Puede
que se pierda respetabilidad a la hora de vivir al otro lado de ley pero, sin
duda, es un medio mucho más rápido para llegar a tener dinero. Sin embargo,
cuando hay mimbres de hombre bueno, no importa que el ambiente esté infestado
de maldad, de traición, de inquina, de soberbia o de venganza. Siempre queda
algo ahí, en algún lugar. Tanto es así que eso puede convertirse en el impulso
suficiente como para tener un toque de ética en todas las acciones. Y también en
un deseo prolongado e imposible de dedicarse a algo que la sociedad considere
como legal.
No obstante, siempre
hay intereses creados, incluso en la Mafia. Irlandeses contra italianos.
Ambiciones contra modestias. Mujeres que parecen enamoradas contra hombres que
lo están o viceversa. Es un mundo donde la oscuridad parece el lugar más
acogedor del mundo y la luz no es más que la entrada en el sorteo de tu propia
caza. Hay que operar en las sombras, moverse en la penumbra y mantener los
sentimientos atados con correas de tiniebla.
Los errores se pagan y,
lo más frecuente, es que cuando ya se ha pasado suficiente tiempo pagándolos,
lo que venga a continuación sea una venganza. Solo que los caminos del rencor
son inescrutables y puede que haya que convertirse en mafioso para acabar con
los mafiosos. Y eso requiere tiempo. Y paciencia. Y pactar con el diablo. Y
tragar varias toneladas de basura. Y perder, sobre todo, perder. Y eso no es
nada fácil. Porque la sangre hierve a pesar de que el rostro nunca cambie. El
futuro está por ahí y solo hace falta subirse a él, como un tren saliendo de la
estación. Aunque las batallas sean una demostración más de que no hace falta
demasiado valor para matar a nadie. El verdadero valor se demuestra siendo
honesto.
Uno de los principales
problemas de esta película es el propio Ben Affleck. Impecablemente bien
dirigida, a pesar de que el argumento se le ahoga en algún tramo más bien
largo, el Affleck director aún no se ha dado cuenta de que no va a ninguna
parte con el Affleck actor. Su interpretación es inútil, equivocada, sin
recursos, torpe. Todo lo contrario de la maravillosa puesta en escena que
exhibe a cada plano, con un vestuario cuidadísimo y una dirección de fotografía
espectacular. Y así no hay manera de sacar adelante una película que podría
haber sido memorable si el guión hubiera estado más trabajado, menos irregular,
más fuerte y el actor protagonista hubiese sido cualquier otro. No basta con
fruncir el ceño y poner cara de supuesto granito para transmitir toda la intensidad
emocional de un personaje que necesita explicaciones expresivas para un
comportamiento que se antoja algo confuso. No es suficiente vestirse con un
traje blanco de clase sublime para parecer elegante. Hace falta algo más. Y eso
es precisamente de lo que carece el Affleck actor. No hay intensidad alguna en
sus reacciones y nos perdemos en las consecuencias. Más que nada porque ser
honrado en un mundo de malos no deja de ser una vuelta de tuerca curiosa en
todos los tópicos de la Mafia más sangrienta de los años veinte. Y más aún
siendo hijo de un representante de la ley. Y más aún creyendo en algo tan
arrebatadoramente anticuado como es el amor. El resto son balas, copas, chicas,
ambiente, neumáticos blancos y saber sostener una pistola en la mano.
2 comentarios:
Es una pena, sí que Ben no se dé cuenta de que vale mucho más detrás que delante de las cámaras. Y parece mentira que no haya nadie que se lo recuerde (igual por eso largó a la Gardner, fíjate tú). Lo cierto es que el mayor de los Afleck (espero con ansias ver este fin de semana lo que ha hecho el pequeño en Manchester) es uno de esos actores que no le saben sacar nada de partido a su físico además porque belleza y buena planta tiene para dar y tomar. Podía haber sido un galán clásico a la manera de Mitchum (en "Argo" se le notaba) pero nada de nada, el pobre. Dios no le ha llamado por ese camino, pero que nos siga dando buenos guiones y buenas pelis como hasta ahora, aunque haya que sufrirlo un poco (a ver si se hace mayor y tiene que elegir alter egos).
En cuanto a la peli, pues tengo mucho atraso acumulado también pero intentaré verla. No sólo por Ben sino por Dennis Lehane que me parece un escritor muy interesante. "Cualquier otro día" es una de las mejores novelas que he leído en los últimos años. Y por supuesto, claro siempre nos quedará Shutter Island.
Abrazos nocturnos
Le falta mucho para llegar a esa sensación de adormilamiento y, a la vez, de peligro inminente que exudaba Mitchum pero sí es cierto que esta película iba que ni pintiparada para el bueno de Bob, que hubiera sacado el papel con sobresaliente cum laude. Aquí, Ben confunde la impasibilidad con actuar y no es actuar. Actuar es poder ser impasible y, a la vez, trasladar al público lo que está bullendo debajo de la máscara. Algunos de sus gestos son hasta infantiles. Algunos muy obvios. No sabe dónde colocar la expresión. Ya digo que la película se resiente muchísimo de ello porque, además, es un papel que necesita de varias capas a nivel interpretativo y, es más, es un papel para lucirse y él, sencillamente, renuncia a lucirse posiblemente llevado por un mal entendimiento del personaje.
Por lo demás, el vestuario es impresionante (hubiera merecido una nominación pero vamos...largamente), los escenarios son muy buenos. Los manejos de la cámara de Ben son estupendos y muy acertados. El guión, ya digo, no es que esté todo lo bien que debería estar porque creo que la película se para y además se para durante un largo rato. Es decir, notas que sí hay un tío que sabe lo que quiere en escena y que hace más de lo que puede con un guión regular. Y, sobre todo, no sabe dirigirse a sí mismo. Y en "Argo", su papel no estaba para lucirse. Estaba por encima la situación. Y aquí es al revés.
Sin duda, tienes razón en cuanto a tu apreciación de Dennis Lehane, uno de los autores vivos más interesantes. No solo nos quedará "Shutter Island"...también "Mystic River" que, como novela y como película, es simplemente impresionante.
Abrazos de ala ancha.
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