viernes, 8 de junio de 2018

ALICIA YA NO VIVE AQUÍ (1974), de Martin Scorsese

Alicia solo quiere tener una vida tranquila. Tiene un hombre a su lado y un niño. Su marido no es gran cosa. Es iracundo, tiene poca paciencia, paga su nerviosismo con el niño, no tiene demasiado interés por la casa…pero es suyo. Y todos los días trae lo suficiente como para vivir con cierta comodidad, sin grandes lujos. Un mal día, Alicia pierde a su hombre. Y Alicia ya no vivirá aquí nunca más.
Ella, en su memoria, recuerda su infancia en Monterrey como si fuera una película enrojecida de El mago de Oz, aunque no fuera tan feliz. Cree que allí es donde encontró razones suficientes como para existir y piensa que, si vuelve con su hijo, encontrará de nuevo todo lo que dejó atrás. Necesita algo de dinero y el problema es que lo único que sabe hacer es cantar y tocar un poco el piano. Alicia ya no vive aquí…pero, en realidad, ya no vive en ningún sitio.
Y su deseo de encontrar un puerto donde recalar se convierte en una quimera porque sabe que, en el fondo, ella ya no pertenece a ninguna parte. Solo, tal vez, a los brazos de un hombre que la quiera. A ella y a su hijo. Pero también eso es difícil. Al principio cree haberlo encontrado…pero no, ése no era el hombre. Los cristales rotos y el estallido de furia acabo por convencerla y cerró la maleta a toda prisa y tuvo que huir de nuevo. Alicia siempre huye. Es lógico. Ha permanecido tanto tiempo a resguardo de la intemperie que, cuando tiene que hacerle frente, no sabe cómo hacerlo. Tendrá que abandonar sus sueños de cantar y de tocar el piano para depositarlos encima de una bandeja y servir mesas. No queda más remedio porque la necesidad aprieta y en algún lugar hay que vivir. Tal vez allí, en el bosque de cafés americanos, de huevos y jamón y de hamburguesas con sabor a mantequilla, hallará a alguien que deje que Alicia descanse su cabeza en su hombro. Un hombre de verdad. Un tipo que, de forma amable y sólo por amor, sea capaz de renunciar a todo con tal de hacer realidad los sueños de Alicia. Aunque luego no sea necesario. Alicia…sí…Alicia ahora vive aquí.

Extraña incursión de Martin Scorsese en el drama femenino que, en realidad, no hace más que confirmar lo gran director que siempre ha sido, hurgando en las heridas de una mujer que trata de encontrar un nido donde sentirse arropada y querida. Ellen Burstyn realiza una de las mejores interpretaciones de su carrera porque consigue tocar todos los registros posibles. Está graciosa, está dramática, está patética, está amedrentada, está maravillosa, está sola… Pero lo cierto es que consigue que Alicia tenga un lugar donde vivir dentro de su rostro y de su cuerpo de mujer de mediana edad. Al final, todos iremos con Alicia caminando por la calle principal de un pueblo cualquiera del medio Oeste, con su hijo de la mano, tratando de encontrar algo de optimismo en un día que, a buen seguro, estará lleno de dificultades.

No hay comentarios: