martes, 26 de junio de 2018

A VIDA O MUERTE (1948), de Michael Powell y Emeric Pressburger

Si tenéis ganas de escuchar lo que Gervi Navío y yo hablamos en "La gran evasión" de Radiópolis Sevilla alrededor de "Opening night", de John Cassavettes, podéis hacerlo aquí.

Lo único que puede sobrevivir a la muerte es el amor. Tal vez, incluso, sea su mayor enemigo. Tanto es así que el amor puede ser la eximente de la condena de morir. Al fin y al cabo, muchos seres humanos han pisado esta Tierra y se han sentido felices por haber sido amados. Cuando llega la hora, todo se reduce a un proceso burocrático para alcanzar el mejor lugar disponible. Sin embargo, hay personas que se resisten a marcharse. Puede que aún tengan algo por hacer. O algo por vivir. O alguien a quien amar. La burocracia no puede ser obviada y que las almas hagan lo que les dé gana. No, todo dentro de un orden. Si un alma quiere seguir viviendo tendrá que exponer sus razones dentro de un juicio con jurado y público. Claro que si el fiscal es un americano que aborrece a los ingleses, el asunto se pone un poco más difícil. Sólo hay que demostrar cuánto merece la pena vivir para que la muerte sea, simplemente, aplazada. El ajedrez se convierte en un juego celestial y el guía que debe enseñar el camino es un francés de cabeza cortada y sensibilidad un tanto superficial. Todo es una especie de compás de espera que no tiene demasiado sentido, aunque quizá sí lo tenga en los vericuetos legislativos del cielo. Por supuesto, el juez es un individuo de bondad en el rostro y peluca creciente, no sé quién debe ser.
Lo bueno de todo es que hay muchas almas, ya fichadas y con destino, que aplauden la rebelión de ese hombre pequeño que decidió enamorarse de una voz y lanzarse a la vida a pesar de las dificultades. La admiración que despierta su acto desafiante resulta sorprendente, a pesar de ser inglés (todo el mundo sabe que los ingleses no entienden nada de amor). Sin embargo, algo hay de diferente en este individuo que se niega a subir al cielo. Un cierto entusiasmo, un pequeño gesto de superación, un rabioso enunciado a favor de la vida. ¿Sería pecado condenar a un alma así y hacer desaparecer su cuerpo de este valle de lágrimas? Habrá que decidirlo, señores, habrá que decidirlo. Imagínense que todas las almas se negasen a entrar en el cielo…sería una catástrofe. Aunque no sería descartable asegurar que lo hace porque en el cielo las cosas son en blanco y negro y en la Tierra, todo tiene su color. Contradicciones de la Creación.

Original película de Michael Powell y Emeric Pressburger, que hurga en la relatividad de los juicios finales y en la certeza de que lo mejor es lo que se está viviendo, por duro que ello sea. David Niven, Kim Hunter y Raymond Massey sacan lo mejor de sí mismos para contárnoslo entre protestas y alegaciones, entre la única verdad que posee el ser humano, como es la seguridad de la muerte, y la mejor verdad que tiene, como es la experiencia del amor. ¿Pueden ir ambas cogidas de la mano?

6 comentarios:

Unknown dijo...

Hola César, ¡buena pinta!, precisamente hace muy poco que me la compré, mi interés por este dúo de cineastas ha ido creciendo bastante, aunque aún no la he visto. A ver si lo hago y la puedo comentar. Saludos.

César Bardés dijo...

Powell y Pressburger eran auténticos genios. Es muy recomendable hacerse un ciclo con sus películas: "Las zapatillas rojas", "Los cuentos de Hoffman", "A vida o muerte", "Los invasores", "Coronel Blimp", "Narciso negro" (increíble esta película) y, por separado y para completar, por el lado de Powell "El fotógrafo del pánico" y por el lado de Pressburger "Y llegó el día de la venganza", de Fred Zinneman, basada en la novela "Sobre un pálido caballo" del propio Pressburger. Fueron conocidos como "Los Arqueros" y su cine es totalmente diferente y totalmente bueno.
Saludos.

