miércoles, 1 de octubre de 2014

LA ISLA MÍNIMA (2014), de Alberto Rodríguez

Lo peor del destierro es hollar una tierra desconocida que parece cincelada por el Diablo. No hay pistas donde buscar, no hay infiernos a los que ir porque están allí mismo, donde el agua parece escaparse entre el tramposo suelo, donde la sangre no deja rastro porque se filtra hacia las profundidades, donde las aves parece que miran, acusadoras, como queriendo echar en cara las razones por las que van a batir sus alas. Allí y solo allí es donde lo siniestro parece adquirir una rara belleza. Y más bien es una corriente que, en cada uno de sus meandros, está diciendo que no te quiere merodeando, que mejor será que te vayas, que los secretos deben permanecer en silencio y que el ruido de la ciudad que traen dos policías es un engaño que tapa sus debilidades.

Uno de los policías mira hacia delante, hacia una España libre, que lucha por tener un destino y quiere poseerlo. El otro mira hacia atrás, hacia una España opresora que comienza a formar parte, a marchas forzadas, del pasado. Sin embargo, en sus rostros serios, intensos y profesionales, yace un intento de amistad y algún que otro aprecio. Será porque ambos están metidos en un lío que parece no tener respuestas. O, tal vez, sea porque uno es más joven, más impulsivo y el otro es perro viejo, curtido en mil batallas y todas ellas deshonestas. Ambos tendrán que desentrañar un misterio escrito en la pobreza, en la indignidad, en un mañana que intenta abrirse paso entre la oscuridad de unos personajes que no quieren cambiar las cosas y siempre desean aprovecharse de los mismos desfavorecidos. El sol quema en los aledaños del Guadalquivir y la lluvia cae tan fuerte que quiere tocar una melodía en los tambores de pelo de todos los que se atreven a caminar bajo ella. Y ya es hora de que todos nos ayudemos un poco más, incluso a salir de una lluvia que solo esconde a los que se quieren ocultar.
El director Alberto Rodríguez dejó atrás los nerviosismos que se levantaron como el peor defecto de Grupo 7 y se ha atrevido con una intriga de marisma donde los policías interpretados por Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez resultan creíbles, directos, auténticos, con olor a cuero cansado y a tela de coche encerrada. Para ello se ayuda de una espléndida fotografía, de color adecuado e intención clara, y de unos paisajes olvidados que parecen el mismo hogar del Diablo. Allí es donde acaban por morir las intenciones y los sueños, como un laberinto de agua sin salida que parece dibujar a cada metro la soledad, la desolación, la perplejidad, la frustración vital, la nada convertida en paisaje. El resultado es una buena película, con personajes bien trazados, con misterios bien urdidos, con decepciones bien compartidas y con seguridades agobiantes que rodean a una investigación policial como juncos en un pantano. No en vano, Rodríguez toma en parte como modelo al Nicholas Ray de Muerte en los pantanos y sabe planificar con elegancia con el agua como alfombra y las solitarias luces de los coches como heridas abiertas en una oscuridad que se empeña en cerrarse y dejar al resto del mundo fuera.

Y es que es hora de dar una compensación a los que peor se sienten y dejar atrás a la misma Historia. La violencia aún es necesaria para soltar lenguas y atar cabos pero la corriente empuja hacia los adentros y el silencio y la sencillez son amarras demasiado fuertes como para partir hacia la verdad. La mentira fluye, al igual que lo hace el río y dos luces rojas en la noche son los ojos de ese Diablo que habita en las marismas, haciendo daño y destruyendo lo poco que le queda a la gente más humilde. Lo demás es especulación, ruido, mentiras dichas con medias verdades y el viento que abofetea, húmedo e insolente, al volver ahogándose en una cazuela de guisado de corzo, como unas marismas dejando correr entre sus cauces el río de salsa que indica que un día en sus trozos hubo vida. Y la vida seguirá siendo un lujo en medio de la libertad.

10 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

¡Cáspita amigo!...¿Quien dijo Umbral?, Ortega. ¡Que digo Ortega!...Azorín, Galdós, el mísmisimo Góngora...Eso es escribir como todo el siglo de oro y parte del 98. ¡¡Que prosa, que maravilla!!.

Y si, bromas aparte, es para quitarse el sombrero con tu post, pero también con esta película que reaslmente habla muy bien de la revitalización de nuestro cine, de la necesidad del cambio de hábitos y el salto a otra serie de cosas lejos de los tópicos que solían habitar en la filmografía patria.

