son precisamente las que no son de terror. Ahí tienes no sólo "Cuenta conmigo", excelente película, sino "Cadena perpetua" o, incluso, "La milla verde", muy vilipendiada por algunos. Sólo Kubrick ha sabido lo que se hacía con King en el género de terror, e hizo una auténtica película de terror.
Totalmente de acuerdo con tu valoración también sobre el Oscar negado una y otra vez a Michelle Pfeiffer y que tendría que haber ganado con la excelente "Las amistades peligrosas", de Stephen Frears. Muy acertado, nostálgico mío.
Y sí, Rob Reiner siempre me ha gustado aunque también haya patinado en películas como "Un muchacho llamado Norte" o "Historia de lo nuestro". Reiner es un director muy sabio (es hijo de director) que ha hecho un cine muy bueno y que también merece estar en la UEFA de los directores vivos y en activo, sí.

dexter dijo...

A ver que a la UEFA sólo pueden ir 2 y a este paso tenemos overboocking. Que al final hasta meteremos a Ron Howard y tampoco es plan.
Bueno lo de Michelle Pfeiffer. La verdadera canallada a la pobre se la hicieron al año siguiente cuando después de haberlo ganado todo con Los fabulosos Baker Boys - una peli que sencillamente A DO RO- la dejaron compuesta y sin Oscar. Yo dije aquello de "si no sé lo han dado por ésta, ya no se lo darán nunca". Y parece que estoy en el camino de acertar. Por cierto leí no sé donde que ha vuelto a rodar con Frears en la última de éste.

César Bardés dijo...

Hombre, Rob Reiner creo que ha tenido una carrera bastante más coherente que Ron Howard (que sigo diciendo que su película más personal es "Desaparecidos") y tiene una mayor iniciativa a la hora de abordar una historia.
En cuanto a lo de Michelle Pfeiffer...yo aún espero que le den algún día un Oscar, pero a la mejor actriz. Frears la ha dirigido (ya está terminada) en "Chéri", basada en las novelas de Colette y nuevamente con un guión de Christopher Hampton. Mucho melodrama...pero quizá por ahí...

M.I. dijo...

¿Mi falta de referencias clásicas?
French Kiss tiene el corte de todas las comedias románticas de su época. El mismo.
Dicho de otra manera:
-Le falta un toque de elegancia.
-Le falta un toque de delicadeza
-Le falta un toque de ironía
-Le falta un toque de sutileza
Vamos, que con todas esas faltas, no veo el toque Lubitsch.

Lo siento, pero no, no veo el toque Lubitsch.

Es lo mismo que esa reivindicación absurda de supuesta "comedia clásica" de La boda de mi mejor amigo. ¿Con cuál tengo que comparar ésta, con la novia era él de Hawks?. Venga, hombre....

César Bardés dijo...

si tu no ves elegancia, ironía, sutileza y delicadeza en "French kiss" es que no has visto bien la película. El diseño de los personajes es excepcional. Kevin Kline está sacado directamente del personaje de Herbert Marshall en "Un ladrón en la alcoba", no olvidemos que su personaje además de vinatero, es ladrón. El personaje de Timothy Hutton es el típico arribista que pretende sacar de río revuelvo ganancia de pescadores, muy parecido al Gary Cooper de "Una mujer para dos". Desentona Meg Ryan, que es una mujer totalmente alejada de la tentación que siempre propone Lubitsch, pero el ambiente es francés, la protagonista nunca ve la Torre Eiffel a pesar de que pasa varias veces a su lado, se pierde lo mejor de la vida porque es una mujer que siempre cierra la puerta cuando tiene que abrirla y tiene miedo a abrir lo que tiene permanentemente cerrado. El personaje de él es un farsante consumado, al igual que el Melvyn Douglas de "Ninotchka", un "bon vivant" que pretende hacer ver a la chica que no todo es amargura y que un buen trago de vino no viene mal de vez en cuando. "French kiss", casualmente, fue uno de mis primeros artículos en prensa y es uno de los pocos que sigue coincidiendo con mi forma de pensar. Yo sí veo a Lubitsch. Tal vez es porque he visto mucho, demasiado, Lubitsch. Evidentemente, este comentario me gustaría que no se sacara de contexto. Kasdan no consigue lo que Lubitsch sí hacía con creces, pero sí que intenta que "French kiss" tenga un aire de ironía, de elegancia, de sutileza y de delicadeza al mismo estilo que las comedias "de antes". Hale, a otra cosa.

M.I. dijo...

Pues sí, tienes razón.
Mi falta de referencias clásicas es la que no me permite ver bien la película.
Eso será.
Otra discusión estéril.
A otra cosa, sí.