Un jersey de angora
tira mucho, desde luego. Su suave tacto lleva a uno a pensar que el sexo no es
más que un accidente y que vestirse de mujer es solo una perversión que tiene
sus placeres. Es algo así como conocer a Bela Lugosi y convertirse en su
niñera. Lo importante es que con jersey de angora y con Bela Lugosi hay que
dirigir películas. Como sea. Aunque no haya dinero ni para montar una maqueta.
Y eso se arregla revolcándose con un pulpo de látex que no se puede mover,
luego se colocan unos insertos y eso, más que oficio, es una genialidad. El
público quiere gritar de terror y no hay nada mejor que hacer una película de
presupuesto ínfimo con algún zombie por allá, un platillo volante o dos por
aquí, un par de policías aterrorizados…Síganme, va a ser una noche llena de
pánico. Y procuren no tropezar con los decorados porque eso hará que las
paredes se muevan. Hemoglobina de la falsa para que haya horror a raudales,
caras desencajadas y… ¡corten! Una obra maestra ha nacido. Solo que no todo el mundo
podrá apreciarla.
Tanto es así que solo
Orson Welles y Ed Wood hacían tantas cosas en una sola película. Encontrarse
con el primero no es solo un privilegio, es la constatación de que basta con
tocar todos los campos que Welles manejaba en el cine como para creer en la
igualdad de talentos y genialidades. Esos payasos de Hollywood quieren que la
próxima película de Welles sea con Charlton Heston de protagonista haciendo de
mejicano….no tienen ni idea. Hay que tirar con lo que te dan y acoplarte a las condiciones.
Ed Wood tiene solo una cámara, un equipo de cuatro personas, no hay banda
sonora, no hay guión previo, no hay más
que Bela Lugosi y una legión de marginales del espectáculo que han
puesto sus huellas en la lucha libre, en la televisión de tercera y en la nada.
Solo hay que tirar con lo que te dan, acoplarse a las condiciones y ya tienes
la misma obra maestra que hubiera dado a luz Orson Welles. Fácil como
aprovechar la luz del día sin permiso de rodaje en las calles.
Y así, poco a poco, el
universo alucinógeno se va confundiendo con la realidad y se llega a creer
fielmente que hay un estreno por todo lo alto, que ese título tan espectacular
como Plan 9 del espacio exterior será
la obra por la que Wood será conocido en las generaciones venideras, que decir
el nombre de Wood será sinónimo de talento…y la vida regala muy poco, por no
decir nada. A pesar de las simpatías que, de forma evidente, siente Tim Burton
hacia un ser marginal y algo marciano, no habrá nada que recuerde a un tipo del
entusiasmo e inocencia de Ed Wood. Solo el nombramiento, como todos los
nombramientos, bastante discutible, de peor director de la historia del cine.
Sus películas se buscan y se ven como un ejercicio de risa grotesca, como una
humillación al hombre que hizo esos títulos con tan pocos medios que no le
quedaban más que unos dólares para su estima. Es hora de cerrar la lápida y
dejar que la cámara flote en busca del escalofrío. Aunque quizá el mayor de
todos es tener valor para aguantar una de sus películas de principio a fin. Así
es como ha perdurado su nombre.
2 comentarios:
Para mi es la mejor película de Burton y eso que a mi no me gusta demasiado su cine. Hay otras dos que también me parecen notables: "Big Fish" y "Sleepy Hollow", pero en general me cuenta entrar en su universo gótico y su deriva actual se me atraganta cada vez más.
En esta, sin embargo, a pesar de las constantes de su cine : personajes con problemas de socialización, solitarios o incomprendidos; el mundo oscuro; luces que no iluminan apenas...
Esta película da un plus más, porque como dices se ve que Burton trata con especial cariño a su personaje, le mima (Johnny Depp también está notable aquí) y consigue que por momentos participemos de su entusiasmo, deseemos que le salga bien algo aunque sepamos que no tiene ningún talento y que es un chapuzas integral, su cine sería malo aunque hubiese tenido un buen presupuesto...cosa que comprensiblemente nunca logró.
Abrazos de plastico
Estoy de acuerdo en que es la mejor película de Tim Burton, muy por encima de las otras que citas. A mí también me cuesta entrar en su universo gótico y en esa admiración rendida por el que es diferente. Y hay algo en lo que creo que das con la clave para esta película. Estamos deseando que algo le salga bien aunque tenemos la plena certeza de que no tiene ningún talento, de que solo el entusiasmo es lo que le salva y de que, haga lo que haga, no pasará nunca de lo que es directamente malo. Ed Wood no es una víctima de Hollywood, sino que lo fue de sí mismo y de su creencia de que ese entusiasmo era suficiente como para que el talento brotara por las buenas. Un largo camino que, evidentemente, no llevaba a ninguna parte.
Abrazos volantes.
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