Unknown dijo...

Las del "Coronel Blimp" y "El fotógrafo del pánico" me chiflan. En cuanto a la de "Los cuentos de Hoffman", sinceramente no entre. Y como bien dices tengo que hacerme un ciclo, con las que tengo al menos: "Narciso negro", "A vida o muerte" y "Un cuento de Canterbury". Sí, lo de "Los arqueros", es además el nombre de su productora. ¡Cuanto más cine conoces, más te das cuenta de todo aquel que aún no has visto! Además, suelo revisar mucho, a pesar de tener mucho que ver por primera vez. ¡Gajes del oficio!;-)
Saludos.

César Bardés dijo...

Pues mira, a pesar de que yo sí entré en "Los cuentos de Hoffman" (sobre todo, por su estética cuidadísima), comprendo perfectamente que haya gente que no acabe de gustarle ni ésta ni "Las zapatillas rojas".
También se me olvidaba recomendarte "Emboscada en la noche", que comenté no hace muchos días aquí mismo, una historia de la guerra en Grecia, basada en un hecho real, que no tiene más que mensajes positivos y suspense del bueno.
Saludos.

Unknown dijo...

Pues mira por donde César, ayer que tenía pensado ir a ver "Hereditary", y que finalmente no me fue posible, terminé poniéndome la película. Ya le tenía ganas y tu comentario me dio el empujón que me faltaba. ;-)
¿Y qué decir de ella? ¡Puff!, ¡vaya pedazo de película!. ¡Qué película más conmovedora e imaginativa!. ¡¡¡Qué maravilla todo el tema del diseño!!, ¡qué ideas más logradas tiene!, como esa linea entre cielo y tierra usando el tema del color, el detalle de la escalera, y esa bajada al propio quirófano donde se lleva a cabo esa delicada operación. ¿ Y esas elipsis?, especialmente aquella de la flor ,con la cual recoge la lágrima de ella, que va perdiendo el color progresivamente para cambiar de ubicación: ¡¡magistral!! Toda la parte del juicio, es una auténtica gozada, una delicia. ¡Qué personajes!, es curioso porque tiene ese punto que tenían la del "Coronel Blimb", tanto físicamente como a la hora de interrelacionarse entre ellos, siempre con mucha cortesía y educación entre ellos. Los actores están geniales.

Por cierto, hablando de actores británicos, estoy revisando 'Yo, Claudio', y todos los actores, sin excepción, salgan 2 horas o 2 segundos es que te los cree. Y lo de Caligula, al que le da vida un extraordinario John Hurt, da auténtico pavor. De quitarse el sombrero. Deja la composición de Malcom McDowell, casi en anécdota. Enorme serie con la que estoy disfrutando de lo lindo, de nuevo.

Volviendo a la película en cuestión, sin ser argumentalmente muy parecida, si me recordó a la entrañable peli de William Dieterle: "El hombre que vendió su alma". En definitiva, grandísima película, de esas a las que además se pueden acudir en caso de bajón.

Nota: También tengo "Las zapatilas rojas". Esta tendría que verla, ya toca.

Saludos.

César Bardés dijo...

Me alegro de que disfrutaras con ella. A mí me parece original, estéticamente alucinante, con un cuidado en la puesta en escena extraordinario y con unos diálogos brillantes. Todas esas ideas que nombras funcionan a nivel visual de una manera magistral. Es que el caso es que veo que, salvo sus películas en blanco y negro (y aún así también), todas tienen un cuidado y un mimo fuera de lo común.
En cuanto a "Yo, Claudio" también la tengo por aquí. Toda una gozada verla con ese John Hurt, ese Derek Jacobi y esa Sian Philips (a la sazón, la esposa de Peter O´Toole). Una serie de esas que ya no se hacen.
Tienes razón en sacar paralelismos entre "A vida o muerte" y "El hombre que vendió su alma". Casi me gusta más ésta.
Saludos y sigue descubriéndolos.