martes, 12 de junio de 2018

UN CONDENADO A MUERTE SE HA ESCAPADO (1956), de Robert Bresson

Lo primero, la desesperación. Lo segundo, no dar nunca a entender que se está desesperado. El teniente Fontaine sirvió primero al ejército y, después, se unió a la resistencia contra el invasor. Ha sido apresado. Y desde el primer momento su deseo es escapar, dejarles con un palmo de narices y con la soga colgando. Así que en su impasible rostro se aprende la paciencia que hay que guardar para escaparse de una cárcel en medio de la ciudad de Lyon. Con Fontaine, aprenderemos a tener recursos anímicos y, también, a desplegar la imaginación con un solo objetivo: evadirse. La cárcel es antigua y eso ayuda. Las puertas son de madera y con el mango de una cuchara afilada contra el suelo se puede fabricar un instrumento que horade los límites de la celda. Habrá que establecer un código de contacto con los vecinos de uno y de otro lado, Habrá que excavar en los poros de esa madera vieja que es el primer paso hacia la libertad. Y no dejar huellas. Esconder todo lo que se está haciendo. Paciencia, Fontaine, paciencia. Hay que esperar al momento adecuado.
Fontaine se va a escapar de todas formas. No importa si los demás le apoyan o no, él se irá saltando cualquier obstáculo. La fuga no será rápida. Durará varias horas porque hay que fabricar unas sogas resistentes para salvar las alturas. Hay que esconder esa cuchara afilada por el mango, hay que comer la maldita bazofia que los guardias dejan todos los días en el mismo umbral de la puerta. La madera se desgasta, se astilla y hay que restaurar todo lo que se consigue. La condena a muerte cae porque no puede ser de otra manera. Fontaine ha trabajado mucho para la resistencia y lo ha hecho muy bien. Tiene sangre fría aunque a primera vista no lo parece. Y se aprovechará de la rutina de todos los días. El vaciado de los cubos, el pequeño aseo que se les permite, el murmullo que no se puede oír, los ánimos y los rezos que provoca su aventura. Se va, se va, y nada en el mundo lo podrá impedir.

En el camino de salida, Fontaine tendrá que hacer lo más difícil. Deberá matar a alguien con sus propias manos. Y eso es algo que no veremos porque él tampoco quiso hacerlo. Lo hace por obligación, porque si se queda no habrá marcha atrás y el verdugo espera. Es un soldado y tiene que conseguirlo, reintegrarse a su cédula, aunque sea en la total clandestinidad, implicar a los menos compañeros posibles, respirar el aire nuevo de la calle que, solitaria, espera su heroicidad. Aunque esa heroicidad sólo consista en salvar la propia vida. Al día siguiente, cuando Fontaine tenga a Mozart en su mente y se meta en un agujero para esconderse, alguien gritará en la prisión que un condenado a muerte se ha escapado. Y nosotros, con él.

27 comentarios:

Unknown dijo...

Buenas,
Esta no la he visto, tengo que verla. Precisamente, esta temporada me he centrado bastante en el cine francés (fuera de la Nouvelle Vague y sobre todo clásico) y he visto grandísimas películas. Lo "malo" es que cuando te zambulles en una filmografia determinada, se amplia tus miras y no das abasto. :-P
Saludos.

César Bardés dijo...

Es estupenda. Bresson tiene películas valiosísimas siempre rodadas desde esa perspectiva austera que le caracteriza. Aquí, Fontaine, el condenado y encarcelado por los nazis y los colaboracionistas, se escapa, pero asistimos a la preparación de la evasión de forma minuciosa. Casi, casi, se podría trabajar con él. Jacques Becker, con "La evasión", creo que lo utiliza como referencia porque hay momentos en que las películas se parecen mucho, aunque allí es una evasión en grupo y aquí es meramente individual. Estoy de acuerdo en que el cine francés tiene grandísimas joyas de Jean Vigo y Jean Renoir hasta Melville sin necesidad de pasar por la "Nouvelle Vague" (aunque para mí es visita obligatoria, sobre todo bajo los nombres de Truffaut y Malle).
Saludos.