Rodriguez ya había dado un paso adelante con "Grupo 7" aunque le saliera casi un tropezón algo destartalado, bien por el registro y las formas, pero mal en la ejecución como ya comentamos en su día. Y en aquella ya mostraba que se movía mejor en terrenos más serios y sosegados como el personaje que interpretaba Antonio de la Torre, que en las alharacas que tenían el lastre desafortunado de un Mario Casas que prestaba más presencia que sentido.

Aquí se deshace de lo superfluo, salvo en esas extraordinarias tomas cenitales que aportan no sólo unas imagenes francamente mágicas sino un buena muestra del sentido opresor que puede tener un espacio tan naturalmente vital como son las marismas.

Y nos regalan algo imporante, director y actores, que lo de Arevalo era conocido y aun aquí no tan destacable como puede ser lo de Javier Gutierrez que si que crea un personaje inolvidable. También Nerea Barros aunque como dice Fotogramas es demasiado guapa para hacer creible que vive en ese agujero miserable.

La historia bien construida, las subtramas bien repartidas, la investigación pausada, sin golpes de efecto, salvo quizá el oportuno encuentro con el coche buscado que da lugar a una mágnifica secuencia. Todo el tiempo tienes la sensación de que como los policias será dificil llegar a ningún lado, todo hermético, todo cerrado, todo silenciado, un microcosmos enfermo en lo que todo es un pasar
sin solución. Y allí están ellos, cansados y heridos cada uno de sus batallas, cumpliendo profesionalmente con su obligación, con técnicas de poli viejo o con nuevas maneras acorde con tiempos modernos, bebiendo del pueblo o buscandose de aliado al diablo, al que sólo busca sangre. Todo para llegar a una resolución final tan seca y directa que puedes creerte real.

Al director le molesta que comparen su película con la serie "True detective", una comparación que deberia halagarle porque la serie es muy buena. decía que al cabo de pocos días de terminarla, estrenaron la serie en tv y raul arevalo le llamó para decirle: "Nos han copiado". No le falta razón para pensarlo, lo que aquí era Doñana, allí es Luisiana y las marismas son allí pantanos, el ambiente opresor, la soledad, los mundos ocultos, todo están en ambas series. Incluso los pasados de Harrelson y Matthew tiene mucho que ver en el desarrolo de la historia y en como se comportan en ella, tal y como pasa en la película.
Solo hay un pero, lo que aquí es una excepción en nuestro tipo de cine, allí les da para una serie de televisión de 8 episodios. Los recursos son tan sideralemnte diferentes que así nos va.

En todo caso una muy buena noticia, una muy buena película.

Abrazos sin navaja

dexterzgz dijo...

Además de ver la película he tenido la suerte de asistir- por casualidad- a una charla coloquio esta semana en la que participaron algunos responsables de la peli (Rodríguez, Nerea Barros, Raúl y el señor productor) que se pasaron por aquí para comentar algunos aspectos de su trabajo. Muy interesante. Yo no sé si iba con las expectativas muy altas pero aún pareciéndome una obra buena y muy correcta se me queda un poco corta. Lo primero de todo alabar lo que todo el mundo alaba: el acabado formal, la fotografía con esos planos que nos han puesto a todos ojipláticos, y la interpretación de los actores. Gutiérrez está fantástico es verdad, pero también es cierto que tiene un personaje más agradecido. Raúl está a la altura componiendo con un personaje intenso y una mirada ingenua y falta de prejuicios que empieza a moldearse para quedarse definitivamente en entornada (impresionante su última escena con la señora de la casa del coto). Lo suyo, pienso yo, hubiese sido una Concha de plata ex – aequo que además es una practica muy habitual en estos festivales.

Estoy de acuerdo con los participantes en el coloquio que la película se mueve a tres niveles: la historia, los personajes y el trasfondo social.

La historia está muy bien contada pero no deja de ser una historia típica de cine negro (no es un demérito). Rodríguez de hecho tuvo que salir al paso el otro día respondiendo a algo de lo que ya tiene que estar hasta las narices como es la comparación de su film con la serie “True detective”. El director dijo que no solo no había bebido de la serie sino que ni siquiera la había visto. Dijo que el cine negro es un género que se retroalimenta constantemente y que por tanto es normal este tipo de “coincidencias”. No habló de Ray (o yo no sé lo pillé que hablaba un andaluz un poco cerrado) pero sí de la coreana “Memories of murder”. A mí por ejemplo la pareja protagonista también me recordó un poco salvando la distancias a la que formaban Hackman y Defoe en “Arde Missisipi” que también se movían en un territorio rural y hostil en el que todo el mundo guardaba muchos secretos y silencios.

