martes, 21 de octubre de 2014

ARDE MISSISSIPI (1988), de Alan Parker

Tres jóvenes que creen en la igualdad son asesinados por una banda de salvajes racistas. Nada nuevo si estamos hablando de Mississipi. Allí los hombres solo pueden tener un color si quieren vivir en paz. Y ese color es el blanco. Los demás, esas cosas que respiran pero que son peores que la peste, son prescindibles. Claro que esos tontos engominados de Washington no creen lo mismo. Se plantan aquí con sus elegantes trajes, con sus camisas blancas y sus corbatas negras y tienen la inmensa osadía de decir a los honrados ciudadanos del estado soberano del Mississipi lo que tienen que hacer. ¿Quién se han creído que son? Universitarios con un sentimiento de superioridad que no tienen en cuenta que aquí el odio hacia los negros se mama desde pequeños. Dicen que un niño blanco que nace en Mississipi viene con un rifle para matar negros en las manos. Y llora si se lo quitan. Es así, amigos. La vida en este estado vale menos que una cerveza en un tugurio de mala muerte.
De pronto, vienen esos tipos del F.B.I. dispuestos a esclarecer el asunto. Se han establecido en el cine del pueblo y lo han convertido en el cuartel general donde centralizan la información. Lo que pasa es que es otra forma como otra cualquiera de darse importancia. Valientes petimetres. Les haría quedarse por aquí en la temporada de cosecha y verían lo sucios e impresentables que son esos negros. Esos federales no tienen ni idea y, desde luego, no van a sacar nada en claro de aquí. Curioso ¿eh? Vienen a ver si sacan algo en claro y lo llevan negro.
Tal vez habría que pensar que esta gente de Mississipi, en realidad, son unos paletos que asustan. Desde que John Kennedy llegó a la Casa Blanca hay una clara intención por cambiar las cosas. Y no hay mejor equipo que el de un tipo decidido y sin miedo y otro lleno de experiencia y sin miedo. Uno cree que las cosas hay que hacerlas dentro de la ley. El otro piensa que a los racistas y a los extremistas hay que tratarlos con sus propias armas. Y esa arma no es otra que el miedo. Hay que meter miedo. Hay que hacerles confesar con una navaja en la mano y amenazando con cortarles sus atributos, meterlos en un vaso y que se beban su sangre. Los paletos son orgullosos, creen que, a pesar de que no tienen ni idea de nada, están en posesión de la razón porque es lo que han visto desde siempre y lo injusto, lo inmoral, lo pervertido, lo banal y lo estúpido hay que arrancarlo de raíz. El mal siempre está en la propia casa. Y ellos están en casa.

Excelente película con una interpretación antológica de Gene Hackman y con una dirección ajustadísima de Alan Parker que no deja de exponer las razones del odio y también las del perdón para componer un fresco sobre la violencia racial en un país que todavía no ha superado sus prejuicios de piel. Las cruces ardiendo clamando una venganza que no existe sobre una raza considerada inferior es un pecado cuando se presume de una democracia y de una búsqueda de la felicidad que a todos corresponde. Y si hace falta que un estado entero arda en llamas, no habría que vacilar en prender la mecha. Con camisa blanca y corbata negra. Con la certeza de que se está haciendo lo correcto a través de medios que no lo son tanto. Y esto, qué ironía, nadie lo pone en duda.

22 comentarios:

Anónimo dijo...

La vi hace varios años. Supongo que es de esas películas que requieren de un visionado en V.O. para apreciar la riqueza de matices, y que doblada pierde bastante. Al menos es lo que me pasó a mí. Sobre todo con un Dafoe, unidimensional y simplón, que no da el contrapunto a un Hackman necesario.

En temas tan delicados como el racismo suele caerse, al menos antes de The Wire, en cierto maniqueísmo moral. No recuerdo bien si Arde Mississippi evita esos recursos narrativos tan de otro tiempo, pero no apuesto por ello. Evidentemente, es el año 88, no está vigente el código Hays, no existen presiones para vender la cultura del buenismo y el "chicos, chicos, portémonos bien", y a pesar de ello Arde Mississippi no logra romper la barrera de la credulidad. Cuánto bien han hecho los brainstormings de la HBO.