Unknown dijo...

César comentarte que, y sin querer entrar en "polémica", juraría que Malle no fue integrante de la Nueva ola, es cierto que era más o menos de la misma época, su carrera fue en paralelo, pero sin nada que ver con esta. En un mismo caso está Agnés Varda, a la que se le suele encuadrar en este movimiento al que tampoco pertenece. Incluso, una vez leí de una buena fuente que había un movimiento al margen de la Nueva Ola, no me acuerdo ahora de su nombre, que recogía a una serie de cineastas, y que fue más o menos en paralelo con la famosa ola. Saludos.

César Bardés dijo...

Bueno, pues no lo solamente lo fue, sino que fue realmente, quien realizó su película fundacional que es "Ascensor para el cadalso" y no "Los cuatrocientos golpes" como creen algunos. Es verdad que la carta de naturaleza vino con la película de Truffaut debido a la enorme repercusión que tuvo en el Festival de Cannes, pero, reconocido por el propio Truffaut, la primera fue la película de Malle. Si no fuera bastante con eso, habría que acudir a las propias declaraciones de Malle que decía aquello de "La Nouvelle Vague soy yo". Es verdad que hay ciertos autores que sitúan a Malle fuera del círculo porque, sencillamente, Malle no se llevaba bien con la mayoría y no quiso ser reconocido como uno de los "jóvenes turcos" que escribían en Cahiers du Cinema (aunque lo hizo) intentando distinguirse por separado y no ser reconocido por pertenecer a un movimiento en concreto.
En concreto, con Agnes Vardá pasa tres cuartos de lo mismo. Fue conocida como "La chica de la Nueva Ola", lo que pasa es que, habida cuenta de su condición de mujer y de que no era, ni mucho menos, tan popular como algunos de sus compañeros, tuvo muchas más dificultades para salir adelante en aquella época. Colaboró con Truffaut en la redacción de muchos artículos y también salió de Cahiers du Cinema.
El movimiento paralelo, que, por cierto, se llevaba fatal con los de la "Nouvelle Vague", fue el "Cinema de qualité" que preconizaban Henri Georges Clouzot y Jacques Becker. Los chicos de la "Nouvelle Vague" aborrecían a éstos (menos a Becker, al que consideraban casi como uno de los suyos) por lo estudiado de sus puestas en escena. Recordemos que una de las premisas de la "Nouvelle Vague" era rodar en escenarios naturales, con extras espontáneos y que si había que rodar el interior de una casa, se hacía en una casa de verdad y no en un decorado construido al efecto. Por ello, Godard abominó de Truffaut cuando hizo "La noche americana".
Saludos.

Unknown dijo...

Entiendo, aun así yo el cine de Louis Malle lo veo en otra onda que el de la Nouvelle Vague, la verdad, serán cosas mías, y me parece superior. No, es otro movimiento el que recuerdo, Cesar, aún así prefiero a Clouzot y a Becker que a los chicos de la "Nouvelle Vague" ;-)
Saludos.

César Bardés dijo...

Bueno, es que el cine de Malle está muy por encima de la gran mayoría de los que componían la "Nouvelle Vague". Sólo Truffaut está ahí ahí. Los demás, sean cuales fueran los nombres,están por debajo, desde luego.
En cuanto a Clouzot y Becker...son dos grandes cineastas, desde luego. Pero para mí no están por encima ni de Malle, ni de Truffaut. Sí, por encima del resto. Incluso del más parecido a ellos, que podría ser Claude Chabrol, también llamado "El desertor de la nueva ola".
Saludos.

Unknown dijo...

