Todos hemos tenido alguna vez la sensación de que
podríamos hacer algo por los demás. Tal vez por esa señora que coincide con
nosotros en la cola de la pescadería, o por aquella chica atribulada que nos
cruzamos todos los días a la misma hora por la calle, o incluso por ese anciano
que siempre está sentado en un banco del parque y que, a través de sus ojos,
parece que pide a gritos un rato de compañía. Si pudiéramos dar un poco más,
quizá el mundo sería un lugar más pacífico, más tranquilo, más humano aunque, a
lo mejor, tuviéramos que ser un poco inhumanos para conseguir dar algo
realmente valioso.
Un hombre tiene su universo perfectamente ordenado. Su
casa está limpia, su ropa está lista, su comida está limitada en las calorías,
su dolor está controlado. Incluso su insomnio le proporciona el placer de la
lectura en alguna cafetería cercana donde siempre coincide con alguien que le
da unos minutos de simpatía. De pronto, siente que tiene que hacer algo por
otra persona. Puede que haya conseguido no sentirse tan solo con ella o, tal
vez, cree que debería ceder parte de su orden para que esa otra persona tenga
un poco más de progreso personal. En su mirada hay algo triste, melancólico,
perdido pero, sin embargo, también tiene algo de agresivo, de temible, de
témpano negro que no puede derretirse. Y el pasado vuelve a meterse bajo su
piel para que el asesino que un día fue regrese con toda la crueldad que se
pueda imaginar. Solo que sus víctimas serán aún peores que él.
Y así tenemos la figura de un
justiciero atípico, que no quiere derramar litros de sangre solo para saciar su
sed de venganza, sino para tener un poco de paz a su alrededor, de control en
medio del caos. Su mirada tiene la rapidez de una fiera que sabe exactamente
qué es lo que tiene que hacer en cada momento. Sus movimientos son claros y
precisos, seguros y certeros. Sus motivos solo nacen de la buena persona que,
en algún rincón de su interior, sabe que es porque el amor se encargó de
descubrírselo. La sangre saldrá a borbotones y no será por su olvidada
naturaleza de violencia. Solo será porque eso es lo correcto y eso es lo que
mejor ha sabido hacer nunca.
Lo más curioso de esta película
es que tiene hechuras de algo visto mil veces y no lo es tanto. El justiciero
urbano se nos presenta con sentimientos y debilidades y resulta tan fascinante
que es muy difícil no estar de su lado. Para eso Denzel Washington se encarga
de dotar de carne y fondo al personaje y, sencillamente, no se puede apartar la
mirada de lo que está ocurriendo porque comienzas a saber cómo piensa ese
hombre que, en el fondo, solo quiere ayudar para sentir para qué sirve. Como
dice Mark Twain: “Solo hay dos momentos
importantes en la vida: el momento en que se nace y el momento en el que sabes
por qué”.
Y con excelentes escenas de
acción, bien pensadas por su originalidad, con algún que otro detalle visual de
cierta entidad, nos llevamos la sorpresa de que la película pasa el examen con
notable, con el convencimiento absoluto de que hay muchos otros que no han
dudado en ponerla a caer de un burro sin haberla visto. No es la obra maestra
definitiva sobre un hombre que escoge emplear los métodos más reprochables para
causar algún bien pero es toda una reflexión sobre un mundo que ni siquiera
vuelve la cabeza para atender a un hombre desvanecido en el suelo y que, ni
mucho menos, se implica en los problemas de los demás. Ya tenemos bastante con
los nuestros. Tanto es así que muchos pasarán de largo ante esta estimable
película con una mirada de desprecio por su evidente vocación comercial y se
estarán perdiendo el espectáculo de una batalla que no destaca por su rabia,
que tiene a un actor que es capaz de hipnotizar y que deleita a los más
exigentes con la inteligencia del personaje protagonista. Algo que muchos otros
hacen gala de no poseer creyendo que escupir palabras como balas es suficiente
arma como para seguir con la mafia de sus pensamientos.
7 comentarios:
Vaya, que pena, un poco decepcionado porque esperé encontrarme hoy aquí esos "Relatos salvajes" de los que tanto se habla..y no, o si. Porque lo que cuentas de esta no anda tampoco demasiado lejos de lo que cuenta el argentino Szifron, no tanto en los motivos sino en que a veces un suceso o momento casual desata un comporamiento en una persona aparentemente normal de consecuencias impredecibles...y si también con algo de sangre alrededor.
Pero no, en vez de a Darín y cia, te ha dado por comentar esta mier...., digo película, comercial y predecible, con Denzel de bueno, buenísimo y la mafia rusa muy mala. Y un uno contra todos y "Taxi Driver" en negrote y con superpoderes, que es capaz de calcular con un margen de un par de segundos cuanto tiempo va a tardar en fulminar a 8 tipos megapeligrosos...
Jajaja, es broma, no la he visto y no la pondré a parir, pero lo cierto es que el trailer anuncia una entretenida película pero bastante tópica en realidad, tal vez allá más dentro de lo que parece en principio, pero también es posible que la estratégia comercial sea atraer a los gustosos de la acción más que a los detectives de gabardina y siombrero que andan en busca de la emoción.
Cuando veas los "relatos..." comentamos.
