jueves, 26 de mayo de 2016

X-MEN: APOCALIPSIS (2016), de Bryan Singer

La mente es el centro de toda nuestra existencia. A ella le debemos la consideración que tenemos de nosotros mismos, la racionalización de nuestros pensamientos, la elección de nuestras conductas y la absorción de conocimientos, además de muchas otras cosas. La mente también es la responsable de nuestra agresividad moral, ésa que consigue cernirse sobre otras personalidades y abducir parte de su energía. Es el músculo que nos hace más fuertes o más débiles. Es lo que nos hace sentir diferentes o vulgares.
Así que las mayores guerras que libramos en nuestro interior tienen a la mente como campo de batalla. Ahí es donde podemos demostrar lo grandes que queremos ser o lo pequeños que hemos elegido ser. En muchas ocasiones, la obcecación mental es la mecha que prende algunas de nuestras enfermedades físicas. Su poder es mayor del que creemos…y eso que no creemos en nada, ni siquiera en el ser humano.
Puede que los mutantes que se describen en esta película, en realidad, sean seres marginales que tampoco son demasiado conscientes de la importancia de la mente en el desarrollo de sus vidas. Confían toda su habilidad a sus poderes extraordinarios y de sobra conocidos. Pero se olvidan de que todo contacto con otro ser humano deriva en un proceso mental. La simpatía nace porque la mente encuentra algún punto de contacto en la mente del otro. La desconfianza o el escepticismo primario aparecen porque no ha habido asideros en los que la mente pudiera agarrarse. Es tan sencillo como el principio de los tiempos, como la destrucción que tan a menudo ha buscado el hombre, tan antiguo como alguna civilización legendaria. Y el tiempo, ese gran enemigo, puede volverse un aliado porque en él se acumulan conocimientos y se conocen las reacciones. Basta con agrupar a todos los que son diferentes y formar un frente lleno de amargura para que el mundo comience a tambalearse. En el fondo, ser parte de los X-Men es una razón para el optimismo.

Bryan Singer dirige con eficacia y soltura una nueva historia de super-héroes mutantes, con algunas secuencias realmente brillantes y un gusto excesivo por el clímax continuo. Apenas hay respiro para el espectador. Cada dos minutos hay una escena cumbre y cada escena cumbre dura cinco minutos. Así el espectador se puede identificar con todos los mutantes e iniciar el proceso mental que da lugar a la simpatía. El festín visual está servido y algún toque de humor beneficia a la continua acción. No importan demasiado las interpretaciones porque los personajes sobrepasan cualquier apreciación. Es un espectáculo y da lo que se pide con un plus de grandilocuencia y una excelente banda sonora. Lo demás es lo de siempre. Malvado recalcitrante que quiere dominar el mundo e instaurar un nuevo orden, mutantes contra mutantes (ya se sabe, es la moda), batallas mentales que se desarrollan en un plano imaginario, sufrimientos, revelaciones, apelaciones al orden sentimental de los personajes y colchón místico-religioso para darle un poquito de grosor a toda la trama. Y es que no es fácil ser mutante y adaptarse plenamente a la tapicería de la butaca de cine, pasar desapercibido y demostrar los poderes delante de un teclado de ordenador, por muy rápido que se escriba. Tal vez, la mayor batalla es la que se desarrolla en mi pensamiento, tratando de elegir las mejores palabras para esta película. El resto es una hoja en blanco en la que nadie puede penetrar.

8 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Aysss...como me gustaría que a mí me hubiese resultado como dices, sin embargo en mi caso la película se puede definir con la palabra que dijo mi crio cuando finalizó: "Decepcionante".

Bien es verdad que nosotros somos semifans (o fans sin frikismo, que no sé si es lo mismo) y eso nos lleva a pedir peras al olmo, es decir que no nos vale sólo el espectáculo pero tampoco que den mil vueltas al tema moral.