Tengo que admitir que a mi Truffaut, lo que he visto de él (no mucho aún), no me llega a convencer del todo. Sí, me encanta "Los cuatrocientos golpes" y casi igual "Jules y Jim". Incluso siendo amante de la ciencia ficción, su "Fahrenheit 451" me parece algo rancio, algo acartonado, y creo que sus mayores logros en esta vienen gran parte en el origen literario. Saludos.

César Bardés dijo...

Por supuesto que el peor defecto de "Fahrenheit 451" es su estética, que se ha quedado totalmente trasnochada, tampoco me parece que sus logros se deban más al original literario. Hay mucho del propio Truffaut en la adaptación y sé que los productores de la actualidad andan detrás de hacer una nueva versión. Estoy seguro, segurísimo que echaremos mucho de menos el trabajo de Truffaut.
Ahora bien. Tiene muchas muy buenas (de hecho, salvo, quizá alguna excepción como "El amor en fuga" que es más un recopilatorio de las andanzas de Antoine Doinel en sus distintos episodios, a mí me parece que no tiene ni una sola película mala. Otra cosa es que sea de su interés). Ahí está "La sirena del Mississipi", o la estupenda "Tirad sobre el pianista", o "La novia vestía de negro", o la misma "La noche americana" que es una auténtica obra maestra sobre el arte de hacer cine; o "El último metro", que es su particular homenaje al mundo del teatro. Truffaut, para mí, es tan, tan bueno que casi siempre lo pongo a la misma altura que Ingmar Bergman.
Saludos.

Unknown dijo...

Joder, mayúscula aseveración que haces, Cesar. Para mí, Bergman está ¡muuuuy! por encima de Truffaut. Precisamente de las cuatro que has dicho, no me convence del todo ninguna. Eso sí, en cuanto a "La noche americana" (posiblemente la que me guste más) es cierto que todo el tema del cine dentro del cine es fantástico, "El último metro" me parece bastante inferior a esta y en cuanto al acercamiento al cine negro por parte de su autor, sinceramente no me dice mucho, creo que es el tono, no conecto con él. Es cierto, que mi caso parece ser una excepción, porque es un autor muy reputado casi para todos los amantes del cine. Como decía por "ahí abajo", tengo un problema... en este caso con el amigo Francois. ;-)
Saludos.

César Bardés dijo...

No es tan mayúscula. Acércate a cualquier círculo de gente que quiera al cine de verdad y hazla, verás si tienes aceptación o no. Con eso no quiere decir que yo me mueva al son de lo que piensa la gente, ni mucho menos. Es más, he tenido varias discusiones porque me desmarco de muchas cosas, pero que Truffaut estaba muy cerca del genio, estoy seguro. Fíjate en algo. Dices que sus acercamiento al cine negro no te convencen porque no conectas con el tono (los neorrealistas también lo hicieron y verás que no hay mucho diferencia. Prueba con "Un maldito embrollo", de Pietro Germi) pero cualquiera de las que he dicho que podrían inscribirse en el cine negro (yo creo que "La novia vestía de negro" no es cine negro) es superior a "El huevo de la serpiente" que es el acercamiento al cine negro que hizo Ingmar Bergman. Ojo, que no estoy diciendo que Bergman sea malo, ni siquiera peor. Me encanta Bergman, me parece magistral en muchas de sus películas, lo cual es meritorio teniendo en cuenta que tiene una filmografía bastante más larga que François. Para mí, es uno de los grandes maestros del cine a nivel mundial. Sólo digo que Truffaut...también lo es.
Saludos.

Unknown dijo...

No he visto "El huevo de la serpiente", pero de todas formas para mi Bergman, al igual que otros grandes, funciona extremadamente bien sobre todo en un género en concreto pero a veces cuando lo sacan de determinados "registros", no suelen ser tan atinados. Ahí está, y me voy a meter en un buen zarzal, el grandioso Alfred Hithcock. Mira, personalmente cuando me preguntan por grandes cineastas yo suelo considerar mucho el tema que sean versátiles, todo-terrenos y que toquen todos los géneros e incluso "puntúo" mucho que hayan tocado la etapa silente también. Por ello, grandísimos nombres como Bergman o Hitch no los tendría yo en lo más alto del podio, tengo en la cabeza a otros. No hablo de favoritos, ni preferidos, hablo de lo que considero los mejores cineastas desde mi "estrecho" punto de vista.

