Si queréis escuchar el estupendo debate que sostuvimos en "La gran evasión" sobre "París, Texas", de Wim Wenders, podéis hacerlo aquí.
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¿Es duro Joe?
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Es tan duro que,
cuando duerme, las ovejitas le cuentan a él.
Y es que Joe no es un atracador
cualquiera. Es un tipo experimentado que se las sabe todas. Se las sabe todas
para escaparse de la ley pero también se las sabe todas para que la gente del
hampa no acabe por meterle una bala en la cabeza. Son muchos años de oficio, de
vérselas con gente que cree que el dinero da la autoridad para decidir sobre la
vida y la muerte. Y el único dueño de la vida de Joe es el propio Joe. Por
mucho que su mujer, Fran, crea que es mejor darle una lección. Por mucho que el
advenedizo de turno intente arrebatarle lo que Joe ha conseguido afanar a base
de esfuerzo, de trabajo y de pensárselo mucho. Son solo peones, Joe. El
verdadero juego está en la mente.
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El mundo se mueve
por el dinero.
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Yo creía que el
mundo se movía por amor.
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Sí…por amor…al
dinero…
Y Joe lo sabe bien porque el amor
es tan efímero como el tiempo en que dura el dinero en el bolsillo. La
honestidad, incluso en un oficio de ladrones, tiene que estar en alguna parte.
Por eso Joe se porta bien con la gente que trabaja con él y dan lo mejor de sí
mismos. Todo tiene que ser un puñetero mecanismo de relojería que viene
preparado de mucho tiempo atrás. Cada detalle es importante. Los descuidos son
el motivo de que las cosas se vayan por el sumidero. Hace barcos nuevos porque
es un armador cuidadoso pero de ninguna manera va a dar su propio barco. Ese no
porque es fácil de manejar. No hay que planearlo, hay que hacer que planee…Ese
es el concepto de la vida según Joe.
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¿No quieres
escuchar mis últimas palabras?
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Ya las he
escuchado.
Y es que Joe, cuando la ocasión
lo requiere, no tiene ningún problema en ser todo lo duro que sea necesario. Si
hay que disparar, se hace y luego se echa el cuerpo por la borda. Si hay que
mandar a su mujer para que seduzca el enemigo, se hace y punto. Cuando uno
trata de ser inteligente, no tiene que ser melindroso. La gente es lo primero,
lo segundo son las consideraciones personales. Y ningún mafioso confeccionador
de ropa le va a quitar algo que, por derecho es suyo. Es así de fácil. ¿No
paga? No hay problema, el próximo golpe no se reparte. Sobre todo si lo que
quiere Joe es retirarse. Bien merecido lo tiene. Ir con algo de oro a algún
lugar de la costa de Brasil y echarse al sol.
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¿Dónde está el
oro?
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En el corazón de
la pureza.
Y encima un poeta. Gene Hackman
no podía ser un intérprete mejor para los diálogos de David Mamet. Un último
golpe de gran actor. Una última trama de gran guionista y director. Vamos a
destruirlo todo, señores. No hay que dejar pistas. Solo el rastro de un corazón
que no existe, de un oro que siempre, siempre, se escapa.
2 comentarios:
Buenas César,
Hace ya unos años que la vi, pero la recuerdo demasiado 'piruestesca' para mal, como al servicio siempre de esa vuelta de tuerca, del más difícil todavía. A mi sinceramente no me llegó a convencer, César.
Otra cosa es su 'House of games', punzante ópera prima, donde pienso que plasmó certeramente el retrato hiperrealista de ese mundo de perdedores (diametralmente opuesto al de 'El golpe').Como me comentó un colega, Mamet posiblemente tomaría la idea de alguna novela negra de Jim Thompson, Elroy, etc. Acá la vuelta (o vueltas) de tuerca la veo menos impostada, más auténtica, y que deja ese regusto de juego diabólico, de juego dentro de otro juego.
Saludos.
Yo es que no tengo ningún problema con las vueltas de tuerca, no en vano, no he destacado en el artículo en ningún momento ese aspecto, sino la agudeza de unos diálogos que escasean en el cine moderno. A mí sí me llegó a convencer porque me creo la historia, me creo que Hackman esté cansado y quiera dejar el negocio y que se la quieran jugar. Pero es el mejor en su profesión y, tal vez por eso, sea un hombre que tenga en mente todas las posibilidades. Mamet no es un director cualquiera y es muy dado a dar ese giro que comentas en muchas de sus películas. No solo en "House of games" (cierto, una estupendísima película) sino también en "La trama", una película que también juega a la sorpresa pero que me parece netamente inferior a ésta. Al fin y al cabo, la vuelta de tuerca es lo que pide una historia protagonizada por un individuo que, cuando duerme, las ovejitas le cuentan a él.
Un saludo.
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