Hay dos cosas que esta revisión de la saga ha provocado. Una es que los actores que encarnan a algunos personajes son tipos de peso (McCavoy, Fassbender, Lawrence) que piden chicha y minutos a sus personajes, eso hace que hayan creado un mundo paralelo para ellos que no respeta alguna de las reglas con las que inició la saga el propio Singer allá por el 2000. Mística-Lawrence es ahora un personaje principal (un mito o heroína para todos los jóvenes mutantes) cuando allá era un buen secundario del lado oscuro. Los encuentros McCavoy-Fasbender como antes los de Stewart-Mckellen son potentes e interesantes (distintas visiones de lo que los mutantes deben aportar y soportar). Y luego está el resto que son poco más que un grupo de jóvenes juguetones que aprovechan sus habilidades, pero a los que no se les da mucho cauce para tener peso en la acción salvo en este caso a Sophie Turner (Samsa en "juego de tronos") que también viene con un nombre y un tirón importante entre la adolescencia con lo que también gana un peso quizá algo exagerado.

La otra cosa que ha sucedido es que a base de explotar la franquicia y a pesar de que Singer se ha encargado de varios de los episodios han decidido no respetar ningún tipo de orden temporal ni coherencia interna. Así a cada momento en cada nuevo film o en algún spin-off nos encontramos con incongruencias narrativas que impiden hilar un film con otro aunque intenten vendernos la moto de que si es así (hemos visto escapar a Lobezno 3 veces de la fortaleza de Striker y ninguna es igual a la anterior ni tiene el mismo sentido), el Rondador Nocturno fue encontrado por azar en X-Men 2 y no conocía a nadie y ahora (teóricamente 20 años antes) es un miembro más del grupo y amiguete de Tormenta y Jane Grey.

Y si vamos directamente al film habría que decir que en este tipo de películas el malo es fundamental. Y aquí Apocalipsis que era el enemigo supremo en los comics se ha quedado algo flojete y muy poco interesante, una especie de emperador Sith con algún poder añadido. No será culpa de Oscar isaac porque es difícil identificarle e interpretar tras su disfraz y maquillaje, es por culpa de no dotar de verdadera potencia al personaje.

CARPET_WALLY dijo...

Hay que decir que esta saga tiene un problema añadido más, las cosas como son, los personajes son lo único importante y los humanos son tan secundarios que son masacrados por los mutantes buenos (Lobezno), los regulares (Magneto), o los malos (Apocalipsis) sin ningún pudor, son prescindibles, figurantes, la nada. Por eso el dilema moral que a veces se intenta imponer y que suele ocupar no poco tiempo del metraje es bastante ridículo. Como lo son las escenas en que los militares (americanos claro) ¿presencian? la gran batalla confiando en que los mutantes buenos salven el mundo ¿Eran necesarias? ¿quieren que empaticemos sintiéndonos una mota de polvo?.

El ritmo por otro lado pasa por algún altibajo problemático, de hecho toda la parte de la fortaleza de Striker no tiene ningún sentido salvo para volver a sacar a Jackman-Lobezno que sabemos que eso gusta mucho. Y procura unas cuantas incongruencias narrativas, como identificar a los mutantes que molan entre un montón de ellos, que están desmayados, a golpe de vista y sin saber nada de ellos. Y si, tiene alguna escena que impacta, en general con la presencia de Mercurio, pero no es más que una repetición alargada de aquel momento estelar del anterior film.

En definitiva, decepción, porque lejos de haber intentado dar sentido e intención propia a la saga, han convertido todo en un gran proyecto comercial (es obvio que lo era, pero no tenía por qué hacerse así) en el que prima lo que genera audiencia: Lawrence, ahora la Turner, los numeritos de Mercurio, la buena acogida que tuvo en su día Rondador Nocturno, la aparición estelar de Jackman… Y ya no preocupa el conjunto, y hasta se desaprovecha al villano.

En fin, lo dicho pedíamos peras al olmo.

Abrazos mentales

César Bardés dijo...

