Hay
heridas que se quedan supurando justo en medio del corazón. De alguna manera,
te acompañan, sea cual sea la situación de tu vida. Son golpes que nunca se
cierran, que parecen exhalar un grito sordo de auxilio mientras los días pasan
como balas disparadas. Y el alma se convierte en algo sediento, que vaga por un
páramo de sentimientos que temes mostrar. Tal vez porque te pueden colgar la
etiqueta de debilidad. O puede que sea porque cada vez que ves un árbol, recuerdas
lo innombrable y de cómo la muerte te partió en dos. El trabajo duro está en
volver a juntar las dos mitades y sentir que has hecho lo correcto, aunque el
destino se empeñe tercamente en negarte ese derecho.
Finales de los setenta
o principios de los ochenta. Época de cambios y de paradojas. Esas mismas que
pueden colocar frente a frente a dos hermanos porque uno está en el lado
correcto de la ley y en el equivocado de la felicidad y el otro está a la
espalda de las oportunidades, pero busca con fiereza un lugar en el mundo. Uno
tendrá que perseguir al otro. Y aquella huida que comenzó en una noche que
merecería el olvido aún sigue espoleando las piernas para correr, la mente para
evadirse y el dolor para matar.
Aquel cine quinqui que
invadió las pantallas en unos días de marginación y delincuencia parece tener
un eco en este primer intento tras las cámaras del guionista Rafael Cobos. Su
asociación con Alberto Rodríguez ha dado resultados muy interesantes en
películas como la reciente Los tigres
o en la estupenda El hombre de las mil
caras. En esta ocasión, Cobos plantea un regreso a aquellas películas en
las que el director José Antonio de la Loma era dueño y señor de la narrativa
callejera y se empeña en bucear en océanos de tristeza con cierto tino aunque,
en algunos momentos, cuesta entender las decisiones de sus protagonistas. Para
ello, cuenta con un trabajo más que apreciable de Jesús Carroza y algo más
discreto de Luis Tosar. Cobos comete algún error que otro, dejando algunas
cosas fuera de la lógica y punteando los renglones de su historia con una banda
sonora que llega a ser bastante machacona. El intento es bueno, pero su estilo
debe depurarse un poco más, a pesar de su acierto en las ambientaciones y en
esos abismos de incomunicación que plantea mientras su historia huele a polvo
cansado y a días de desolación e incertidumbre.
Y es que no es fácil
plantear historias en las que sus protagonistas buscan ese Edén que no existe y
que se cifra en un supuesto paraíso que sólo sirve para la ensoñación. Hasta
los vasos parecen sucios mientras los coches huelen a tela fatigada y la noche
se viste de inhóspita en un mundo del que no queda más solución que escapar.
Cobos, siempre en colaboración con Rodríguez, da en el blanco con otra película
de parecidos ambientes como La isla
mínima y consigue mejores calados y congojas cercanas, pero aquí se halla
algo lejos de esa inspiración porque la derrota no necesita de incomprensión,
todo lo contrario. Es una dama que, para que tome el camino de la fuga, ha de hacerse
con la mirada de quien se atreve a acercarse, porque una vez que cumple su
misión, no le queda más remedio que marcharse. Aquí, se para, se ve más
evitable, pero los personajes se empecinan en perder, por mucho que el sol
salga en una playa cualquiera de un país vecino.
Por otra parte, puede que sea una película que tenga algo más de arraigo en todos aquellos que no vivieron aquellos años. Quizá porque están dispuestos a creerse cualquier cosa y que el hecho de que todo ocurra por un motivo alegórico con proyección en nuestros días consiga convertirse en un problema que sienten cercano. No lo sé. Puede que necesite ayuda para asaltar mis sentimientos encontrados y que la tierra que esconde tu sangre sea más benévola si, al final, todos sabemos cuál es el lugar de nuestro corazón.

2 comentarios:
Salgo del anonimato para decir que:
-Viva el cine quinqui
-" Las leyes de la frontera" es una de las mejores películas del cine español reciente
- A pesar de cosas como Joaquín Núñez y su fotografía "Los tigres" me pareció una película bastante fallida
-Jesús Carroza es un auténtico crack
-Me apunto "Golpes" para ver
Abrazos dando la cara
Pues yo voy a apuntar:
-. Nunca me gustó demasiado el cine quinqui.
-. Es posible que "Las leyes de la frontera" no esté mal.
-. "Los tigres" me parece una buena película además de la originalidad de tratar un tema como el submarinismo en un cine que no lo había tocado ni de lejos.
-. Jesús Carroza es bueno.
-. Allá tú si vas a ver "Golpes".
Abrazos obsesionados.
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