miércoles, 30 de marzo de 2011

LAURA (1944), de Otto Preminger

Laura es la chica de la que todos nos enamoraríamos si fuésemos personajes de película. Pero el Teniente MacPherson, después de recoger testimonio y de tener delante su esplendoroso retrato, se enamora de alguien que ha muerto. La obsesión le lleva a introducirse en el vacío apartamento de ella y quedarse dormido pensando en que ella le mira igual que él mira el cuadro de su deseo. Laura…es el nombre de la chica que amo, dice la canción mil veces repetida, y esa canción, igual que antes el enfermizo cerebro de Waldo Lydecker, se convierte en la redundante melodía del estar enamorado… sin sitio para nadie más.
El policía, al fin y al cabo, hace lo que Lydecker intenta de una forma más ladina. Intenta demostrar a Laura la estupidez congénita de unos de sus pretendientes y la forja del malvado y rastrero espíritu de Lydecker haciendo que él, un simple policía, de cultura limitada e irritantes manías, sea el candidato ideal como pareja de la inalcanzable Laura, de la perfecta Laura, de la amada Laura… porque es imposible no enamorarse de esa mujer que regresa de los muertos para vivir el amor definitivo de su vida.
El columnista Waldo Lydecker, afilador de la ironía y que crea sus artículos con su máquina de escribir en la bañera, es el reverso del Teniente MacPherson. Es quien pone el sentimiento de superioridad en juego para ridiculizar todo su entorno. Destroza vidas con la palabra, enaltece actitudes reprochables con un gesto, desarrolla la lujuria de la envidia (sí, dos pecados capitales pueden ir juntos) porque no cree que nadie, excepto Laura, puede estar a su altura. Desprecia a todo y a todos aunque su alma de vitriólico cinismo sea capaz de sentir mucho que el niño de los vecinos sea descuartizado. Para él, la ética está en la imagen, no en el acto. Es ético hundir la existencia de otro simplemente porque, en comparación con él, es una vida que no merece vivir.
La diseñadora Laura… Laura… no tengo palabras para Laura… Si Lydecker se enamoró de la misma belleza y MacPherson lo hizo de una mujer muerta… yo sé que, con una mirada suya, me quedaría paralizado y sin poder creer que ella posara sus ojos en mí. Es ambiciosa, sí…pero también es tierna. Es algo ingenua en el amor y está en el mismo borde del abismo de la vida fácil. Se compromete a casarse con un petimetre cuando puede elegir al que quiere… Laura… Laura… es el nombre de la chica que amo…
Otto Preminger dirigió esta película absolutamente clave para el género negro discutiendo hasta la exasperación e imponiendo, contra viento y marea, su propia visión de la historia. En el estreno, algunos le acusaron de necrofilia…ciegos estúpidos…para ellos, Laura no era el nombre de la chica que amaban…
Y una última recomendación…no se queden dormidos viendo esta maravillosa película, tal vez la razón de su deseo se convierta en el espejo de su realidad cuando abran los ojos…

8 comentarios:

Carpet dijo...

"Perdición", ante cuyo post que por motivos laborales "perdí" la ocasión de comentar, es mi película preferida del cine negro y también de Wilder. Probablemente "Laura" le sigue muy cerca en mi aprecio de los fims de ese genero que es tambíen uno de mis preferidos...Y sin embargo, son tan distintas.
La mujer fatal aquí aparece sin mácula, no manipula, no utiliza su sensualidad para jugar con el pobre hombre enamorado y aturdido...y sin embargo resplandece, ilumina las escenas y la vida de los que la rodean, caen ante su hechizo involuntario y actuan movidos por tenerla a ella sin que ella tenga intención de moverlos, algunos incluso sólo viendo su retrato...Si hablabamos de bellezas a proposito de la Taylor, Gene Tierney para mi es otra liga.
Dana Andrews por su parte es un actor que no lo parece, que parece mucho peor de lo que era en realidad, tiene rostro de duro, pero sabe ser un títere movido por la pasión cuando la ocasión lo requiere como aquí o como en "¿Angel o diablo? o incluso en "La senda de los elefantes"...
Clifton Webb, el gran Mr Belvedere que nos regala su sección desde Fotogramas todos los meses, está impresionante desde ese papel de cínico y despiadado manipular, la inteligencia sin corazón, tratar a las personas como cosas, incluso a las que adora y a las que no da ni siquiera la opción de equivocarse a gusto, Laura es su obra, su creación, como un Pigmalión ella es su Galatea, pero prefiere que siga siendo una estatua que puede ser adorada y no carnal que pueda ser poseida por quien él no cree digno. En el fondo, Laura es la mujer que él querría ser.
Y Vincent Price, lejos del amenazador personaje que nos llego en las pelis de Corman es un atractivo, indolente y vividor playboy capaz de ligarse a la chica pero incapaz de merecerla, eso no sólo lo piensa Waldo sino todos los espectadores, lo que provoca que la pleyade de cualidades que adornan a la protagonista cojeen ante la falta de acierto para encontrar una pareja a su altura.

