No hay muchos casos en los que el
asesino muera antes que la víctima. Son las idas y venidas de una corrupción
ensañada. Más que nada porque siempre ha habido una palabra que ha inspirado
más temor que muchas armas y es “competencia”. En muchas ocasiones, los
poderosos no soportan que otros tengan más éxito, o consigan llegar donde otros
no han llegado, o, simplemente, tengan una mayor satisfacción personal por
haber hecho lo correcto. Y ahí, en el fondo, moviéndose como un animal escurridizo
entre la piel, está algo de la energía nuclear de El beso mortal, de Robert Aldrich. Aunque esto sea muy de andar por
casa y en lugar de Mike Hammer tengamos al sargento Bevilacqua y a la cabo
Chamorro. Un par de profesionales en un mar de conspiraciones e intrigas que
zarandean su olfato de sabuesos y su honestidad de investigadores. No es fácil
llegar al fondo del asunto cuando el cuerpo de una rusa también se encuentra en
algún lugar del frío campo y todo se emponzoña hasta el cáncer.
Son los tiempos que corren y
resulta complicado andar entre lobos hambrientos en una lucha que apenas se
llega a entender. Quizá uno de los grandes errores está en no saber reconocer a
los tiburones cuando se mueven, sienten y piensan. Tienen los ojos inyectados en
sangre y el gesto tenso, como intentando entrenar sus mandíbulas de perros de
presa. Es el gesto de los alquimistas que convertían el plomo en oro y se
ocupaban de satisfacer la ambición de los más crédulos. El asesinato, en el
fondo, es algo bastante ridículo y, sin embargo, necesario. Bien lo saben los
profesionales de la investigación.
Patricia Ferreira dirigió esta
adaptación de la novela de Lorenzo Silva con buen pulso aunque errando, quizá,
en la elección de Roberto Enríquez en el papel de Bevilacqua. Su sargento
investigador es blando e irremediablemente atractivo y, tal vez, es un
personaje que hubiera merecido mejor suerte y más entidad. Por lo demás, no
cabe duda de que la terrible comedia negra en la que se ha convertido España
tiene su campo de acción engrandecido por unas letras que supieron mirar a
través de nuestros defectos para ofrecer algo más que una simple crítica
social. El descubrimiento de la verdad es ponerse, de nuevo, en manos de los
poderosos para desenmascarar un día más en este paraíso. Mientras tanto, las
miradas se suceden, los indicios se multiplican y la sensación de cansancio se
apodera de la gente, como si matar fuera algo sencillo y aprovecharse de todo y
de todos sea algo cotidiano y absolutamente normal. La pareja de guardias
civiles más famosa de toda la Literatura española se encargará de salvaguardar
una parcela, no muy grande, de honradez y ética, algo que escasea a marchas
forzadas en un país que se ha empeñado en corromperse a sí mismo una y otra
vez, como si España fuera la finca de unos pocos y la tierra donde se desangran
los demás.
4 comentarios:
El problema de esta película es que te hayas leído el libro. Y no lo digo como en otras ocasiones porque el original en papel sea mejor o peor que la adaptación al celuloide, no voy a entrar en eso. La cuestión aquí es que es imposible, leyendo el libro primero, que asocies a Enriquez con Belvilaqua y eso hace que se te caiga la película casi nada más empezar. Creo que es un film que funciona bien si eres un neófito en las historia de Silva (aunque a estas alturas eso es bastante complicado, pero en su época si era más posible) aunque creo que le falta un poco de fuerza sobre todo en el arranque.
Yo creo que tanto Vila como Chamorro merecen una producción de mayor enjundia, sé que hay un par de episodios para televisión pero no he llegado a verlos y tampoco parece que fueran la bomba, desde luego "El alquimista..." era una de sus novelas que mejor parecían adaptarse al cine....mejor que la última "Donde los escorpiones" que requeriría bastante más presupuesto...Y otra de sus novelas que me parece bastante adaptable y con mucho sentido sería "los cuerpos extraños" a no ser que eso de la corrupción política en Levante pueda molestar a alguien, quien sabe a quien.
Abrazos sin tricornio
Pues no dejas de tener razón. En su momento, comenté con Lorenzo la adaptación de esta película y él me dijo que tuvo verdaderos problemas con Patricia Ferreira, la directora, para convencerla de que el protagonista era Vila y no Chamorro y, quizá, en algún momento sí que se nota la predilección de la directora hacia la cabo. Estoy de acuerdo en que es una película que funciona bastante bien si eres un neófito en las aventuras de Silva y que, también es verdad, tiene pasajes con cierta flojera.
Estoy esperando que haya una adaptación en condiciones de alguna historia de Lorenzo. Ahora está en marcha (debe de estar ya en fase de post-producción) la adaptación de "La niebla y la doncella" con Quim Gutiérrez (yo no le veo de Silva, pero veremos) y Aura Garrido (sí me pega, igual que me pegó Ingrid Rubio en su momento). Los dos episodios que se hicieron para televisión se resentían de una producción un poco de andar por casa pero el problema era justo el contrario. A Vila sí me lo creía en la piel de Jesús Noguero (quizá un poco demasiado mayor para el papel) y a Chamorro no me la creía ni de lejos en la piel de Mariona Ribas. De todas, y ateniendo a critérios estrictamente literarios, la que más me ha gustado de todas las aventuras de la ínclita pareja de guardias civiles, es "La reina sin espejo". Por cierto, os contaré un secreto. En "La marca del meridiano" no es que yo aparezca, pero sí ha dotado a un personaje con unas características que están basadas en una conversación que él y yo mantuvimos. No es que quiera atribuirme el mérito, ni mucho menos, pero es una demostración de que el buen escritor coge elementos de la realidad para darle encarnadura a sus personajes.
Abrazos psicológicos.
Pues a Quim de guardia civil y además con Aura Garrido también les vi hace muy poco en la notable serie de televisión en dos episodios "El hijo de Cain", basada en los 80 en el Pais Vasco y con ETA atentando día si y día también. Tenía algunas cosas en el guión algo cogidas por los pelos, pero me resultó bastante interesante, bien interpretada, bien realizada y resultó que despertó el interés de mis hijos por una época que no vivieron o que lo hicieron sin mucho conocimiento y de la que sólo tenían referencias algo vagas, a veces sesgadas y sobre todo no conocían la angustia que en general casi todos vivimos en aquellos tiempos.
Supongo que iba para película pero les salía muy larga y la prefirieron el miniserie.
Abrazos en pareja
No, si yo no digo que Quim Gutiérrez sea un mal actor. Digo que no lo veo como Vila. Estoy seguro de que puede hacer de guardia civil o de lo que quiera pero, tal y como nos ha dibujado Silva el personaje...no, no lo veo, aunque puedo estar perfectamente equivocado. Tampoco veo a Bogart como el Marlowe descrito en las novelas de Chandler (veo mucho, mucho más a Mitchum) y sin embargo hay que reconocer que, con sus herramientas, creó un Marlowe propio y muy creíble.
Me alegro de que tus hijos supieran lo que fueron aquellos días. Eso es lo que falta. Explicar un poco a los jóvenes cómo fue todo aquello para que vean de una vez lo que nos ha costado tener lo que tenemos, sin perjuicio de que haya que cambiar determinadas cosas.
Abrazos con el alto.
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