Amigo, "Un maldito embrollo", me parece canela fina, una auténtica maravilla. Y con esta no solo conecto, simplemente me quedo superenchufado. Sin embargo de este director/actor, no conecte con "El ferroviario", que me pareció algo impostada, queriendo jugar un poco a ese drama vitalista al estilo "El ladrón de bicicletas" y otros tantos...
En cuanto a lo de "La novia vestía de negro", que quiere que te diga, particularmente la escena del velo y la caída por la terraza del individuo me parece del todo risible, me da un patada y me saca de la peli y aunque luego es verdad que sube un poco, ando despistado con ella, no pillo el tono como te digo. Ya te digo que son sensaciones y parecers muy, muy personales e intransferibles.

Saludos cordiales. ;-)

César Bardés dijo...

Bueno, en cuanto a caídas y ridiculeces, Alfred Hitchcock sabía un montón. ¿O es que sus transparencias no eran de traca? Casi diría que eran infantiloides, pero es que la historia era lo importante para él.
Nadie ha dicho que tengas un "estrecho" punto de vista. Cada uno enfoca al cine como quiere y lo entiende y trata de transmitirlo como le da la gana. Hitchcock, efectivamente, no era tan bueno cuando se trataba de hacer otro género. En cuanto a tus criterios sobre quiénes son los grandes directores...pocos debe de haber que reúnan todos los requisitos. Ahora bien, por supuesto, eres muy dueño de poner en el "top" a quien te parezca.
En cuanto a Germi, yo no he dicho que sea un gran director. Ni siquiera se le tiene muy en cuenta cuando se trata de nombrar a los mejores directores neorrealistas. Ahora bien, "Un maldito embrollo" es la joya de la corona que trató de pasar del expresionismo propio del cine negro al neorrealismo. Ahora bien, las reglas que trata de traspasar Truffaut y los chicos de la "nouvelle vague" (ya digo, no me gustan todos) beben directamente del neorrealismo satinado de una mirada juvenil de osadía que era lo que les deba su auténtico valor. ¿Que te convence el argumento? Estupendo. ¿Que no te convence? Perfecto. Yo no estoy para convencer, de hecho. Sólo trato de ofrecer unos puntos de vista que pueden estar más o menos equivocados en base a mi experiencia y mis conocimientos.
Saludos.

Unknown dijo...

No, no me sentía aludido por lo de "estrecho" de miras, tranquilo. Lo decía, por conocimiento propio. En cuanto a lo de Germi, no he querido transmitir que tú hayas dicho que es un gran cineasta, se ve que no, solo quería expresar mi experiencia con este autor: el encontrarme con una joya como dices de "Maldito embrollo" (estupenda esa atmósfera de hastío y melancolía que lo impregna todo) y ese sensación menos placentera con "El ferroviario". Solo eso.
En cuanto a lo último, no creo que sea mi problema con el argumento, ya te digo que creo que es tema del tono. No sé, algún día quizás reúna ganas y vuelva a revisar algunas obras que no me parecieron satisfactorias. Saludos. ;-)

César Bardés dijo...

Yo entiendo eso que dices del tono más de lo que crees. Sé que, a primera vista, parece como que esas películas están realizadas en un tono más bien chapucero, como no tomándose demasiado en serio el aspecto técnico, como si rodaran con prisas, aquí y ya y sin demasiados ensayos. En el fondo, es como si pareciera que no se toman demasiado en serio. Principalmente esa es una de sus señas de identidad (aunque sí se tomaban en serio) y es que querían retratar la misma chapuza que, en sí misma, es la vida. Con sus "up and downs", con sus estallidos de ira espontáneos, con sus palabras coladas como por casualidad. En realidad, estaba todo más estudiado que lo que parece, pero entiendo que haya gente que le parezca que el tono es...difícil de poner en adjetivos...¿descuidado?
Saludos.