Hay una novela de Perez reverte llevada con mínimo acierto al cine que me parece un cierto remedo de esta película, se trata de "La tabla de Flandes" que a mi modo de ver contiene muchos paralelismos en cuanto a la trama con esta maravillosa película. La novela tiene cierta gracia, la adaptación es horrible.

El caso es que, como leí en algún sitio, "Laura" tiene un angel especial que hace que la recuerdes aunque haga mucho tiempo que la viste,,(de hecho todos mis comentarios anteriores parten de mi memoria y eso excusa su falta de acierto), el recuerdo puede ser distorsionado o incluso puedes creer recordar partes que no son como fueron, pero en el fondo no podemos estar seguros de lo que vimos, tal vez sólo nos quedaramos dormidos ante el cuadro de la mujer que nos enamoró y no seamos capaces de recordar la realidad de aquel fin de semana en que murió "Laura".

Abrazos

César Bardés dijo...

Caramba, Carpet. En esta ocasión, es mejor el comentario que el artículo, digo yo que si sería mejor cambiarlos.
No puedo estar más de acuerdo con lo que dices y apuntas. La belleza de Gene Tierney, la valía de Dana Andrews en las películas que mencionas y en aún en otras como en "Al borde del peligro" o, incluso, como héroe de película de terror en "La noche del demonio", de Tourneur, la manipulación descarnada de Mister Belvedere-Waldo Lydecker (qué bueno era Clifton Webb), la tremenda flojera de Vincent Price como ese conquistador que consigue a Laura pero que, de ningún modo, la merece, la terrible adaptación que Jim McBride hizo de "La tabla de Flandes" (que me pilló con una cierta sorpresa porque este tipo había dirigido una apreciable película con Dennis Quaid y Ellen Barkin que me gustó bastante y se llamó "Querido detective") y la tremenda seguridad que hace que siempre volvamos a "Laura", a la mujer que significa Laura y a la película también. Ante comentarios como éstos, querido Carpet, sobran artículos como aquéllos.
Un abrazo desde el fondo de la botella.

Carpet dijo...

Ni de coña, tu pones el nivel, elefante...el resto seguimos la senda marcada, pero sin dejar huella que pesamos poco.

Yo también aprecié en su momento "Querido detective" quizá uno de los mejores papeles del a menudo fallido Dennis Quaid. Una de las pelís que más me gustan del bueno de Dennis es de esa época, es una pequeño y casi olvidado thriller llamado "Muerto al llegar" , bastante emocionante y con buen ritmo.

Sin embargo McBride no tiene filmografia que supere el film comentado y entre sus fracasos, ademas de la obra de Reverte, estaría la biografia de Jerry Lee Lewis, película fallida hasta decir basta (al menos para mi).

Abrazos.

César Bardés dijo...

Barritando, barritando...he recordado que también dirigió aquella cosa infumable que todos los adolescentes de mi generación fue a ver sólo para ver a Valerie Kaprisky como Dios la trajo al mundo al lado de Richard Gere en "Vivir sin aliento" que era un "remake" de "Al final de la escapada", de Godard pero a lo hortera y a lo malo. En cuanto "Muerto al llegar", estaba muy bien y hay que recordar que también era versión de una película de 1948 con Edmond O´Brien de protagonista titulada "Con las horas contadas" y que tenía más arrestos para acabar como tenía que acabar. Lo cierto es que la versión de Quaid, si la memoria no me engaña dirigida por Rocky Morton, estaba bastante bien, estoy de acuerdo. La de "Gran bola de fuego" también fue una película netamente fallida, no cabe duda.
Más abrazos con los dedos sobre el piano.

Mercurio dijo...

Es posible que Nek viera esta película en otra vida y su canción Laura no esta, sea un eco. Tal vez.

César Bardés dijo...

Supongo que te refieres a "Laura no está". Puede ser, quizá sea un homenaje encubierto, no sería la primera vez. Gracias, Mercurio.

dexter dijo...

Pues hace poco vi buceando por el yutus una versión cantada del tema de la película que interpretaba, nada mal, por cierto Carly Simon.

Pedazo de película y pedazo de comentarios los vuestros. Sobredosis de qualité últimamente la del lobo.

César Bardés dijo...

A mí también me gusta mucho la de Sinatra. Lo cierto es que la letra de la canción vino después de la película porque ahí sólo se oye la melodía en orquesta. Sobredosis de qualité...debe ser una nueva droga de esas modernas y sintéticas...