miércoles, 19 de septiembre de 2018

2010: ODISEA DOS (1984), de Peter Hyams

“¡Dios mío! ¡Está lleno de estrellas!”
Han pasado nueve años desde que Dave Bowman desapareció en la longitud de un monolito entre las lunas de Júpiter. Desde entonces, el ordenador Hal 9000 estuvo desconectado y la Discovery está dando vueltas en una órbita constante alrededor del gigante del sistema solar. Todo es mucho menos filosófico y más prosaico. Sin embargo, algo maravilloso está a punto de ocurrir.
Nueve años después, los hombres siguen odiándose, sin caer en la cuenta de que solamente tenemos una casa, un lugar donde vivir. Las tensiones políticas suben y los intereses de los países se convierten en criaturas voraces, dispuestas a derrotar absolutamente al contrario. Allí arriba, hay una misión conjunta entre rusos y americanos y lo único que les interesa es la verdad. Averiguar qué es lo que paso con Hal, con Dave Bowman, con la Discovery, con el misterioso monolito de dos kilómetros de longitud que sigue flotando, misterioso, entre dos lunas hostiles. El rival nunca debe ser un semejante, sino las fronteras del conocimiento. Se debe llegar a la sabiduría definitiva, la que otorga verdadera eternidad al hombre, la que lo hace inmortal y atemporal.
Hal tuvo un conflicto de ética que provocó su mal funcionamiento. En el fondo, entre medias de sus múltiples programas, Hal tiene una cierta conciencia humana porque lo único que pide es que le traten con sinceridad. Así podrá procesar de forma adecuada todas las órdenes. Podrá comprender el valor del sacrificio. Podrá ingresar, al igual que el hombre, en la eternidad del pensamiento. La información sobre el superhombre se guarda en su memoria. Y el superhombre está advirtiendo a todo el mundo de algo maravilloso que está a punto de ocurrir.
Esta segunda parte de 2001: Una odisea en el espacio fue escrita por Arthur C. Clarke a consecuencia de la primera. Y aún hay una tercera escrita, 2050, que nadie se ha atrevido a trasladar al cine. Stanley Kubrick rechazó visceralmente realizar esta segunda parte al comprobar que, en gran parte, explicaba muchas de las cosas que dejaba sin responder en la obra original. Se buscó a otro director que fuera un experto en fotografía y Peter Hyams fue la respuesta. Por supuesto, se quedó muy por debajo de la primera odisea, pero no deja de haber un cierto valor en su propuesta. No está Nietzsche, sino la promesa de un nuevo principio, la seguridad de que el hombre solo es arrendatario de la Tierra y el propietario está deseando conceder una prórroga a la vez que avisa muy seriamente a los inquilinos. Es el nacimiento de un nuevo pacto con la advertencia de que todo debe ser usado en compañía, usado en paz. Y allí, en el cielo, estará el sello de esa inteligencia superior que ha dejado en forma de sol. Como recordatorio y como compromiso.

Tal vez, la película hoy no sea demasiado recordada porque ahondaba en los presupuestos de la Guerra Fría cuando estaba muy próxima su desaparición y su inquietud se quedó rápidamente anticuada. Vamos, vamos… ¿no podríamos pasarlo a cualquiera de los problemas que nos agobian hoy en día? No es difícil. Basta con saber que el ser humano, a pesar de la comprensión de nuestro arrendador, tropieza muchas, muchas veces con la misma piedra. Así habló Zaratustra.  

4 comentarios:

Chusdeleon dijo...

La vimos en casa hace unos meses y la verdad es que nos gustó. Está muy cuidada en su dirección artística y hay momentos muy entretenidos en ella.

Una rareza muy merecedora de ser vista.

Un abrazo César

dexterzgz dijo...

Nunca me he atrevido con esta película porque siempre había oído que daba una explicación racional a "2001" y nunca he querido que me la dieran otros (y menos ahora, la vi hace un par de meses en su reestreno 50 aniversario y confirmé mi propia teoría y mi propio significado). Siempre pensé que ver esta película era un poco como traicionar a Kubrick y hasta ahí podíamos llegar.

Abrazos monolíticos

César Bardés dijo...

Un abrazo enorme, Chus, contento de volver a leerte.
La verdad, como bien dices, es una película que está muy cuidada y es muy entretenida. Evidentemente, no es la obra maestra de Kubrick (creo que tampoco pretende serlo) y es mucho más pedestre, pero está bien interpretado, muy, muy bien fotografiada y a mí me parece una digna segunda parte para una película de la que era imposible hacer una segunda parte mejor.
En cuanto a lo de la explicación racional...bueno, sí, hasta cierto punto. De todas formas, ya en el momento de su estreno, yo me lo tomé más como la explicación de Arthur C. Clarke que como la explicación de Kubrick. Comprendo perfectamente tu sentimiento después de redescubrir una película que, más que una película, es una obra de arte. En cualquier caso, pasado un tiempo, se puede ver sin ningún problema y, es más, se puede estar de acuerdo con lo que apunta...o no.
Abrazos con inteligencia artificial.

Chusdeleon dijo...

Oye... se que no pinta nada con el tema, pero os dejo un blog donde puedes descargar pelis muy interesante.

http://hawkmenblues.blogspot.com/2016/11/

Un abrazo.