A pesar de ello, buena y necesaria. Un 7.

Un saludo, César.

Santi

César Bardés dijo...

Yo creo que sí hay un contrapunto interesante en la película. Por un lado, Dafoe, el idealista, el hombre que se mete en el FBI para luchar en algo de lo que cree. Hackman se lo dice bien a las claras: "¡Un seguidor de los Kennedy!". Un tipo que cree que la ley debe respetarse incluso con algunos que ni siquiera son capaces de respetar la ley natural. Por otro lado, el Hackman que ha crecido en algún estado de racismo y que cuenta con una metáfora para decir cómo crece ese odio. Él cree que a la fuerza irracional, se le combate con la fuerza racional. Sin dejarse avasallar, sin dejar que los que no tienen razón toman el mando (qué actual, no?). Por eso, precisamente, me gusta tanto esta película. Porque no transita por pasillos de tanto maniqueísmo moral, porque son posturas totalmente enfrentadas y son maneras muy diferentes de entender una lucha que, en el fondo, es muy justa. Y eso pone una encrucijada moral al espectador. En esa situación...¿de parte de quién estaríamos? ¿Del universitario del Norte que es partidario de combatir la sinrazón con una ley que se queda muy corta porque no tiene en cuenta la idiosincrasia propia del Sur de los Estados Unidos o del policía experimentado que lo ha mamado desde la infancia y que sabe que solo el miedo puede acabar con los desmanes de unos tipos que se creen que la patria y Dios son sus aliados contra las razas inferiores?
No está mal, nada mal. Yo le subiría a un ocho u ocho y medio. Para mí, la mejor película que ha hecho Alan Parker.
Un saludo y gracias por ensanchar miradas.

Anónimo dijo...

Precisamente a eso me refiero con el maniqueísmo moral. El hecho de que se traslade al espectador la decisión de situarse con Hackman o con Dafoe evita que cada personaje tenga dilemas morales para consigo mismos, partiendo eso sí de principios encontrados.

De acuerdo, son 2 horas de película, no hay tiempo para desarrollar la psicología de los personajes como si fuera una serie de ahora. Pero ni siquiera existe el intento de una vaga reflexión interna. Si no se duda, ¿cómo se va a tomar una resolución correcta? ¿tan rígidos son los principios de un agente del FBI? ¿robots o personas?

De Alan Parker me impactó muchísimo El expreso de medianoche, pero no la he revisionado recientemente. ¿No te parece con más entidad que Arde Mississippi?

Me encantan estas discusiones sobre cine :)

Un saludo

Santi

César Bardés dijo...

Yo tengo un dilema moral a la hora de situarme con uno o con otro. Y, sin embargo, eso no hace, ni mucho menos, que si me decanto por Hackman, piense que soy un fascista por combatir el terror con terror. Creo que la película para nada es tan rígida. Y además creo que el cine está para eso, para plantear dilemas morales a partir de situaciones muy sabidas. El problema del racismo en los Estados Unidos aún es un problema no superado aunque se haya avanzado muchísimo. Yo no creo que los principios de un agente del F.B.I. sean tan rígidos, de hecho, Dafoe al final consiente en actuar como Hackman y ni los héroes, ni los espectadores que se identifican con ellos, sienten que eso es lo equivocado. Lo que se puede sentir es que eso no es lo correcto y que, en todo caso, el Estado, imperfecto por naturaleza, no puede rellenar todos los resquicios de una ley que siempre quedará como insuficiente. Si eso significa que los asesinos andan sueltos...¿hasta qué punto está legitimado moralmente cualquiera?
Sí que puedo estar de acuerdo en que los agentes del F.B.I. que colaboran con Dafoe, todo un ejército, actúen más como robots pero no puedo decir que el personaje de Dafoe sea un robot...ni mucho menos el de Hackman. Hackman, de acuerdo, no duda en ningún momento salvo en lo que se refiere a la implicación de McDormand...pero Dafoe duda desde el mismo momento en que esa implicación cae por su propio peso y la persona que está dispuesta a decir la verdad pasa por la rueda de la venganza. A mí me parece que tiene muchísimos dilemas morales planteados y que el espectador tiene que elegir. ¿Estamos de parte de Hackman? Si lo estamos...¿implicaríamos a terceros como él lo hace, acudiendo a un sentimentalismo claramente provinciano? ¿Sirve de algo el pensamiento democrático? ¿Hace que la vida sea peor? ¿Hace que la vida sea más difícil pero, en el fondo, eso es lo correcto? Uf, yo me veo en esas situaciones y estaría lleno de dudas. Las tengo como espectador.
En cuanto a "El expreso de medianoche" no dudo de que sea una muy buena película, lo es pero se ha quedado peligrosamente antigua, algo que ocurre en un director que, en mi opinión, ha sido tan eficaz como Alan Parker en la mayoría de las películas. Pero, precisamente, en los dilemas morales tan actuales y tan atemporales que plantea "Arde Mississipi" es donde radica su gran valor.
Encantado también del intercambio de pareceres. Así es como se aprende. Y yo estoy aprendiendo.
Saludos.

