jueves, 14 de junio de 2018

JURASSIC WORLD II: EL REINO CAÍDO (2018), de Juan Antonio Bayona

A menudo, la ambición es tan temible que parece que quiera devorar todo lo que toca y se acerca. Puede que parezca dormida, o que sea algo que pasa desapercibido, pero no son más que las viejas trampas de la caza. Los colmillos se afilan, la aventura se provoca, la idea se agranda y el paladar se llena del regusto de las víctimas. Hay que tener mucho cuidado con la ocurrencia de jugar a ser Dios y, además, sacar un beneficio de todo ello. El resultado, con frecuencia, es la Naturaleza desbocada, la vida en un perpetuo desequilibrio salvaje y la certeza de que el hombre, en esas ocasiones, es un elemento totalmente prescindible.
Así que es tiempo de cerrar las jaulas a esos ejemplares que tratan de sacar el máximo número de ceros en cualquier loca subasta que sólo juega a poner en evidencia la falta de valores y la desorientación de una élite aburrida. Si los hombres llegan a convivir con las fieras, se puede deducir sin ninguna dificultad quién sería el vencedor y los rugidos del hambre saciada se podrán escuchar desde cualquier rincón del parque más cercano. Los dinosaurios ya tuvieron su oportunidad y desaparecieron porque ése era su destino. Es absurdo tratar de conservarlos para que todo se convierta en el sucio negocio de la extinción. El hombre no aprende y, tal vez, algunos dinosaurios sí.
Volvemos a los personajes que ya conocimos en la anterior aventura, pero esta vez Juan Antonio Bayona, a partir de un guión mediocre que recuerda mucho a la serie B clásica, ha conseguido imprimir un saludable sentido del humor, con secuencias perfectamente engrasadas, que funcionan con soltura, yendo del cine de puro entretenimiento al terror sin transiciones difíciles, con sus correspondientes sustos, sus tramas facilonas, sus tensiones manejadas y sus espectáculos visuales. Bayona trabaja con oficio y consigue una buena película, con cierto sentido, con homenajes preclaros a Frankenstein, o a De aquí a la eternidad y dejando un inquietante final para tener ganas de algo más. No es poco.
Pujen por esta película, puede que no valga millones, pero acaba ofreciendo un rato de cine. Y no es poco habida cuenta del material con el que se partía. En algún momento hay que abrir la boca para tentar al bocado más cercano y manejar la cola con maestría para apartar a los facinerosos que, por puro interés, quieren ganancias rápidas y crueldades morales. Tal vez, los animales, por muy salvajes que puedan llegar a ser, son más sabios que los hombres. Conocen olores, comportamientos, intuiciones y crianzas. Y adquieren la certeza de que hay depredadores más devastadores que aquellos que son de su misma especie. Las llamas pueden devorarlo todo y no cabe duda de que hay situaciones con auténtico peligro que crispan los dedos sobre los brazos de la butaca y aceleran los latidos. Hay que salir corriendo si se quiere sobrevivir y no hay ningún problema en dejarse caer en los brazos de esa especie de domador de dinosaurios que encarna de manera efectiva Chris Pratt y de esa ingenua ecologista bajo el rostro angelical de Bryce Dallas Howard. El resto, ya saben, será un buen puñado de fantasía generada por ordenador, unos rugidos de alto volumen, una conclusión que puede ser el principio y la consabida certeza de que estamos en manos de unos cuantos desalmados que, con tal de ganar millones, no dudarán en poner en riesgo a toda la Humanidad.

17 comentarios:

dexterzgz dijo...

¿Guión mediocre? Sí, que nos hemos levantado generosos hoy, Bardés. En el fondo, no deja de ser otra vuelta de tuerca más al mito de Prometeo que es lo que viene siendo toda la saga desde que Spielberg la parió. Y cuando parece que el filón está agotado, resulta que va Bayona y se saca de la manga un final que ese sí es preclaro. Las escenas de acción no me parecen mal resueltas, pero tanto pim pam pum con tirabuzón y doble mortal me llega a cansar. Vale que no estamos en una de Lars Von Trier aunque salga la Howard pero... Hay homenajes también preclaros a "Alien", "Los pájaros" e incluso a "Ciudadano Kane" y autoguiños a "El orfanato", amen de que toda la película es un "lo imposible" continuo.