En cuanto a los personajes creo que la pareja protagonista funciona muy bien. Los personajes están perfectamente dibujados y los actores lo bordan. Me encanta cómo los presenta Rodríguez en la garita de la feria lanzándose puyitas a perdigonazo limpio. Sin embargo, creo que el dibujo de los secundarios no es tan certero. Muchos de ellos apenas son despachados con un par de pinceladas y en un par de escenas (no sé si será a conciencia). El personaje de De la Torre por ejemplo me parece muy desaprovechado. El caso es que esto influye en que el final sea algo difuso y precipitado en mi opinión y que muchas subtramas no queden bien resueltas (la droga, la enfermedad, la “vidente”). Y por cierto no me gusta nada “el niño” que creo va a hacer bueno al mismísimo Mario Casas. Y ni siquiera es el guapo de la película, papel que atribuyo al benemérito Jesús Carroza.

El transfondo social es otro de los aciertos de la película. Rodríguez nos habló de que se inspiró para la historia en una exposición de fotografía sobre las marismas que le dejó impresionado. Y en la noticia del policía expedientado por la carta a EL PAIS que a su vez inspira el personaje de Raúl. Y dijo que le parecía muy interesante el contexto de la despoblación del campo andaluz en la época. Y el clima de tensión política que se vivía entonces. Muy elocuente el “Que te sientes, coño” que le suelta el personaje de Gutiérrez al de Castro cuando éste se presenta en el cuartelillo.

Abrazos cenitales

César Bardés dijo...

Bien vamos por partes.
Yo creo que la película es buena (lo digo claramente en el artículo solo "buena" lo cual no es poco pero no es ninguna obra maestra). Me gusta, sobre todo, que por fin en el cine español se den cuenta de las posibilidades del cine de género y me parece estupendo que se coja como premisa y escenario un paisaje español desolado y claramente hostil para situar un caso de asesinato en los albores de la democracia.
Me gusta mucho el trabajo de Raúl Arévalo y de Javier Gutiérrez. Raúl está intenso, creíble. Javier está profundo, real. Los secundarios...bueno, tampoco es que me encanten. Ni siquiera Nerea Barros cuyo rol no me acaba de encajar. La traición a su marido, así muy a escondidas para dar a entender que es un tío temible y luego no pasa nada, hace de enlace con una de las niñas, sin venir demasiado a cuento...pero vale, no me molesta.
En cuanto a Antonio de la Torre, voy a decir algo que quizá sea una tontería. No diríamos que el "personaje" está desaprovechado si no fuera Antonio de la Torre. Si en lugar de un actor que últimamente se está saliendo como él llega a ser, yo qué sea, José Luis Gil, nos parecería bien. Dicho esto, sí, sin duda, coger a Antonio de la Torre para hacer ese papel no deja de ser un cierto desperdicio que también me dejó un poco sorprendido a mí.
Yo creo que el gran acierto de la película es seguir el caso criminal y rodearlo de la presión del momento en un entorno ya de por sí bastante presionante. Eso es lo que la convierte en una película más que estimable. Yo, sinceramente, estoy más de acuerdo con Carpet. Es una buena película y una muy buena noticia, aún mejor que película.
En cuanto a las referencias, yo cito "Muerte en los pantanos" precisamente por el ambiente naturalmente hostil y por el humanamente hostil que también se desarrolla en la película de Ray por el extraño que viene a fisgar, como ocurre también aquí. Él cita una película coreana (no la he visto) y puede ser que tenga toda la razón del mundo, otra cosa es que veamos como algo normal que él pretenda que los demás veamos referencias en una película de minorías muy minoritarias por mucho que haya cien mil "frikis" que sí que la hayan visto (o que dicen que sí que la han visto, os sorprenderíais de saber la cantidad de gente que dice haber visto "El padrino" y comprobar que no la han visto).
Lo de Jesús Castro, bueno, tengamos en cuenta que mucho me temo que está película se ha rodado antes que "El Niño" y que lo suyo es un papelito más dentro de la trama. El chico tiene que demostrar aún muchas más cosas y moverse con inteligencia dentro de la jungla del cine español.
Es muy curioso. En el Facebook de la Editorial han puesto un enlace al artículo y ya ha saltado uno ofendidísimo porque dice que eso "solamente es la realidad andaluza que algunos quieren ver", que "las marismas no son así" y demás. Evidentemente, creo que no ha visto la película aunque jura y perjura que vive allí mismo, en los aledaños de las marismas.
Lo que está bien visto es el paralelismo con "Arde Mississipi" en cuanto al diseño de personajes, aunque el que desarrolla Gene Hackman está más lejos del de Javier Gutiérrez que el de Dafoe de Raúl Arévalo.
En todo caso, joer, desafío a cualquier del mundo internauta que encuentre un blog con unos comentarios como los que hay aquí. Qué impresionantes.
Abrazos por parejas.