Unknown dijo...

No sé, ya te digo entiendo que son pelis "singulares", pero que no llego a entrar en ese tono. Por ejemplo, también me pasa como "Banda aparte" del ,en mi opinión, sobrevaloradísimo Godard. Hace poco me pasó con "Blackthorn" de Mateo Gil. Es que no, veo algo a lo que se quiere llegar pero como que no no. Otro ejemplo más actual es "Al caer la noche", de mi admirado Jacques Tourneur, lo hablaba con un amigo que de esto sabe un poco, para él es una peli excelente, para mí es algo, que como bien dices descuidado, bueno más bien a medio hacer, a medio gas...como con "falta" de autenticidad. Vaya, no sé explicarlo mejor. :-(
Saludacos.

Unknown dijo...

Mira, es como lo que comentabas hace unos días sobre "La cosa" y lo de parecerte de coña, algo así, también en determinados momentos. Como cuando nuestro prota de "El show de Truman" empieza a coscarse, ¡¡ja,ja!! :-P

César Bardés dijo...

Hombre, estamos no solo de acuerdo, sino que hasta te considero un colega por el hecho de considerar que Godard está sobrevalorado. Salvo "Al final de la escapada", que no por casualidad tiene un guión de François Truffaut, todas sus películas me parecen...no sólo con falta de autenticidad, sino directamente falsas. Te entiendo perfectamente lo que me dices con el "Blackthorn" de Mateo Gil. Sin embargo, Tourneur ya es otra caso. Ignoro hasta dónde llega tu conocimiento de este director pero a mí me parece un auténtico maestro aunque, desde luego, sí tiene títulos que navegan con plenitud en la serie B aunque siempre con mucho talento. No olvidemos que una película como "La mujer pantera", Tourneur, al ver los ridículos disfraces que le proponían, ideó un sistema basado en tener miedo "a lo que no se ve". Además de todo eso tiene una comedia tronchante con lo más granado del cine de terror como Vincent Price, Peter Lorre, Boris Karloff y Basil Rathbone titulada "La comedia de los terrores" que me parece extraordinaria.
Saludos.

Unknown dijo...

César, no debato sobre Jacques Tourneur, ¡Dios me libre!, debato sobre "Al caer la noche" exactamente. Saludos.

César Bardés dijo...

Estoy de acuerdo en que "Al caer la noche" no es precisamente de lo mejor de Tourneur, pero tampoco me parece tan mala. Es verdad que no acabas de entrar de lleno en la historia debido a la cantidad de hechos fortuitos que ocurren que no te acabas de creer, pero la realización oscura de Tourneur me parece maravillosa. Sin duda, las tiene mejores. La verdad es que me ha costado localizarla porque hay otra película del mismo título de Richard Thorpe bastante más antigua, pero al fin ya he sabido cuál es. En cualquier caso, eres muy dueño de creer que es una película de serie B (lo es, de hecho, era el fuerte de Tourneur) y bien es cierto que era un realizador que conseguía sacar oro de las piedras en muchas ocasiones y que, en muchas otras, el material de partida era tan pobre que no había manera.
Saludos.

Unknown dijo...

Particularmente, el protagonista no me cuadra, no sé Cesar, no lo veo para ese papel y después la relación de ambos dos me parece demasiado "artificial"...y como bien dices hay demasiados hechos fortuitos. Me encanta el cine negro, pero está claro que no es todo oro, ni mucho menos, venga de quién venga.
Está claro que Jacques Touneur era un mago de las sombras, pero también es cierto que algunas de sus películas coincidió con el productor Val Lewton, otro amante de la oscuridad y que subo dejar su impronta en algunas pelis que produjo incluso para otros directores (ahí está la atmosférica "La séptima víctima" de Mark Robson, por ejemplo)
Saludacos.