Abrazos pacientes...o no
Escribí "allá" en vez de "haya", debo hacerme mirar lo de mi dislexia.
Abrazos avergonzados
Miedo me das, no vaya a ser que planees una venganza casual haciendo que el destino sea una moneda al aire.
Con "Relatos salvajes" hay un pequeño problema de tipo profesional. Como bien sabes, no puedo publicar en el blog cosas que no han sido publicadas previamente (es un acuerdo que tengo que respetar). El tema es que ya la he visto pero no puedo publicarla de momento porque el artículo no ha salido en la publicación pertinente. La cosa se pone un poco más fea cuando resulta que esa publicación es argentina y están guardando la bomba para ver si "Relatos salvajes" es nominada para el Oscar a la mejor película extranjera. Así que tengo que reprimirme las ganas y esperar.
En todo caso, es una película a la que veo pros y contras aunque me parece muy válida. Y yo, sinceramente, lo que quiero es ser el tal Pasternak. No digo más para no descubrir nada.
En cuanto a "The equalizer", ya digo, no es una maravilla de las maravillas, y fui a verla como solución alternativa y ésta sí se ha publicado como es pertinente. Pero quedé gratamente sorprendido por varias razones.
La primera es que el estilo de Fuqua se ha hecho más sobrio y eso siempre es de agradecer. La segunda es que esperaba ver la típica película del justiciero y me encontré con que la película tiene un enfoque bastante diferente aunque sí, él no deja de ser un tío que se carga a los malos por un quítame allá esos granos de arena. Aunque, quizá, si se piensa un poco, no es por eso, sino que le mueve un afán altruista de tomo y lomo, con lo cual nos encontramos con la paradoja del justiciero de reacciones muy frías pero que, en el fondo, es muy buena persona.
Tercero, aunque eso ya es esperable. Denzel dota al personaje de sentimientos. Es implacable, es temible, pero sabe hacer pasar una sombra por su mirada llena de tristeza. No le gusta tener que tomar cartas violentas, pero si tiene que hacerlo lo hace. Entre otras cosas porque (y ahí sí le veo un cierto paralelismo con "Sin perdón", en el fondo, otro justiciero con otros motivos), hubo una mujer que le hizo rebuscar en sus sentimientos y encontrar el hombre que realmente es.
En cuarto lugar, sorprendente y buena es la aparición de Melissa Leo, con una buena frase final que delata las intenciones del personaje. No digo más para no descubrir nada.
Y en quinto lugar y, no por ello, menos importante. Los guionistas se lo han currado bastante y el tipo mata con una originalidad que atrae al público de forma muy sorprendente. Mata, sí, pero muy inteligentemente, tiene recursos para aburrir. E, incluso, recursos creíbles. No es el super-hombre Bond de turno. Ya te digo, muy especial.
Abrazos bajo la lluvia del aspersor contra incendios.
Ea, pues dejemos el debate "Relatos salvajes" para cuando llegue el momento, de momento coincidimos, me parece muy valida, pero con varias contras y algunso pros...o viceversa.
¿Pasternak?, ¿Ese boludo del que nos cachondeabamos en el barrio?...
Fuqua es un tipo que se mueve bien en la tensión violenta, suele encontrar formas distintas de mirarla que la hacen diferente e incluso atractiva. Recuerdo que "Los amos de Brooklin" tiene un final muy estimulante, bastante más que el resto de la aceptable película. Aquí y a la vista del trailer que es mi única referencia, me sonaba a la utilización del recurso de Downey Jr en los "Sherlock Holmes", con previsión de movimientos y stop de pantallazo para el momento de cada golpe.
Abrazos a camara lenta
Quizá es que Fuqua se mueve por terrenos muy trillados poniendo algo diferente en juego y, a veces, es difícil discernir qué es lo que es realmente trillado y qué es lo que es diferente. En el fondo, "Training day" es un argumento muy visto y, sin embargo, tiene ese puntito diferente que no se queda solo en la previsible historia de policía que enseña al novato no solo a moverse, sino también a aceptar las ventajas corrompidas de su trabajo. "Los amos de Brooklyn" me pareció bien, aceptable, no estaba mal y lo que veo es que el tipo se está atemperando y eso me gusta.
Lo de la utilización del recurso de Downey no es nada igual. No es una visualización de la pelea lo que ve Washington sino una inspección a los elementos peligrosos que le rodean y no hay stops de pantallazo cuando se mete en refriega. Las peleas están bien ensayadas y el tipo, hay que reconocerlo, es de cuidado porque no se para en tonterías.
Lo de Downey que era de traca, sobre todo en la segunda parte, era que visualizaba la pelea y luego le salía otra cosa totalmente distinta y se tiraban diez minutos para unos simples pim,pam,pum,zaca.
Abrazos con la mirada muerta.
Si lo dice César, habrá que verla. Mi lista de must-see sube y sube...
Abrazos igualizadores
Santi
A ver, seamos serios. No es la obra maestra de la vida de Dios. Para nada. Yo solo digo que es una película aceptable, que está bien y ya está y que, para mí, constituyó toda una sorpresa porque me esperaba algo típico y no lo era tanto. En el fondo, me juego mucho el cuello, porque el resto de ese mismo mundo de Dios la ha puesto a caer de un burro y me temo que ni siquiera se han pasado por un cine para verla.
Abrazos realistas.
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