CARPET_WALLY dijo...

Hablando de referencias, el otro día en la tele, el propio Alberto Rodriguez decía que una de sus referencias era "Conspiracion de silencio" de Preston Sturgess. Supongo que el tipo que viene de fuera a husmear en un entorno cerrado, en el que todos callan y la hostilidad con la que reciben al que viene a investigar un caso que conviene poco a la mayoria...si es realmente un refernte, aunque si nos ponemos así quizá encontrasemos más títulos que tratan una trama parecida. Pero, en fin, si el director dice que fue así, será.

Yo también pensé lo de Antonio de la Torre, pero efectivamente más en la dirección en la que apunta el lobo, creo que aprovechó un referente como él para un `papel poco destacable para dar más contundencia al reparto...el resto salvo la Barros, no son nombres conocidos.

En cuanto al personaje de Nerea, cierto lo que dices de que hay cosas que sorprenden, pero yo me lo creí porque en el fondo es una madre que culpa de sus males a su marido y sobre todo de la muerte de sus hijas, de hecho lo de la cartilla es una muestra...es como decirles a los polis, "vayan a por él". Pensad que es una mujer sometiad en los 80 casi sin democracia aun y donde el maltrato a la mujer no se planteaba ni siquiera como algo anormal, ella se defiende así, de tapadillo. Lo de los secretos confesados de la niña encaja algo menos, es cierto.

Grande el paralelismo con "Arde Missisipy", si señor.

Y volviendo a lo de la serie televisiva. La verdad es que daban ganas de que la semana siguiente pusieran un nuevo capítulo de ese par de polis, un nuevo caso oscuro y que les una (o desuna) la subtrama del pasado oculto....

Abrazos en el coto

César Bardés dijo...

Corrección sin dedo en el ojo: "Conspiración de silencio" es de John Sturges y no de Preston.
Pues mira que eso sí que lo pensé cuando vi la película en su momento lo que pasa es que me pareció mucho más adecuado ponerle la película de Ray más que nada porque el entorno es más parecido. Pero me creo perfectamente lo de "Bad day at black rock" porque sí que tiene elementos de esa película que, sin duda, es referencial en el género para muchas otras.
Claro, está bien lo que dices, lo que pasa es que eso entra en conflicto con su belleza. Una tía que es guapa (aunque, sinceramente, no es mi tipo de tía) no está aguantando ahí ni se sabe el tiempo con el personaje de de la Torre porque sabe que en cuanto salga de ahí siempre va a haber alguno que se cruce y se la lleve.
Fíjate que, para mí, incluso se va a acariciar la idea de hacer una segunda parte con la misma pareja de policías. Hay cositas que me suenan a que Rodríguez lo tiene previsto. Desde ese final un tanto colgado en cuanto a la relación de los dos a la escena del excusado en la que Gutiérrez orina sangre sin ninguna consecuencia en la trama posterior. Quizá me equivoque, no lo niego, pero me queda ahí el reconquillo.
Por cierto, una cosa que sí ha apuntado Dexter. La fotografía (es cierto, las tomas aéres cenitales son espectaculares y además narrativamente extraordinarias) es tremenda, en especial en toda la parte lluviosa. Hay escenas de una fuerza que me quedé boquiabierto.
Abrazos mojados.

dexterzgz dijo...

Rodríguez apuntó en la charla que la exposición fotográfica de la que os he hablado la fue a ver con el que después sería su director de fotografía precisamente y los dos salieron alucinados. Los títulos de crédito son de los mejores que ha dado el cine español con ese plano aéreo de las marismas simulando un... bueno no spoileo. Por cierto, que acabo de recordar que también habló de "Conspiración de silencio" como influencia.