Con todo, insisto en la pobreza del guión. No me gusta cómo están escritos algunos personajes (es ya un vició endémico del cine moderno crear unos "malos" tan malos). Por otra parte, estás deseando constantemente que llegue un momento en el que aparezca un diplodocus por ahí y se zampe de una vez al negrito informático.

Abrazos volcánicos

César Bardés dijo...

Bueno, es que no es "Ciudadano Kane" y tampoco es "Parque Jurásico". Tampoco creo que lo de Frankenstein sea toda la saga. Por ejemplo "El mundo perdido" es mucho más "King Kong" que otra cosa, mientras que la primera fue una adaptación bastante fiel a la novela de Michael Crichton que advertía de los peligros de los entonces incipiente tecnología del ADN. Yo creo que Bayona no pretende otra cosa que divertir. Hay momentos de tensión que están bien. Creo, por ejemplo, que la secuencia del contenedor con el Rex es bastante curiosa. Por supuesto, también hay homenaje a "Nosferatu" (esa garra de dinosaurio sobre la cama de la niña se asemeja mucho a las sombras de Murnau). El argumento, sí, de serie B. Los malos...sí, estereotipados al máximo (¿en alguna otra no es así? También en "El mundo perdido" está el cazador sin escrúpulos de Pete Postlewaite que parece un calco del que aquí interpreta James Remar). ¿En serio esperabas otra cosa?
Abrazos con carne en los colmillos.

Unknown dijo...

Buenas,
Me resultó tan insípida la anterior que a esta no le daré la oportunidad, además se le une el tema de Bayona, que a mí personalmente su cine me parece con poco alma, ¡ojo!, aún no he visto la de "Un monstruo viene a verme".
Saludos.

César Bardés dijo...

El otro día hablaba con Dexter sobre él y me decía que era un alumno aplicado de Spielberg. Y yo le dije que bueno, que más bien un alumno al que le habían quedado un par para septiembre. El problema de Bayona no es que tenga poco alma...es que quiere tenerla.
Saludos.

Unknown dijo...

Claro, desea tenerla (porque no la tiene), saliendo su cine de forma impostada y claro se le ve las costuras.
Saludos.

dexterzgz dijo...

No, no esperaba otra cosa, incluso te digo que sin convencerme en absoluto, me esperaba una cosa bastante peor. Se resuelve con el oficio de Bayona, que estoy con Suso, es algo impostado, pero hay que reconocer que el muchacho sabe algo de esto. Que te gusten o no sus películas es ya otro cantar, porque como me dijo Bardés el otro día, en efecto es un alumno de Spielberg al que le quedan dos o tres para septiembre.

Abrazos subastados

Unknown dijo...

Totalmente de acuerdo, saber sabe de esto y no poco (posiblemente, más a nivel técnico). Saludos.

César Bardés dijo...

Es que, sinceramente, sin ser ninguna obra maestra (tampoco lo pretende) a mí me parece que ésta es incluso mejor que la primera de "Jurassic World". Bayona me parece mucho más dotado que Colin Trevorrow y, sí, desde luego, a veces se le queda el estilo muy impostado porque busca la emoción y no sabe buscarla igual que lo hace Spielberg. No sé, quizá me equivoque, pero Bayona, cuando haya cogido suficiente sabiduría, es posible que llegue a dominar el toque necesario para estremecer y, estoy seguro también, tocará fondo por el camino.
Abrazos técnicos.

CARPET_WALLY dijo...

Pues me sumo a Suso y casi he desistido de ir a ver este nuevo intento de revitalizar a los dinosaurios a golpe de chequera más que de imaginación. Lo único que me interesaba era ver a Bayona en la factoría Spielberg donde, estoy con vosotros, se puede poner un traje que le sienta muy bien.

Ya dijimos que "Lo imposible" era muy Spielberiana. Lo del monstruo que venía a verme y el amigo gigante coinciden en tiempo y en tamaño del personaje pero en muy poco más.

Pero lo que más me ha hecho desencantarme de la franquicia es que "Jurassic World" me pareció muy, muy mala. Repetitiva, sin alma y sin el ritmo adecuado. Con poco, Bayona habrá dado un resultado más pasable.

Abrazos isleños

César Bardés dijo...

Pues sin haberla visto, estoy bastante de acuerdo contigo, Carpet. Bayona ha hecho un entretenimiento digno donde no lo había y pasa la prueba con un bien. Y totalmente cierto lo de la primera parte de "Jurassic World". En realidad, seamos sinceros...¿tan necesario era resucitar la saga?
Abrazos enseñando las fauces.

