viernes, 23 de noviembre de 2018

LA LLAMADA (The calling) (2014), de Jason Stone

La inspectora de policía Hazel Micallef está en plena cuesta abajo. Un día tuvo ilusiones, esperanzas, deseos de prosperar profesionalmente, pero una desgracia acabo con todo eso. Un intento de suicidio, las brumas del alcohol, su madre en casa…todo se vino abajo. Iba a promocionar para hacerse cargo de la comandancia del distrito, pero la vida se encargó de asesinar a conciencia todo por lo que luchaba. Ahora es jefe de policía de un pequeño pueblo en el que nunca pasa nada…salvo un par de asesinatos con muy poco espacio de tiempo de un día para otro. Un asesino en serie anda suelto y Hazel cree que puede resolverlo.
No tiene medios, no tiene personal. Nadie se fía demasiado de ella. Emocionalmente está muerta y sufre…aunque desea otra oportunidad. El frío y la nieve se agolpan en las calles de ese pueblo que también parece muerto y se da cuenta de que el asesino es un hombre totalmente alienado por la religión. Está dejando un mensaje en cada una de sus víctimas. Un mensaje sutil, apenas perceptible. Un mensaje de liberación. Hazel no puede creer que esté investigando al único asesino en serie cuyas víctimas son voluntarias. La creencia de la resurrección es culpable de todo y el asesino tiene que llevar a cabo un número determinado de asesinatos para que se produzca. Hazel tendrá que bajar a los infiernos para descubrir que hay un cielo, que hay un mañana, que aún hay cariño a su alrededor, que toda su experiencia aún sirve para algo, incluso para poner al asesino enfrente de un espejo para que se dé cuenta del monstruo que realmente es. Aunque se esconda detrás de una cruz. Aunque crea que la muerte es el único camino de salvación.
Las lágrimas no asoman a su rostro porque ya las agotó todas. Cuando llega a casa, tiene que enfrentarse a sus propios miedos, a sus enormes inseguridades. Hazel es una policía de raza, constante, implacable, pero las fuerzas le flaquean. Y encuentra imposible que, a través de la muerte, encuentre la luz. Consulta con un experto en la Biblia, consigue una pírrica ayuda con un joven policía homosexual, trata de encontrarle un sentido a todo y, quizá, el único agarradero que siente es que la vida tiene que seguir para que todo se pueda arreglar en su interior. En el fondo, el asesino cura males. Y el último mal que va a sanar es el que aqueja a la propia Hazel.

Excelente película canadiense que tiene en Susan Sarandon la razón y el fondo de todo. Con sus maneras de gran actriz consigue adentrarnos en el atormentado personaje de la Inspectora Micallef, con sus corazas destruidas y su inteligencia reprimida. Mujer en un mundo de hombres que demuestra, con psicología y astucia, que vale más que todos ellos cuando hay sangre de por medio. Bebe, Hazel, bebe. Tal vez lo que haya en la taza, por una vez, no sea alcohol y sí un reconfortante té de hierbas. La resurrección es posible, pero puede que sea para aquellos que siguen vivos después de morir.

2 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Pues es cierto que esta película que nació pequeña no lo es tanto una vez que la ves. Una gran parte del mérito se los lleva la Sarandon que duda cabe, que como dices tira del timón, iza las velas, pilota y hasta limpia la cubierta de este barco. Cosa del guion, otro mérito de la película que pudiendo servir una peli de serial killer al uso nos cuenta también las angustias y dudas de una investigadora casi en la misma situación que las victimas.

Fíjate que incluso Topher Grace que a menudo es muy poco convincente aquí me parece que compone un personaje bastante agradable y lo hace bien.

Un buena película que merece pasar un buen rato viéndola.

Abrazos eutanásicos

César Bardés dijo...

LA vi hará cosa de un año en una de esas cadenas que te incluyen en Movistar y me quedé bastante sorprendido de una película de la que apenas había oído hablar. Susan Sarandon creo que está excelsa. De lo que me sorprendí es de que la gente que la había vista la comparaba con..."Fargo". A ver, a ver, a ver. O sea, que por el hecho de que la protagonista es una "sheriff" y hay nieve, hay que compararla con "Fargo". Supongo que cualquier película en la que sale una iglesia, toma como referencia a Bergman. Cualquier película en la que sale una diligencia, bebe directamente de Ford; y cualquier película en la que sale un muelle, es una copia de "La ley del silencio". Estamos llegando a unos niveles tan, tan, tan bajos que uno se pregunta qué hace escribiendo y tratando de hacer llegar algunos títulos con cierta gracia. Si, total, van a decir que parezco el escritor de "Lunas de hiel"...
Abrazos religiosos.