A ver, sigo diciendo que estas películas dan lo que dan y que, por lo general, nadie se siente decepcionado. De hecho, en mi sesión, pude ver algún signo de júbilo en un cine que estaba lleno hasta la bandera. Sí es cierto que Singer se pasa por el forro la coherencia narrativa (a mí también me sorprendió muchísimo el tema del Rondador aunque me parece que en este episodio cobra un especial protagonismo) y que, bueno, puede haber cosas que no cuadren demasiado. Lo de la evasión de Lobezno...fíjate que a mí me parece (aunque si me dices que no es así, puedo admitir perfectamente que estoy equivocado) que está según el punto de vista de cada una de las fugas, algo que, en principio, me parece interesante pero que, sin embargo, no se explica en ningún momento.
Por otro lado, hablas de Jennifer Lawrence-Mística...ah, amigo, ése es el precio de haber sustituido a la pobre Rebecca Romjin-Stamos por la Yenni, no creerás que a la super-estrella del momento la van a tratar igual que a la semi-desconocida Becky. Vamos, apostaría que la Yenni (o el agente correspondiente) ha negociado el tiempo en que tiene que aparecer sin disfraz y el carácter que tiene que mostrar el personaje.
Sí, es verdad que los momentos culminantes de la película (quizá no lo más culminantes, pero sí los más divertidos) corren a cargo de Quicksilver-Mercurio, que es un personaje de lo más interesante y que están resueltos con una considerable carga sarcástica. El villano no me pareció tan mal como a ti, me sorprende, eso sí, que se coja a Oscar Isaac, en plena ascensión, para hacer un personaje que no muestra su cara de verdad en ningún momento (en esta ocasión, el agente no se lució demasiado).
Por otro lado, aludes al tema mental...¿es que no te acuerdas que en los cómics de la "Patrulla X" ése era el centro de todo? Es muy posible que yo ande equivocado (y mi visión, sin duda, es parcial, para mí, personajes como Lobezno, Mística o el Rondador no estaban en la original "Patrulla X", eso vino después) y el que molaba cantidubi era el Cíclope. Por cierto, eso sí, malísimo el actor juvenil, bastante aceptable la encarnadura que le da James Marsden en otros episodios. Aún así, tengo que reconocer que tantas vueltas a la mente y al temita de la conexión telepática y además, ya me irritaba de aquellos cómics, por eso, tal vez, mi hermano compró tan pocos.
Lo difícil a la hora de ver estas películas es sacar un análisis mínimamente serio de todo esto. Las películas de los super-héroes no quieren ser meras reediciones de "Star Wars", quieren tener su entidad propia y es muy difícil sostener franquicias tan largas en el tiempo con un mínimo de coherencia. El espectáculo de acción está servido (aún así es lo que, no nos engañemos, la gente va a ver) y quizá la frontera entre si está en primera o segunda división la dan los momentos de humor, los guiños, las apariciones de Stan Lee, las sorpresas y los manifiestos y algo cansados giros de tuerca. No podemos pretender que estas películas sean algo más. Aún y todo, tengo que decirte la verdad. Con todas las incoherencias que tiene, todo el espectáculo, el villano mediocre (que a mí no me lo parece tanto, es un villano que creo que es dificilísimo de derrotar) y demás, ésta me gustó más que la tan cacareada "Civil War" que me parece que esa sí que desaprovecha muchas más cosas que la incoherencia narrativa que se exhibe en esta.
Abrazos telequinéticos.

CARPET_WALLY dijo...

Bueno, yo no he visto aun "civil war", pero mi hijo también salió decepcionado de aquella.