Unknown dijo...

¿Quien habla de necesidad?, ¡dinero y más dinero!, amigo César. Saludos.

César Bardés dijo...

Sí, vale. Es todo una cuestión de dinero, no lo niego. Pero ¿tan difícil es reestrenar la saga original? Es muy posible que todos los de las nuevas generaciones se quedan más enganchados y más encantados. Los personajes eran más carismáticos, las situaciones eran más originales, había más profundidad en todo ello. Vale, los ordenadores eran más antiguos...eso es fundamental.
Saludos.

Unknown dijo...

Claro que es más fácil, más rentable y muchíiiisimo más jugoso para los espectadores, Cesar. Pero eso sería como reconocer que la industria de Hollywood ya no es capaz de lograr lo que lograba antaño, y aunque ni mucho menos lo logra sacándolas, ahí está con el mazo dando (además de estar el tema de la renovación de la tecnología empleada). Saludos.

César Bardés dijo...

Había una película en la que se decía una gran verdad. "Si ustedes eliminan de las aulas a Beethoven, Shakespeare y Einstein, muy pronto tendrán unos adultos que no tendrán nada que pensar". Y a eso está jugando el cine desde hace tiempo...y me temo que muy pronto habrá unos espectadores que no tendrán nada que ver, sencillamente, porque no querrán ir y creerán que eso del cine es un invento arcaico que ha sido ampliamente superado por la propia tecnología, por el video juego, por la interacción que les hace creer que son más de lo que realmente son y por la tontería propia de cada uno. El futuro es muy, muy negro...Creo que me voy a unir a los dinosaurios en su extinción.
Saludos.

Unknown dijo...

¡Ja,ja!, esperemos que no, Cesar. ;-)

CARPET_WALLY dijo...

No tienen nada que ver con la película, pero si con los últimos comentarios. Recomendable la entrevista en El mPais Semanal a Stephen Pinker, psicólogo, científico y lingüista canadiense. Un positivista que reniega (creo que con razón) de los argumentos generalizados sobre los mal que va todo y los malos augurios que nos van a venir (en otro ámbito pero casi igual hablaba Javier Marias en su artículo de ayer).

Sobre todo Pinker viene a decir que el mundo (la gente) no va a permitirse volver a la incultura que eso es lo que están proponiendo desde algunas instancias para poder manejar mejor a la masa, pero que el retroceso es algo actualmente muy complicado. Parece imprescindible también su libro "En defensa de la Ilustración" que será una de mis lecturas obligadas de este verano.

Abrazos positivos

César Bardés dijo...

Varias consideraciones hacia eso:
Lo mismo se puede citar a Postman, que dice que el mundo del futuro estará poblado por una pequeña élite de personas cultas mientras que el resto será bastante inculta. Y que el problema estará en que esa élite de personas cultas no servirá absolutamente para nada porque nadie entenderá de lo que hablan, algo que, por otra parte, ya está pasando en varios ámbitos.
Por otro lado, me hace gracia la expresión "el mundo no va a permitirse volver a la incultura" como si fuese una elección consciente. No lo es. Y es más, de acuerdo, el futuro no va a ser tan negro, no tengo ningún problema en darte la razón en eso. Simplemente habrá una cultura paralela que será bastante más inútil de la que conocemos los de generaciones anteriores. No en vano estamos ante la "generación más preparada de la historia" ¿no?
Son puntos de vista. Ni lo vamos a arreglar, ni lo vamos a estropear. Pero ya que estamos, no sé, pregunta a cualquiera que tenga diez años menos que tú no ya si ha leído el "Quijote" (ya sabemos que todo el mundo dice que sí -sobre todo aludiendo a "sí, lo leí en el colegio", cuando eso es más falso que un billete de doce euros) sino simplemente si ha leído "La montaña mágica", de Thomas Mann; o un libro de Faulkner; o a García Márquez (alguno habrá que sí, que se ha leído "Cien años de soledad" y pare usted de contar), o pregúntale sobre John Ford a ver si te explica lejanamente quién es; o sobre Schopenhauer; o si sabe qué estilo es el del pintor Egon Schiele; o si se sabe fehacientemente cuáles fueron los hechos y circunstancias que marcaron el advenimiento de la democracia en España en 1975 y sí fuimos o no todos a votar con el típico "muerte o bolongo".
Abrazos escépticos.