Si queréis bajar el Ulanga al lado de Bogart y Hepburn a bordo de "La reina de África" y de los comentarios que vertimos en "La gran evasión" de Radiópolis Sevilla, podéis hacerlo aquí.
El horror puede vivir
en la puerta de al lado. O en la de enfrente. O puede estar personificado en
todos los vecinos. Aunque quizá el horror se halle debajo de una baldosa. Basta
con entrar en un sitio del que no se puede salir, comprobar que unas cuantas
cucarachas son testigos de una muerte y adentrarse por los tenebrosos pasillos
de un tipo que es muy posible que padezca un galopante síndrome de Diógenes.
Los pisos antiguos guardan muchos secretos, algunos bastante inconfesables.
Como el haber pronosticado un empate en un Sporting-Real Sociedad. Y ya está
liada. Todos quieren su pedacito de fortuna mientras la ciudad hormiguea
alrededor de una colmena de abejas asesinas. La avaricia es muy mala. La
avaricia es asesina. La avaricia carga las balas. La avaricia extermina.
Al fin y al cabo, la
extraña que se viene a vivir así por las buenas a una respetable comunidad de
vecinos no tiene ningún derecho. Y si se la tiene que aterrorizar, pues se la
aterroriza y punto pelota. Las escaleras son los peldaños del cadalso. El
ascensor es una guillotina implacable. La terraza es un precipicio insalvable.
Las alturas, como siempre Álex, son el escenario del desenlace. Madrid se
desangra porque todos quieren lo suyo, aunque no sea suyo, porque creen que tienen
derecho a lo suyo aunque de suyo, nada. Mío, mío y mío. La fuerza no les
acompañará porque el tonto es un listo y, en el fondo, el sainete de terror
está servido porque es lo que los españoles de gran ciudad ensayamos todos los
días. Nos importa un bledo que el vecino se abra la cabeza, se muera, se
traslade o se haga el harakiri con un lápiz. Mientras no sea millonario, la
respuesta será la indiferencia. Habrá algunos partidarios de la acción. Se mata
a la culpable de nuestras desventuras cual responsable de una gotera y no se
hable más. Y al infierno el marido, la inmobiliaria, el cubano y la madre que
los parió.
Álex de la Iglesia
consigue en La comunidad un raro
equilibrio entre la comedia de humor negro, el cuento de terror agobiante y los
continuos homenajes al cine que van desde Roman Polanski a El mundo está loco, loco, loco y maneja como nadie ese reparto
lleno de nombres conocidos con cara de desquiciados que encabeza Carmen Maura y
se concluye con la aparición primeriza del hoy tan de moda Rodolfo Sancho. Todos
ellos brillan a gran altura, consiguiendo un retrato de la España más patética
y esperpéntica, que corre detrás del dinero y del cotilleo y que se hunde en la
propia mediocridad de un país en estado de caos desde hace mucho tiempo. El
resultado es una película brillante, con acción, humor, violencia, con las
dosis justas de rosca pasada, ácida e irremediablemente crítica. Tanto es así
que no hacemos más que plantearnos qué haríamos si fuéramos uno de esos vecinos
que lleva años esperando una lluvia de millones. Sueños de clase media que se
ahoga cada día a los pies de los caballos y que se revuelve con furia ante los
destinos injustos con olor a basura.
4 comentarios:
Habría que decir que "Alex de la Iglesia consigue un raro equilibro" y punto. Ya dijimos aquí a propósito de "Mi gran noche" que este hombre apuesta siempre a drede por el despiporre y el desmadre, y que no puede ser. Que hay un enorme director en la persona de Alex, pero por esa tendencia al exceso no termina de redondear ninguna de sus películas. La primera hora de "Las brujas de Zugarramurdi" es magistral, modélica, un no parar de reír, del resto mejor olvidarse. En este sentido "La comunidad" me parece a mí que es su mejor película justamente por ser la más contenida.
Alex hace maravillosamente bien las cosas, y una de ellas es manejar sus repartos (incluso su chica Carolina me parece cada día mejor actriz). Da la impresión de haber creado una comunidad entre su troupe y logra transmitir que además se lo pasan estupendo en los rodajes.
Abrazos desde la azotea
Pues estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Solo discrepo ligeramente (pero solo un poquito) en considerar que "La comunidad" es su mejor película. Ese honor yo se lo reservo a "El día de la bestia" que me parece que funciona mejor que "La comunidad". Bien es verdad que en el inmediato segundo puesto pondría a "La comunidad" sin dudarlo. Digamos que en las dos hay excesos, pero bien introducidos, excesos que la misma historia exige. Incluso lo mismo que pasa con "Las brujas de Zugarramurdi" lo podemos apreciar en "Balada triste de trompeta" y rueda como nadie en "Perdita Durango" aunque al final se le vaya muchísimo la mano en las dos (o en las tres). Es que es lo que tiene Álex. Te brinda una primera hora en la que va sujetando admirablemente todo y luego suelta, suelta y suelta...y lo que es peor, no deja de soltar.
Sus repartos, es totalmente cierto, los maneja especialmente bien y ahí sí que te doy la razón en que éste de "La comunidad" es el que mejor maneja de toda su carrera teniendo en cuenta la de nombres ilustres que hay dentro y con mucha personalidad todos ellos.
Abrazos a los pies de los caballos.
Pues muy de acuerdo con ambos, quizá más con Bardés por aquello de que yo también pongo en el primer lugar del podio "El dia de la bestia" y si, coincidimos en que rodando tan bien como rueda, los excesos le pasan factura cada vez más. Yo creo como el lobo que tanto en "La Comunidad" como en "El dia de la bestia", el despiporre está más graduado y contenido y además forma parte de la acción, en "las brujas..." o en "Balada triste..." se carga la película y su sentido montando una piroécnia desmesuadara que rompe el ritmo de la narración y se convierte en otra cosa.
Habría que comentar que su experimento más formal "Los crímenes de Oxford", también está muy bien rodada, con algunos momentos muy espectaculares, pero se pierde un poco en el aspecto narrativo al estar más encorsetado, eso por no hablar que o Elijah o Leonor, pero los dos juntos no podíoan estar ahí.
En cualquier caso, en esta, la gran Terele, la Maura (quizá en su mejor papel post-Almodovar) y Emilio Gutierrez Caba ponían el nivel interpretativo a una altura muy considerable y a partir de ahí la cosa tenía que funcionar si o si.
Abrazos con mascara de Darth Vader
Es cierto que en "Los crímenes de Oxford" se le ve algo constreñido pero no deja de ser una demostración de elegancia en una película que está claro que fue de encargo. Muy lastrada, sin duda, por la elección de un reparto más que discutible en el que yo destacaría, sin lugar a dudas, a John Hurt.
También no es menos cierto que Terele, Maura y Emilio ponen mucha calidad en el reparto pero es que las apariciones, quizá menos importantes, de Marta Fernández Muro y María Asquerino, o de Sancho Gracia, o, incluso, antes de encontrar los papeles que catapultan su fama, de Luis Tosar o Antonio Latorre, hacen que la película tenga muchísimo grosor y que Álex se nota que mima la dirección porque quiere poner el énfasis en lo que cuenta y no en ese despiporre desparramado sin mucho sentido al que tanto es propenso. Yo, cuando la vi, creí que era el primer signo de que estaba aprendiendo a contener su estilo pero me equivoqué desgraciadamente.
Abrazos con la fuerza, la fuerza, la fuerza...
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