César Bardés dijo...

Pues también tienes toda la razón. Aldo Ray no es precisamente el más adecuado para ese papel. A él le iban los sargentos duros de acuartelamientos de espera, tipos que estaban voluntariamente al margen, que se las sabían todas pero que, al fin y al cabo, tenían un fondo irremediablemente amargo. Está estupendo en "La colina de los diablos de acero", por ejemplo. La realización de Tourneur sí me parece impecable porque era un maestro de las atmósferas. Y también es cierto que Val Lewton era un pequeño genio para las películas pequeñas. Ahora bien, Tourneur no siempre era grande sólo con Lewton. Recordemos que hizo uno de las más grandes películas negras de toda la historia como es "Retorno al pasado".
Saludos.

Unknown dijo...

No, está claro que Jacques Tourneur en solitario era un "cañon". Por cierto, me encanta la peli de Anthonny Mann que comentas, precisamente el otro día vi de él, el filme "El reinado del terror", de partida un tema que prometía, no me convenció, me bailaba el tono además de esa mezcolanza de géneros que no llega a cuajar. Saludos.

César Bardés dijo...

Es que Anthony Mann en sus comienzos, se movia dentro del terreno de una serie B que era muy C y, muchas veces, arrastrados por el nombre, uno ve que está dirigida por Anthony Mann y se atreve a verlas sin pensar. Como curiosidades y para ver cómo empezó, está bien. Como películas...yo creo que hasta que no llega "El gran Flamarión" (que tampoco me parece arrebatante), no empieza a dar muestras de lo buen director que era. Me gustan mucho los "westerns" que hizo con James Stewart (los cinco), también "Cazador de forajidos", con Henry Fonda y Anthony Perkins, y, desde luego, esas incursiones fuera del género que demuestran su versatilidad en "Música y lágrimas", "La colina de los diablos de acero" y "Los héroes de Telemark".
Saludos.

Unknown dijo...

Bueno, es que aunque "El reinado del terror" es cierto que la hace antes de sus famosos westerns, ya había dado muestra de su capacidad, por citar alguna de ellas, dos estupendas muestras de cine negro: Brigada suicida y Justa venganza. Saludos.

César Bardés dijo...

Pues mira, volvemos a disentir. No me gustan nada ninguna de las dos. Están muy lejos de lo que él era capaz de hacer. Sé que "La brigada suicida" tiene una cierta fama, pero es que me parece un anuncio sobre el FBI alargado durante una hora y cuarto (al igual que me lo parece "La casa de la calle 92", de Hathaway). Creo que ahí Mann no era Mann.
Saludos.

Unknown dijo...

Pues sí que disentimos, y bastante, sobre todo con "La brigada suicida" que para mí es un ejemplo clarísimo de buen noir de Serie B, diría que casi excelente en muchos momentos.:-D
Lo de la propaganda al FBI o la policía, era algo con lo que tenían que lidiar algunos directores, por desgracia, a pesar de esta patina, la película me parece muy buena. Otro ejemplo es el que citas, que me gusta bastante menos, otra del estilo: "Calle Madeleine nº 13", de Hathaway. Saludos.

César Bardés dijo...

De acuerdo. Lo de la propaganda del FBI es algo con lo que tenían que lidiar algunos directores, pero hasta eso se puede hacer o se puede hacer mal. La mejor película que se ha hecho sobre ese tema (y que también era de pura propaganda) es "FBI contra el imperio del crimen", de Mervyn LeRoy, que protagonizó James Stewart. Sin embargo "La brigada suicida" me parece precipitada, con un aire documental que me chirría bastante. Citas "13 rue Madeleine", que tampoco es santa de mi devoción y que tira hacia la OAS como objeto de su propaganda, con sacrificio incluido. Es cierto que, quizá, es más arriesgada porque es mucho más oscura, pero aún así, se pueden hacer las cosas de otra forma.
Saludos.