Anónimo dijo...

Tienes razón. Te dije antes que no veo la película desde hace años, y esos detalles tan marcados se me escapan. O incluso se me pudieron escapar en la traducción, ni siquiera lo recuerdo. Lo cierto es que cuando veo estas películas casi nunca parto de ninguno de los extremos, y siempre trato de pensar cómo lo haría yo, una tercera persona, que aprende de los aciertos y errores de los demás. A toro pasado todos somos Manolete, lo sé, pero la historia está para eso.

La volveré a ver en V.O.S. A la lista de pendientes...

Un saludo

Santi

César Bardés dijo...

Maravilloso encontrar a alguien que ama el cine con la seguridad de que en esto consiste ese amor,en el intercambio de opiniones tranquilas que no hacen más que enriquecer la propia visión. Ten por seguro que también anoto tus impresiones y que mi opinión también se pule con tus palabrad. Gracias mil.
Un saludo lleno de afecto

Anónimo dijo...

Por un momento se me ha pasado por la mente hacer mías las palabras de Rick Blaine al capitán Renault al final de ya sabes que, o también las del señor Lobo en la escena de ya sabes donde. ¡Anda que no nos lo vamos a pasar bien!

Por cierto, te advierto que tengo mis rarezas, mis manías, películas que odio profundamente siendo alabadas por la crítica, y otras que me encantan siendo vituperadas por el gafapasterío. Ya lo averiguarás con el tiempo. Muajajaajaja.

Un abrazo, César

Anónimo dijo...

Perdón, que no he firmado. Sigo siendo Santi.

Santi

dexterzgz dijo...

No sé, Santi, a qué te refieres con lo de que la película no logra romper la barrera de la credibilidad. El caso es que lleváis un día entero con el tema, la prueba del nueve de que las tesis que plantea la película son válidas y vigentes. Yo creo que más importante que la diferencia ideológica entre los dos (por cierto ambos están sublimes) es la diferencia de método. Dafoe, idealista, recién salido del cascarón como quien dice que cree a pies juntillas en la aplicación de la ley. Hackman, viejo zorro, curtido en mil batallas que no duda en emplear los atajos que le permite esa ley, o mejor dicho los que no le permite. Sensacional su escena con la McDormand en la que esta se derrumba y acaba por confesarle todo.

Hace poco señalaba yo la similitud del tándem Hackman-Dafoe con el que formaban Gutiérez - Arévalo en "La isla mínima". La única diferencia es que en la cinta española Arévalo al final se deja arrastrar por el carácter de su compañero (en la escena con la señora del caserón).

Abrazos con capucha blanca

César Bardés dijo...

