Las armaduras plateadas refulgen
al sol mientras en la Tierra se celebra la prosperidad de un reino que trae pan
y justicia para todos. Entre medias anda la brujería, el encantamiento por el
poder, el hechizo por el amor, el embrujo por el deseo y se mezclan sangres,
codicias, heroísmos y cobardías para narrar una época que fue sueño y que fue
realidad, que fue una alucinación y, a la vez, fue caminar entre las brumas del
estado más intermedio de la conciencia. Merlin estuvo pisando con sus huellas
de espíritu por los territorios del siempre atractivo poder. Morgana maquinó
taimadamente por entre los resquicios de la pasión para llegar a su venganza
más absoluta. Arturo intentó llevar con justicia los destinos de un reino que
nunca soñó con liderar. Ginebra puso las gotas de la belleza en pócimas
repartidas y eso provocó el declive del imperio. Lancelot quiso servir con
lealtad y amistad y perdió ambas, por eso se autoexilió en algún lugar del
bosque pidiendo limosna y mendigando pan. Perceval aportó el empuje de la Tabla
Redonda a la búsqueda imposible del Santo Grial y demostró que el corazón puro
puede más que la espada afilada. Y la leyenda se forjó en el fondo de un lago,
con la dama que ofrece el más increíble de los filos, con el agua que hiere la
más dura de las corazas, con la humildad y la nobleza como escudos, con la
verdad afrontada en la más etérea de las brumas.
El brillo de una era que nunca
fue verdad y que se retuerce en conjuros que no son más que salidas de rabia de
una serie de personajes que desearon poseer lo que nadie nunca tuvo. El amor
absoluto, la razón absoluta, el embrujo definitivo, la victoria definitiva. Y
sus corazones se tambalearon al comprobar que, más allá de las batallas y de
las pantagruélicas comidas de triunfo, el destino se encarga de destrozar los
sueños y las ambiciones. Las ofensas tienen algo de verdad cuando van cargadas
de mentira y los mortales tienen que afrontar la mentira que supone la vida,
tan cargada de verdad.
John Boorman rodeó todo de un
ambiente mágicamente irreal para, luego, llenar las imágenes de un realismo
sorprendente en la que, posiblemente, sea la versión definitiva del mito
arturiano con un reparto de nombres sorprendentes como Helen Mirren, Nicol
Williamson, Liam Neeson, Patrick Stewart, Gabriel Byrne, Nigel Terry o Ciaran
Hinds…la mayoría de ellos nombres que apenas sonaban a principios de los
ochenta y que el tiempo, siempre él, se ha encargado de colocar en un sitio de
cierto honor.
Y es que hacer frente a una
historia que es muy conocida no deja de tener sus riesgos y, sin embargo, algo
nuevo hubo en esta versión, algo que aportaba una profunda mirada
desmitificadora dando a entender que aquello no era heroísmo, sino algo muy
diferente, muy trabajoso. Un paseo por el filo de lo sobrenatural al que
siempre se le echaba la culpa cuando las cosas eran inexplicables. Como el
hecho de que un muchacho sacara la mejor espada jamás forjada del fondo de una
piedra.
4 comentarios:
Hace tiempo, allá por 2008 ( casi nada) en aaquel for de cinéfilos que tuvimos antaño, Mul colgaba un post sobre "Excalibur", aprovechaba la película para hablar de la vida, de lo que se es sentir y de lo que ella (todos) sentía (sentimos). Era un post muy hermoso y no me resisto a pegar aquí el enlace por si alguien se quiere acercar y disfrutar.
http://chatcinefilosdetrra.mforos.com/1324056/6785307-la-niebla/
Hablaba yo entonces de la oscuridad de esta película, de sus imágenes, de sus emociones, de las pasiones de lso personajes...y de la luz que iluminaba finalmente la existencia. Yo creo que es una de esas películas definitivas, como bien dices, cualquier revisión del mito artúrico se debe enfrentar con las imágenes y el tratamiento que dio Boorman a la historia. También a mi me parece uno de los films más notables de los 80, un clásico desde su estreno.
Y Boorman es un curioso director, autor de grandes películas : "A quemarropa", "Deliverance", "Excalibur" o una película que a mi me apasionó de pequeño pero que revisada hace poco ya no me pareció tanto "Infierno en el pacífico" con Lee Marvin y Toshiro Mifune. E incluso "La selva esmeralda" que contiene cosas maravillosas y otras que no lo son tanto. pero en cualquier caso, no es un director con una carrera estable, una filmografía muy corta (apenas 20 películas) en un tiempo muy largo, recordemos que "A quemarropa" es del 69.
Pero tiene una forma de mirar especial, concentrado en el alma humabna, cuente lo que cuente los personajes (sus motivaciones, emociones, reacciones) están siempre por encima del relato.
Gran película, gran post.
