viernes, 9 de febrero de 2018

DÉJAME SALIR (2017), de Jordan Peele

Quizá no hayamos adelantado tanto como suponemos. En algún lugar de nuestro pensamiento siempre está el deseo de dominar a los demás, de desear que hagan lo que queremos sin rechistar, de traficar con sus sentimientos, sus habilidades o sus virtudes físicas. Incluso de exhibirlos para después subastar sus cualidades y apropiarnos de su mirada, de su voluntad o de su rebeldía. Puede que lo que sea un tranquilo fin de semana se transforme en un inicio del descenso a los infiernos.
Al fin y al cabo, si la persona a la que más quieres tiene la ilusión de que conozcas a su familia, siempre cedes. No importa que la piel sea diferente, esas cosas están ya más que superadas. Con inocencia y algún que otro resquemor, te entregas. No sabes lo que te vas a encontrar. Eres negro y sabes que la gente cambia su comportamiento si el color les toca de cerca. Y sabes que la desconfianza hacia la gente de otra raza existe porque tienes cientos de años de Historia para demostrarlo. Llegas con la sonrisa. Tal vez te vayas con la tristeza.
Y, al principio, todo parece ideal. Sin embargo, hay pequeños detalles que siembran la inquietud en tu interior. Hay comportamientos raros, un tanto erráticos, fuera de lugar. Te dicen que la hipnosis es buena para dejar de fumar y, en un descuido, sientes que te hundes en el suelo, en un pozo que no tiene fondo y del que no dejas de ver la boca que te comunica con el mundo exterior, pero está muy lejos, muy lejos, es inalcanzable, está al otro lado del raciocinio. Algo va mal y no sabes definirlo. Todo es sutil, como una especie de juego que nunca enseña su verdadero rostro. Te das cuenta de que la gente te mira como si fueras un animal en un zoo aunque no dejan de ser amables. Llamas a alguien para contárselo. Un pobre diablo que quizás sea tu mejor amigo, un tipo al que nunca se ha tenido en cuenta y que es más inteligente de lo que, a primera vista, parece ser. Empiezas a atar cabos. Más que nada porque tú también haces funcionar la inteligencia. Aquello no es sólo peligroso, también es siniestro, brutal, inhumano. Es demasiado espantoso para ser real. Y están jugando con tu mente, con el mayor de tus traumas, con la más cruel de tus vergüenzas. Quieres salir, pero no puedes. Nada es lo que parecía. Nada es como te lo imaginabas. Es aún peor.

Excelente cuento de terror social, desolador, inquietante, realizado con talento por el director Jordan Peele que opta por la sobriedad al tener en sus manos un guión excesivo, pero efectivo, Déjame salir no es sólo un impresionante aviso sobre los prejuicios que aún se amontonan en el interior de muchos, sino también una amenaza sobre la rabia interior que habita en una raza que ha sido demasiado maltratada. No hay sustos repentinos, ni exhibición de vísceras. Sólo elementos de nerviosismo, guiños de rarezas que aumentan la sensación de inseguridad, decepciones transformadas en ira y el peligro de que, en cualquier momento, la historia se vaya de las manos, aunque en ningún momento llega a ser así, a pesar de todo. Buen trabajo de Daniel Kaluuya en el papel principal (al que ya habíamos visto en Sicario), de Allison Williams, sensual y equívoca, y de esos padres distantes y amables, terribles y alienantes interpretados por Bradley Whitford y la veterana y maravillosa Catherine Keener. Y es que no es fácil conseguir que lo irreal sea tan abrumadoramente cierto, tan ingenioso y, a la vez, tan sencillo. Cuidado, nada es lo que parece y todos tenemos algo que esconder. 

6 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

De vez en cuando el cine te sorprende y no estoy hablando de las virtudes de esta película que sin duda tiene algunas. Me refiero a que encuentras valoraciones generalizadas de algún film que no coinciden en absoluto con las tuyas y donde uno ve una gran obra, el resto se empeña en menospreciar o viceversa.