Bueno, Santi, lo de las manías creo que es algo general. Ya sabes que por aquí Antonioni no es que sea venerado (como sí lo es en muchos otros sitios de pretendida sapiencia) y también al revés...prueba de ello es la película del estreno de esta semana que ha sido machacada por unos y por otros y que a mí, sinceramente, me ha parecido más que aceptable. Es la ley del cine. El único requisito por aquí es el respeto, por lo demás, puedes decir lo que quieras.
Y con Dex no puedo estar más de acuerdo. Incluso esa escena con la McDormand que Parker, muy sabiamente, mantiene sin sonido (la confesión solo es a él) porque se hace en el interior de la peluquería donde ella trabaja y se ve desde fuera en el escaparate. Un pedazo de escena, desde luego.
Uno de los detalles de la película está en que Dafoe accede a emplear los métodos de Hackman pero no los soporta. Se va de un interrogatorio porque ve cómo aterrorizan a alguien e, incluso los hombres de Hackman le cierran el paso para que se quede bien quieto. Le has dado autorización, machote, luego tienes que apencar con lo que viene.
Abrazos con gafas sesenteras.

dexterzgz dijo...

Por cierto que de Hackman ya sobran las palabras, en poco tiempo he podido ver casi seguidas "El espantapájaros" (con Pacino ¡¡vaya dos¡¡) y "Marea roja" (con Denzel precisamente) y no hay palabras. Con respecto a Dafoe, yo creo que es su mejor interpretación (¿que fue de este chico que en "A most wanted man" parece otro?)

Abrazos sureños

César Bardés dijo...

Es que Hackman es un actorazo. Todo lo que ha hecho, por muy mediocre que sea la película, lo ha hecho bien. Las dos que mencionas, fantásticas. Y qué decir de películas como "El último golpe", de Mamet; o "Enemigo público" (casi, casi una suerte del Harry Caul de "La conversación" treinta años después). Eso por no decir sus interpretaciones clásicas y maravillosas que están en la memoria de todos como "French Connection", "Sin perdón" o la extraordinaria "La noche se mueve". Un primera clase, de los de verdad.
Abrazos con coches siniestros.

Anónimo dijo...

¡Nooo, spoilers noooo! Dexter, no destapes nada de La Isla Mínima, que todavía no la he visto.

Cuando hablé de credibilidad, tendría que haber utilizado la palabra verosimilitud. Sorry.

Y sobre mis manías, le tengo cierta ojeriza a autores pretendidamente aburridos, como Tarkovsky o Bergman. "Necesito que litros de café corran por mis venas, mujer. No tengo problemas de amor. Lo que me pasa es que estoy loco por sobar". Cuentan que Joaquín Reyes se durmió mientras grababa un Celebrities de estos dos consagrados cineastas. No me extraña.

Voy preparando el escudo antimisiles... :)

Saludos a ambos

Santi

César Bardés dijo...

Yo comprendo perfectamente que no te gusten ni Bergman, ni Tarkovsky aunque no lo comparta. Cómo no lo voy a comprender si mi hermano es el primero que no los aguanta. Ahora bien, el gusto personal es algo con lo que nadie se puede meter. Otra cosa (y ahí si entraría a discutirlo) es que me dijeras que Bergman y Tarkovsky hacen un cine malo o cualquier otro adjetivo denigrante. No te gustan, perfecto. Ahí no voy a entrar. A mí no me gusta Antonioni (por cierto, el tipo que dijo "hago cine aburrido para expresar el aburrimiento" en cuanto a aburrimiento no le gana nadie) pero soy capaz de reconocer las virtudes de su cine y ése es el espíritu que reina en estas páginas.
Ya puedes quitar el escudo. Solo ha sido una inofensiva salva.

Anónimo dijo...

No he visto tantas de Hackman, lo siento. Durante mucho tiempo para mí fue Lex Luthor, hasta que le fui descubriendo en Sin perdón o en Hoosiers. Tiene una filmografía demasiado extensa como para valorarle por media docena de títulos. Mea culpa.

Ya por curiosidad, ¿tenéis cuenta en Filmaffinity? Yo soy rjdio01, por si os interesa.

Abrazos con propósito de enmienda.

Santi

César Bardés dijo...

Pues Hackman es un deber. Si te leyera mi gran amigo Miguel Rellán te diría que cómo es posible que no hayas visto el trabajo de este inmenso actor de pe a pa. Es uno de sus favoritos, y no me extraña.
Yo no tengo cuenta pero seguro que Dex toma nota.
Abrazos recomendatorios.

Anónimo dijo...