Todo lo que dices es cierto y además es verdad, pero aun reconociendo que estas películas dan lo que dan y que pueden gustar a su target de mercado (o su público objetivo, que luego voy por ahí diciendo que no me gustan los anglicismos), creo que con los mimbres que hay se puede hacer algo más y aun mucho mejor. Ya sabemos que gracias a la informática aquellas batallas dibujadas se ha logrado que nos parezcan reales y espectaculares. Ahora vamos pues al fondo. Es cierto que la patrulla X (luego reiniciada en la serie X-men y ahí si con Lobezno y Tormenta) era un poco insistente con el tema mental y eso la hacía más...densa que otros superheroes, pero lo bueno que tenía la serie era que se planteaba más allá de otros héroes, el rechazo a la diferencia, lo que incluía un factor muy interesante desde el punto de vista filosófico.

El mutante es rechazado por los humanos, embargados por el miedo y la envidia. El mutante toma su poder casi siempre como una maldición, algo que le hace diferente, algo que le impide una convivencia normal con los que él considera sus iguales...y ante esto se posiciona, desde la postura del superior (Magneto) que rechaza el rechazo y opta por castigar y someter, hasta el que decide que los poderes pueden servir para integrar prestando apoyo a quienes no lo tienen y lo necesitan (Xavier). A menudo, también en los comics, Magneto y su Hermandad y los X-men no se enfrentan sino que colaboran para acabar con una amenaza mayor, Apocalipsis, por ejemplo.

Ahora la cuestión no es el bien contra el mal sin matices, cosa que sucede mucho tanto con Los vengadores, con Spiderman y muchos otros superheroes incluido Superman. Ahora la cuestión es que tus habilidades te condicionan para tomar una posición y a veces optas por un lado u otro en función de tu propia percepción. No olvidemos que casi todos ellos son incapaces de llevar una vida normal ya que sus poderes a veces se descontrolan, han de estar aislados sin contacto con humanos a los que pueden hacer daño o porque se asemejan a monstruos.

CARPET_WALLY dijo...

Todo eso dota de cierto interés a los X-men, así como tener algún personaje realmente atractivo como puede ser Lobezno, Magneto, la propia Mistica, Quicksilver o incluso para mí el bastante desaprovechado Hombre de hielo (con chascarrillos divertidos en el comic que no se reflejaron en las películas).

Ese planteamiento filosófico-moral existe en los films pero a veces resulta repetitivo y algo cansino.

En cuanto a lo de Yenni y sus exigencias, estoy absolutamente seguro que es como dices (creo que hace bien, sabe que es parte del tirón de taquilla) y eso le ha dado una importancia mayor a un personaje interesante sin más. También que Mccavoy y Fassbender habrán pactado hasta los minutos en pantalla, lo mismo ocurre aquí con Sophie-Samsa-Jane Grey, saben que también es tirón taquillero y lo habrán exprimido para tener el protagonismo que tiene.

Y Apocalipsis, no es que sea complicado de derrotar, que lo es, el problema está en que su presencia no impone y parece que a Los 4 jinetes les convence a base de caramelos, en vez de someterlos que es lo que un personaje así haría en realidad. Y efectivamente da igual que sea Oscar Isaac o Pepe Viyuela, poco alcance dramático se puede dar con un rostro así.

Con todo, lo dicho, al menos imponer coherencia narrativa a la saga, e incluso dentro de la propia película (que había alguna cosa que clamaba al cielo, Ciclope destrozando la puerta en la que estaban los otros prisioneros, cuando minutos antes no se le ocurrió quitarse las gafas). Los saltos en el tiempo que se les han ocurrido lejos de clarificar los orígenes del grupo, provocan no pocas descoordinaciones. Yo creo que ya es el momento de que, si quieren seguir exprimiendo a la gallina, dejen un grupo estable (quizá con alguna ayudita estelar) y cuenten aventuras medianamente independientes. Así todos nos dejaremos de trayectorias vitales confusas y prestaremos atención sólo al espectáculo.

Demasiados superheroes y pocos guionistas imaginativos.

Abrazos emparedados

César Bardés dijo...