Esto es lo que ocurre con "Déjame salir". Para mi es una película más que aceptable, comedida en su realización, que muy facilmente hubiera podido optar por el disparate o por el tremendismo, y en eso radica su principal virtud. Con un tono que a veces parece de comedia nos sumerge en una inquietud muy bien llevada. El ritmo es adecuado, ni se ralentiza hasta resultar moroso ni se precipita hasta parecer confuso. Las interpretaciones son correctas y creíbles (algún exceso en el amigo segurata buscando la comicidad que incluso se podría ahorrado). Y todo el conjunto está bien cerrado y sales con la sensación de no haber perdido el tiempo y con cierto buen gusto.

Y ya está. No sé si eso es ahora algo tan poco habitual que logra que esta película esté en la lista de las mejores del año, que algunas críticas (de gente que sabe, incluso) valoren en tanto, el film, la dirección o la interpretación principal, pero a mi me sorprende que los que han buscado ( y no han hallado) la excelencia en otros autores (leasé el último Allen), encontrando defectos enormes en algunas películas encuentren ahora tantos aciertos en esta.

Puedo entender, aunque no tanto, la discriminación positiva que abunda en USA y la necesidad de cubrir cuota de color o femenina según el momento histórico. No entiendo mucho que eso se reproduzca en nuestro país. Por tanto empiezo a pensar que soy yo el que distorsiono lo que veo.

Porque la historia tampoco es nueva, hay bastantes films de ficción y de terror que juegan con premisas similares, el cambio fundamental en este caso es "el negro". Y eso a mi no me parece que sea tanto plus. Es cierto que aprovechando la cuestión se cuela la crítica social tanto como la racial y que la denuncia sea sutil pero efectiva. Aun así tampoco me parece que estemos ante una película catártica que obliga a replantearse una cuestión como esa de forma que la gran virtud sea su poso de de cambio por encima de las características fílmicas.

Así que con todo ello, repito, a veces el cine me sorprende. Una película, para mi de 7 que todo el mundo ensalza como de 9.

Abrazos con cucharilla

César Bardés dijo...

Pues estoy bastante de acuerdo en todo lo que expones. Creo que es una película bien llevada, con ciertos momentos álgidos, con un halo de inquietud que empieza desde el principio y que la coloca entre esas películas que se pueden calificar entre el "terror de inquietud" y que ha sido un buen fondo de armario para el auténtico terror. Es cierto que la historia no es nueva y no hay ya quien, con la mirada torcida y absolutamente equivocada, está diciendo que esta película es "racista" y no tanto de crítica "racial" como bien la has adjetivado. La denuncia es sutil, es efectiva, es elegante (algo que valoro muchísimo) y también estoy de acuerdo en que tampoco es que sea catártica (miedo da pensar lo que habría hecho con este material Martin Scorsese) y que muchos se empeñan en valorarla en esa dirección por encima de esa narración que está bien administrada, con una dirección sobria, sin caer en la casquería (salvo en la escena de la operación y aún así está más jugada con el sonido y los reflejos indirectos), con personajes con muchísimos dobleces.
También de acuerdo en la exageración del amigo del protagonista, que, sí, sospecho que de una manera un tanto infantil tratan de colarnos como un respiro hacia una trama que se vuelve agobiante y angustiosa.
La calificación me parece correcta. De hecho, sorprende que sea una película de estas características la que se haya elegido para elegir la cuota de color y no una más reivindicativa tipo "Moonlight"
Abrazos con algodón.

dexterzgz dijo...