Cine malo no lo diría ni de Tarkovsky ni de Pedro Tamboury, pero la pretenciosidad de uno no tiene nada que ver con la del otro. Y sin embargo con Kárate a muerte en Torremolinos al menos me eché unas risas, y no me quedé frito. Ojo, no generalizado con toda la filmografía de un director. Andrei Rublev me pareció interesante, aunque soberanamente larga.

Abrazos rusos.

Santi

César Bardés dijo...

Que un director quiera ser trascendente no quiere decir que sea pretencioso. Pretencioso es Joe Wright que hace "Expiación", que es una soberana tontería de película y lo disfraza de tremendo dilema moral. Como también lo fue David Lean en "Pasaje a la India". Como también lo es, y con ganas, Paul Thomas Anderson con "The master", por ejemplo, intentando decir que el más desgraciado y enfermo de los imbéciles es preferible al manipulador con cara de angelete.
Yo, sin embargo, sí diría que Mariano Ozores ha hecho cine malo menos esa joya que es "La hora incógnita" y un par de documentales de sus principios.
Abrazos pirenaicos.

dexterzgz dijo...

Bueno, es que cuando dices que Bergman o Tarkoski o Roland Emerich (por citar a alguien de la cuerda) son un coñazo se supone que no es una verdad absoluta, que estás expresando una opinión y que a ti esos te parecen un coñazo. Por cierto que yo a Bergman entro fácilmente, otra cosa es que tenga cosas más plomo que otras, pero en general no me cuesta. De Tarkoski he visto poco pero con "La infancia de Iván" que me decían que era de las más asequibles soplé como un bendito y en cambio "Solaris" que se supone es de las más densas me pareció flipante. En cuanto a Emmerich,... no sé, demasiado inetelectual, ¿no?

Abrazos tomando nota

César Bardés dijo...

Es cierto que Bergman tiene cosas más intragables que otras, estoy totalmente de acuerdo pero su carrera es de una coherencia divina (nunca mejor dicho). Tarkovsky es que tiene poco hecho, realmente. Yo también me quedo con "Solaris" y con "Stalker" pero "La infancia de Iván" es aburrida. Recomiendo su libro "Esculpir en el tiempo" si queréis aprender algo sobre teoría del cine, una auténtica gozada para conocer cómo veía él su oficio.
En cuanto a Emmerich...menuda coña tienes, Dex. Mira que te pongo "Anonymous" en plan bucle y te ato a la butaca...
Abrazos hipnotizados.

Anónimo dijo...

Yo he intentado ver Solaris al menos 6 veces. A la sexta creo que puedo decir que la vi entera, con la perenne tentanción apretar el forward en el mando del DVD. "Sacrificio" la tengo en DVD original, y no he tenido la hombría para someterme a la tortura rusa.

Magnolia me parece una estupidez, y The Master, sin embargo, me atrapó como una telaraña. No diría que Anderson haga mal cine, pero hay pelis que sí me gustan y otras que no. Eso es todo. De Emmerich sólo recuerdo Stargate, que está pasable; el resto o no las he visto o las he olvidado.

Abrazos para nada pretencionsos.

Santi

César Bardés dijo...

Yo entiendo eso. Sin embargo, pienso que "Solaris" sí que me da mucho que pensar (por supuesto, estamos hablando de la versión Tarkovsky, la versión Soderbergh no solo es mala, es peor). Con "Sacrificio" también te va a ser dura, sí. Si no te va el ritmo lento, déjala para una tarde que yo he bautizado como una de esas de "que me la echen".
Sin embargo, mira, "Magnolia" me parece de lo mejor que ha rodado Anderson. "The master" es que me parece de una obviedad y de un infantilismo tan evidente que es una de las pocas veces que recuerdo que salí echando pestes del cine. Y mira que he visto cosas malas.
En cuanto a Emmerich...hombre, es que "Stargate" es de lo mejorcito que ha hecho teniendo en cuenta que es un director bastante descuidado y tendente al espectáculo sin demasiado sentido. Ahí tienes "Independence day" (lo reconozco, divertida, el polo opuesto de Tarkovsky), la infumable "2012", la aún peor "El día de mañana" y su intento de hacer algo de prestigio con "Anonymous" que, de verdad, le salió como cualquiera de mis escritos comparados con el bardo de Stratford-on-Avon.
Abrazos modestos.