Cuenta la leyenda que hubo mucha química durante el rodaje de esta película entre el director John Ford y Ava Gardner. El gran tuerto esperaba a una señorita remilgada que hiciera ascos a todo lo que significaba trabajar en plena jungla y se encontró con una mujer de extraordinario carácter, tan malhablada como él, que soportaba estoicamente y con una sonrisa sus, a menudo crueles bromas que coqueteaban peligrosamente con el más puro gamberrismo irlandés, que compartía pasiones etílicas con el director y que estaba encantada con los mosquitos, la humedad y el calor asfixiante que envolvían las tierras vírgenes. No hubo amor pero sí una mutua empatía porque, al fin y al cabo, Ava Gardner era una de esas mujeres fuertes que tan bien sabía retratar el espíritu fordiano.
Mientras ellos se divertían parece ser que sí hubo algo más que empatía entre Clark Gable y Grace Kelly durante la realización de este “remake” de Tierras de pasión, de Victor Fleming con el propio Gable repitiendo papel. En cualquier caso, la película no dejó de ser una obra de encargo para Ford pero, en ella, el avezado maestro supo introducir algunas de las constantes de su cine. Mujeres fuertes, fotografía rozando el paisaje lírico con el alma de la propia tierra, cruel y apartada, el heroísmo obligado y alguna que otra mirada de ternura en medio de un triángulo amoroso que, ahora sí, sin la censura del doblaje español de los años 50, alcanza toda su dimensión adúltera en los entresijos de una pasión prohibida que en época de dictadura se nos mostró con la inocencia de un parentesco para no herir a las mentes bienpensantes en uno de los mayores fraudes de la historia de la censura española.
Por otro lado, sin quitar mérito a la interpretación de un Clark Gable pletórico en su serena madurez, ni a la siempre destacable dirección de John Ford, hay que destacar la que es, posiblemente, la mejor interpretación de Ava Gardner en toda su carrera, robando protagonismo a la princesa Kelly, con una lección de sensualidad sugerida, como si fuera un volcán hirviendo del que no avistamos humo alguno pero que remueve nuestro interior un cierto deseo visceral mezclado con algunas gotas de pasión encerrada…y es que Mogambo, en swahili, significa “pasión”…así que pónganse ropa de cazador en la jungla, carguen los rifles y esperen a que aparezca la escondida sensación de que el sudor de su piel no sólo proviene de la jungla sino también de la excitación que provoca el deseo….
4 comentarios:
Alerta máxima (y no es el título de una peli de Steven Seagal, buen culo por cierto).
Alerta máxima.- Tu artículo de los Vikingos (EXCELENTE)
se publica hoy (mu bonito), y VA FIRMADO POR EL PERIÓDICO. No aparece tu nombre....
Vamos, que ya te digo yo que lo han hecho sin mala voluntad, que es que no dan más de sí, que ya está la redactora jefa dando voces por la llanura manchega... pero que lo sepas.
Gracias por la información. A veces me voy a...bueno, me callo porque soy un caballero. Gracias, ya he mandado un mail a la redactora-jefe
Noooooooooooooooooooooooooo!!!!, que ya les llamé yo a primera hora de la mañana para echarles la bronca. Con razón me llaman chivata y no quieren que vuelva, jajajaja.
Gracias, en cualquier caso. Entre unos y otros creo que hemos mareado a la pobre. Fe de erratas, fe de erratas, fe de erratas...
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