Estoy de acuerdo con ambos. Es una película muy entretenida, muy bien llevada y con un Daniel Kaaluya al que va a haber que seguirle la pista a partir de ahora. Ahora bien, lo de las 4 nominaciones al Oscar me parece un tanto excesivo. Para cubrir la cuota esa de la que habláis me hubiese parecido mucho más oportuna "Detroit". Y sorprende- diría yo que no necesariamente de forma negativa- que una película de "terror" (con muchas comillas) tenga ese reconocimiento. Yo puesto a cubrir la cuota de película de "terror" (con muchas comillas también) me hubiese decantado por "A ghost story".

Claro que ni "Déjame entrar" ni "A ghost story" son propiamente películas de terror, de ahí la de las comilla, también necesitaría muchas comillas "El sexto sentido", que hablo de memoria lo mismo es la última película de "terror" en haber sido nominada a mejor película. Tanto en "El sexto sentido" como en "Déjame entrar" como en "A ghost story" hay mucho más. Personalmente, me quedaría con la última por su forma sutil y original de enfrentarse al tabú de la muerte y de la pérdida. En "Déjame entrar" me chirrían algunos elementos que colocan la película al borde del "blockbuster" como la presencia apuntada por Carpet del amigo graciosete o algunas soluciones de guión un tanto pilladas por los pelos, algo por otra parte habitual en este tipo de pelis.

Abrazos con comillas

CARPET_WALLY dijo...

Estoy de acuerdo con Dex, sobre "Déjame entrar" una película de terror bastante inquietante y novedosa, el mito vampírico renovado muy curiosamente. Ahora bien, como estamos hablando de "Déjame salir" voy a hacer como si hubiese sido un gazapo.

Lo de algunos giros de guión un poco reguleras estoy muy de acuerdo, de hecho hay una que me chirría bastante y es la insistencia en no descubrir el papel de la novia en toda la historia de forma tan innecesaria, prolongando sin necesidad una tensión que ya no daba de si.

Con todo mi escena preferida es la de la comisaria con la inspectora llamando a los compañeros para que atentamente escuchen la denuncia, bastante bien manejada, como el resto del film por el director.

Abrazos tras fogonazo.

César Bardés dijo...

Pues sí, es verdad. "Detroit" hubiera sido una película mucho a propósito para cubrir la cuota, sólo que tiene un inconveniente. Está dirigida por una blanca y eso no es lo que querían Spike Lee y sus amigos. Supongo que "Déjame salir" reunía todos los condicionantes necesarios a pesar de que, como bien dices, se sitúa al borde del "blockbuster". Pero no hay actores conocidos, el director es un novato, la historia me temo que ha sido rodada con un presupuesto de serie B...creo que ahí se encerraba mucho de lo que querían. Bien es verdad que también la cosa se puede tomar como que el cine levemente reivindicativo se puede situar como un notable producto comercial sin que por ello la gente piense..."claro, les han nominado porque es una historia de gente de color para la gente de color".
El tema es que aún siendo una película de "terror" con comillas es verdad que cae en uno de los errores habituales de las películas de terror sin comillas y es que las soluciones de guión no siempre son las más lógicas o habituales. Sin embargo, la película funciona, funciona a un nivel bueno, Daniel Kaluuya hace un excelente trabajo y es una nominación que "no molesta" a nivel de lo políticamente correcto.
No he visto "A ghost story". Tendré que apuntarla.
Abrazos en silencio.

César Bardés dijo...

Pues también tienes razón, Carpet. (Qué aburrido es esto de que todos estemos tan de acuerdo ¿no?). La escena de la comisaria es de lo mejor, y yo la destacaría por el tono. Es lo mejor de la película. Sabes que algo no va bien y, sin embargo, durante buena parte del metraje, no tienes ni idea de lo que es. Sabes que hay malas intenciones...pero no tienes ni idea de cuál es el objetivo. Creo que ésa es la gran virtud de la película, que esconde bien sus cartas hasta que, como bien dices, se prolonga un tanto innecesariamente.
Lo dicho...el gazapo es culpa de las prisas, no de Dex, que lo sé yo.
Abrazos telefónicos.