martes, 11 de septiembre de 2018

LA HIJA DEL GENERAL (1999), de Simon West

En determinados ambientes históricamente machistas se lleva muy mal que una mujer pueda superar a los hombres. Y menos aún cuando la mujer es tan sumamente brillante que deja a los demás a la altura del betún. Por eso, hace mucho tiempo, se planeó una venganza en plenas maniobras. Esa tía se iba a enterar de lo que eran capaces siete machotes. Y luego que fuera presumiendo de su graduación en West Point o en la Academia de su Santa Madre. Ignoran, por supuesto y en su inconsciente brutalidad, que eso será algo que ella arrastrará el resto de su vida. Será una especie de capa negra que tendrá que sobrellevar de psiquiatra en psiquiatra, de cuartel en cuartel, de mirada a juicio.
Así que el homicidio extraño debe ser investigado por un sargento de la brigada de investigación militar. Es duro como el pedernal porque ha tenido que lidiar con cosas muy feas y no siempre lleva el uniforme. Tal vez porque cree que hay otras cosas antes que el falso orgullo, ese mismo que se lleva como símbolo de poder. Hay una cierta resistencia para que lleve a cabo su investigación porque la chica en cuestión era hija de un general y parece como si nadie quisiese hablar de ello, como si el incidente que la traumatizó para siempre hubiera sido premeditadamente silenciado. Un secreto más en el ejército. Ella cumplía con sus obligaciones de soldado de manera brillante y eso es todo. Merece todos los honores como soldado. Lo peor de todo es que el sargento quiere que también tenga un tributo como persona, honrando lo mucho que tuvo que pasar y su comprensible desequilibrio posterior. Nadie dice la palabra clara. La verdad se presenta siempre difusa, como la luz a través de las persianas metálicas. Si nadie habla, nadie se entera y solo los mismos acontecimientos pueden precipitar que la verdad se abra paso. Habrá que coger al malnacido que lo hizo. Y no solo al malnacido que la mató.

Esta película fue toda una sorpresa cuando se estrenó porque reivindicó el papel de la mujer en el ejército, no solo en la hija de ese general para el que el cuerpo y la patria están por encima del derecho individual, sino también en esa eficiente investigadora que incorpora Madeleine Stowe al lado de un John Travolta  que resulta acertado y contundente como el sargento encargado de las pesquisas. Alrededor se mueven, marcialmente, excelentes secundarios como James Woods, James Cromwell o Timothy Hutton, turbiedades del ocaso que obstaculizan todo lo que está detrás de unas apariencias que son convenientes de mantener. En todos los sitios hay basura que sacar. Y aquí hay más de lo que parece con una historia bien contada, con fuerza, con solidez y con dos o tres escenas de altura. Es lo que se consigue cuando se llevan las cosas hasta el fondo de la cuestión.

2 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

A mi también me parece una gran película, de esas que se colaron de rondón entre los grandes estrenos del momento ("Matrix", "American Beauty", "El sexto sentido", "El club de la lucha"...) y yo iría que es bastante mejor que muchas de ellas. De primeras, el guión es bastante original pese a no parecerlo (como bien dices, es una reivindicación de la mujer muy clara en un momento que no estaba tan de moda), además la investigación tiene bastante ritmo y su resolución es bastante poco previsible (dentro de lo que cabe).

La película me recordó bastante a "Historia de un soldado" de Norman Jewison. Y su regusto final también.

Abrazos sin uniforme

César Bardés dijo...

Brillante tu comparación con "Historia de un soldado", que también pasaba por ser una reivindicación de la gente de color con un desarrollo bastante parecido. Quizá la diferencia más notable, y no por ello menos delicada, es que en este caso el investigador tiene que moverse entre oficiales de alto rango y eso siempre es muy complicado.
Cierto es que se trata de una película que, tal vez, no ha obtenido el reconocimiento que merecía porque está bien llevada, el tema es estupendo, con un crimen y un misterio que están continuamente al servicio de esa reivindicación de la mujer y que, desgraciadamente, y posiblemente por su coincidencia en cartelera con las películas que tú nombras, pasó bastante desapercibida aunque ahora parece que la gente empieza a darse cuenta de los valores y de lo bien hecha e interpretada que está. Valga este granito de arena para unirme a la causa.
Abrazos en posición de saludo.