Nerea Barrios habló precisamente del problema con la edad. Bromeó con ello porque dice que el primer día al llegar al plató el propio Rodríguez le soltó, "joer, pues el día del casting me pareciste más mayor".

Abrazos en negativos

CARPET_WALLY dijo...

Cierto, John, no Preston que se me cruzarían las noches de Eva o algo...sorry.

Si, ese final no cerrado deja la puerta a nuevos casos, por eso decía que dejaba con ganas de más. Y en cuanto a lo de la Barros, también lo comenté, como Fotogramas, que su belleza (tampoco mi tipo) no cuadra en ese cuchitril.

Y cierto lo de la fotografia, cuidadisima, en la parte final siguiendo a Gutierrez con el agua por las rodillas es para enmarcar.

Lo de la droga que mencionaba Dex, no me molesta como trama marginal que digamos distrae a los policias tanto como al espectador. de hecho otra de las escenas muy bien rodadas para mi, y que aumenta el nivel agobiante y de desasosiego es la de la barbcaza con el jefe narco del uqe solo vemos las piernas y parte de la gran panza.

Lo de la vidente casa menos , salvo que se desarrolle en una segunda peli, creo que le dice algo así como: "Al final te encontrarás con tus muertos ( o tus fantasmas)" y ya sabemos por donde puede ir eso...obviamente en esta peli, no hay tal, luego...

Abrazos furtivos

César Bardés dijo...

Los títulos de crédito son todo un acierto, es verdad, porque pone al espectador en ambiente y además sorprende muchísimo que un paisaje así pueda estar en nuestra España querida (o querindonga, debería decir).
Por cierto, Nerea Barros, el otro día, la vi promocionando "La isla mínima" por televisión en "El hormiguero". Pablo Motos le preguntó que si quería dirigir a la Film Symphony Orchestra en "Juego de tronos" y ella lo hizo y se emocionó muchísimo...vaya cosa, ya lo había hecho yo antes (no es broma).
En todo caso, sí, creo que no es un "casting" muy acertado aunque no por su trabajo, sino por un físico que no cuadra nada con el entorno en el que nos quiere meter Rodríguez.
A mí tampoco me molesta lo de la droga porque, efectivamente, es algo que distrae la atención de los policías tanto como la del espectador y es cierto que, aunque puede ser considerado como una subtrama metida con calzador algo holgado, no lo es menos que cuadra perfectamente con la forma en la que se investigan muchos crímenes. La pista falsa no es algo muy habitual en el cine porque se han empeñado en mostrar a los héroes como perfectos y tan listos que siempre siguen la pista correcta. Y en esta ocasión no la siguen porque todo huele bastante mal.
Lo de la vidente, cierto, casa menos. Dex considera que es una subtrama sin resolver (ya te digo, puede ser) pero también me inclino a creer que la vidente (dice algo así como "los fantasmas saldrán a tu encuentro, ya falta poco") parece augurar una segunda parte. Lo que me extraña y me choca es que Rodríguez tenga tanta seguridad del éxito de la película. La apuesta no era del todo fácil y quizá ha sido algo que ha metido con mucho tiento y con afán de aprovecharlo si se terciara el éxito como así ha sido.
Abrazos de corzo.

dexterzgz dijo...

Con el tema de los fantasmas y las marismas también me pasó por la cabeza "En el centro de la tormenta" una peli estimable y poco conocida de Monsieur Tavernier.

Abrazos alrededor de la medianoche

César Bardés dijo...

Pues mira, he de reconocer (es que soy muy listo) que también pensé en ella pero me alejé rápidamente de la idea por el elemento sobrenatural que lleva encima la película de Tavernier. Lo que pasa es que los fantasmas y demás es algo que es muy inherente a Nueva Orléans y Rodríguez lo introduce como elemento español de forma, creo yo, muy acertada.
"En el centro de la tormenta" me parece muy, muy estimable sobre todo en la primera parte. El detective Dave Robicheaux que interpreta Tommy Lee Jones también tomó vida con el rostro de Alec Baldwin en la muy estimable y muy poco conocida "Prisioneros del cielo". Ahora este chico esta en "Torrente 5". No somos nadie.
Abrazos ocultos.