De todo esto te doy la razón en algo fundamental. Tendrían que haber hecho las franquicias como episodios independientes y dejarse de tantas trayectorias vitales confusas, sin duda. Al fin y al cabo, eso es lo que intentan hacer para ganarse a los adeptos, engancharles para ver qué es lo que pasa en el episodio siguiente con sus super-héroes típicamente atormentados. Y el error pasa porque, efectivamente, no siempre son los mismos guionistas, esos guionistas no se han visto alguna de las anteriores...Para mí que se habrán dado cuenta del tema del Rondador con Jane, Tormenta y demás y habrá un rápido temita calzado con algún borrado de memoria por parte de Cerebro. Además no ayuda nada el cambio de intérpretes que se está produciendo (aunque en algunos casos haya sido para mejor) con el fin de ser franquicias interminables con el invitado de honor de turno que, habitualmente, es el villano.
El que sí me pareció un poco desaprovechado en la historia de Fassbender, que además, creo que tiene los momentos más "interpretativos" de la película.
Por otro lado, tanto cambio de bando...ufff, llegará un momento en que la gente se va a hartar porque eso no hace más que desdibujar a los personajes y por tanto, va a ser muy difícil que todo alcance una coherencia. Además aún hay otro obstáculo. Los héroes van interactuando en franquicias ajenas y, muy posiblemente, ya está llegando el momento en que no te enteras de cosas de la franquicia propia de un super-héroe si no te has visto antes al super-héroe de enfrente porque en tal y tal episodio de la franquicia del de enfrente pasaba una cosa que está referenciada en la franquicia del primero. Es lioso hasta de explicar así que imagínate de colocar mentalmente con todas las películas de por medio. Por eso comienzan a fallar hasta ellos mismos.
Abrazos con gafas de sol.

CARPET_WALLY dijo...

Totalmente de acuerdo, en todo, en lo de los guionistas que no están al tanto de lo anterior, les falta un Stan Lee que, o guionizaba todo o supervisaba lo que guionizaban otros en los comics para dar coherencia a los encuentros y desencuentros. En lo de los lios con los cameos en películas ajenas, ya pasaba en "Los Vengadores, La era de Ultrón" que uno se perdía parte de lo que se explicaba si no se había visto no ya la primera sino "Capitan América, el soldado de Invierno" y "Thor 2" (que no son pájaros aunque suenen como tal).
Y respecto a lo de Fassbender totalmente de acuerdo en que está desaprovechado, además que en su momento más dramático hay un error colosal, la muerte de la niña, si han ido a detener a Magneto y se ha entregado ¿que hacía uno de los guardias apuntando a madre e hija que en principio no se sabían peligrosas?. Y por otro lado habría que decirle a Mccavoy que su personaje es paralítico y no se puede mover pero eso no tiene porque llevarle a tener momentos tan intensos en cada intervención, que parece que a falta de poderes espectaculares tiene que suplirse con sufrimientos agónicos a cada rato.

Abrazos con los ojos en blanco

César Bardés dijo...

Es que, con todos los respetos, el McAvoy tiene mucha fama y tal pero a mí no me parece un actor tan, tan, tan maravilloso como muchos han querido ver en él. Tiene tendencia, efectivamente, a meterle intensidad a todo lo cual le hace enormemente aburrido y con la certeza de que no es un actor demasiado inteligente porque suple las carencias del personaje con esa intensidad. Solo hay una película en la que puedo decir sin problemas que me ha gustado y era, precisamente, porque se le veía bastante más relajado, y es en "La última estación" aquella biografía sobre Tolstoi con Christopher Plummer y Helen Mirren y que él se quedaba de espectador ante tanto genio y tanta paz. Lo demás siempre ha sido el tío que sabe que tiene ojos más o menos bonitos, ligeramente saltones y hala, vamos a darle intensidad incluso cuando no la requiere. Y punto pelota. Por eso es muy de extrañar que él tenga tantos momentos de lucimiento mientras Fassbender, un actor mucho más privilegiado que él, se queda en lo que es.
Abrazos sin pelo en la cabeza.