Abrazos bajo la lluvia de flores de almendro (o cerezos)
No solo de su oscuridad (recuerdo que la vi en el Cine Coliseum acompañado de un amigo en esos encantadores años púberes) sino también de su extraordinaria violencia (recuerdo que me impresionó muchísimo ver tripas colgando de las puntas de la lanza que, previamente, había atravesado un cuerpo). Para mí creo que no habido una revisión mejor del mito artúrico con un ambiente y una narrativa propias. En su momento, antes de ir a verla, creía que iba a ser una de esas películas pesadas, interminables y está tratada como una enorme aventura subrayada por el "Carmina Burana" de Orff y la música de Wagner (una secuencia mágica, de esas que quedan para la historia, son esos capullos de flores que se abren al paso de los caballeros de la Tabla Redonda al son del "O Fortuna"). En su momento me gustó mucho y tengo un gran recuerdo de ella. Revisada ahora sigue siendo una película de una fuerza excepcional aunque sí que tiene un deje estético muy propio de los años ochenta (aparte del doblaje que ahora me parece espantoso).
En cuanto a Boorman, no hay que olvidar tampoco su "Esperanza y gloria" una película que tuvo un éxito considerable a pesar de que era un tema que no tenía muchas papeletas para triunfar. Tiene cosas que, efectivamente, son un poco de juzgado de guardia como "Zardoz" (vestir con esas pintas a Connery no deja de ser una demostración de torpeza). Me gustó mucho su "El sastre de Panamá", un acercamiento más que notable a Le Carré que ha sido ahogado por el reciente éxito de "El topo" y "El hombre más buscado"; me gustó mucho también "El General", con un Brendan Gleeson maravilloso poniendo en jaque a todo Scotland Yard, y "Más allá de Rangún" con Patricia Arquette me parece una pelicula correcta sin más. Muy divertida (y quizá su mejor comedia, un género que ha tocado poco) fue "Donde está el corazón" en la que me acuerdo que me hizo mucha gracia que Christopher Plummer interpretara un personaje llamado "Mierda". Y por supuesto tremendos los errores de "El exorcista II" (qué forma de cargarse la historia) y esa comedia infumable con Mastroianni, pretendidamente graciosa y que llega a ser exasperante que se llamó "Leo, el último". En todo caso, siempre me ha parecido un realizador interesante, con una mirada muy particular cuando sus historias están en medio de la Naturaleza, muy físico y también y como bien dices, con personajes que se hallan muy por encima del relato.
Gracias por el elogio.
Abrazos con conjuro.
Pues fíjate que hablando recientemente de Cannes, Boorman consiguió dos veces la Palma al Mejor director, precisamente por la muy olvidable, como bien dices, "Leo, el último" y por la de Gleeson "El General". En cuanto a "mas allá de Rangun" yo tengo opiniones encontradas, cuando la vi me gustó bastante, cuando la volví a ver, me pregunté porque me había gustado la primera vez...eso de que hay películas que se aprecian dependiendo del momento.
Cierto lo del doblaje, que es bastante raro porque es como muy de estudio, como si los dobladores estuvieran en el salón de su casa y no conectasen con el fragor de la batalla o las oscuras salas del castillo medieval. Y si, también de acuerdo en que parte de la estética ha quedado bastante anticuada. Aunque si ves "juego de tronos" hay un personaje, el caballero de las flores (Sir Loras Tyrell) cuya armadura recuerda bastante a la de los de la mesa redonda...a los de la Cuadrada no, que esos iban al son del sonido de los cocos. Habría que decir que la película de los Phyton es un buen complemento para la visión definitiva de la leyenda.
Abrazos con los caballeros que dicen Ni.
Por supuesto que el momento influye y más aún en la memoria que es una engañabobos de primera. Anda que no ha habido veces que yo recordaba una película en color y resulta que era en blanco y negro y viceversa, por ejemplo. O también que en algún momento estás en un punto álgido de tu vida y vas a verla...que no nos oiga nadie, pero cuando se estrenó "El nombre de la rosa" no me gustó nada porque yo estaba muy depre (las chicas, ya se sabe). Por supuesto, eso pasó y luego ya conseguí apreciar sus virtudes. En cuanto al doblaje, es que hay unas cuantas películas dobladas en los setenta y en los ochenta que son de juzgado de guardia, con unas voces totalmente inadecuadas, como si hicieran, efectivamente en el salón de tu casa, con una falta de énfasis en las cosas que es de agárrate y muy señor mío. El resultado de todo eso, es la falsedad. Cuando están aquí en casa, ya renuncio a verlas en versión doblada y me deleito con las voces originales (el caso de "Excalibur" es notorio, como también lo es "Ha llegado el águila", por ejemplo o "Con el agua al cuello", doblajes verdaderamente infames).
La armadura "de discoteca" choca pero no tanto. Quizá el tratamiento fotográfico con esa luz tan, tan, tan difuminada, como viéndola a través de un cristal sucio, o la ridícula armadura, esta sí, del hijo de Arturo y Morgana...eso es de Studio 54, por lo menos.
Por cierto, esta fue la película donde me enamoré de Helen Mirren. En lugar de eso, se enrolló con Liam Neeson y estuvo con él unos cuantos años hasta que él se fijó en Natasha Richardson y ella en el director Taylor Hackford.
Abrazos respondiendo las preguntas a pie de puente.
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