Las paredes
desconchadas y de un sospechoso color verde parecen la lóbrega anticipación de
la muerte. Perdido en la oscuridad del bosque solo existe el recuerdo de un
revólver escupiendo su lenguaje de fuego. Alguien ha matado a alguien y no se
sabe muy bien quién es la víctima y quién el ejecutor. Para eso está la
policía, para hacer un interrogatorio exhaustivo y descubrir la verdad que se
esconde en lo más profundo del alma más atormentada porque… ¿qué alma hay más
atormentada que la de un asesino? Las horas pasan con lentitud y las puertas no
se abren. Tal vez la comisaría, tan aislada como un árbol sin compañía, sea el
contorno del mismo mundo y más allá de sus puertas solo exista el abismo y el
desconsuelo. La inspiración hace ya tiempo que huyó en la noche y Onoff, el
escritor, ha llegado ya al final buscando un nuevo principio. Más o menos lo
que hacen todos los escritores. La admiración es moneda de cambio y el nudo
kafkiano engorda a cada minuto mientras el agua fría de la lluvia insistente ha
calado en los huesos de la desesperación. No hay salida. Solo queda enfrentarse
a la verdad. La única verdad.
Onoff no recuerda nada
de lo reciente. Parece que, como una frase mal escrita de cualquiera de sus
obras, ha pasado por encima tachando y dejando huellas de torpeza para que el
recuerdo sea algo apenas intuido, apenas comprendido. Las sospechas no tardan
en aparecer porque el arma estaba ahí y no hay demasiadas explicaciones que
puedan aclarar ese disparo en medio de la nada, en ese territorio difuso entre
ninguna parte y la última realidad. Una canción flota por la estancia, como
llamando al regreso a la cordura pero es inútil. Leonardo da Vinci expande su
arte y las letras imaginadas vuelan hacia las estrellas, como mensajes de
socorro en una larga, larga noche del alma torturada.
Claustrofóbica y
agobiante, Giuseppe Tornatore puso a Gerard Depardieu y a Roman Polanski frente
a frente en un intento de esclarecimiento de hechos que debe quedar para la
eternidad como juez. Y la inteligencia fluye por los diálogos, se detiene en
los rincones verdes y blancos de una comisaría demasiado antigua, demasiado
mojada, demasiado fría. El miedo a revelar la auténtica verdad de las palabras
nunca escritas se torna esperanza en un día sin luz. Raras evidencias de un
crimen que, tal vez, sea común a todos. Extrañas sinceridades que han sido
esquivas durante toda nuestra vida y que, tarde o temprano, tendremos que
afrontar. Al fin y al cabo, señor Onoff, esto no es más que una pura
formalidad.
4 comentarios:
A Tornatore siempre se le recuerda por ser el autor de "Cinema paradiso", una película que en verdad es muy especial para el cinéfilo. "Pura formalidad" es también muy especial tal vez por otras razones. Yo creo que son las dos cumbres del italiano, por mucho que "La mejor oferta" sea un título a reivindicar. Lo cierto es que un autor bastante irregular y tiene algún que otro pestiño (la última con Irons y la Kurylenko era de juzgado de guardia).
Por lo demás una película que me gusta mucho, con un duelo interpretativo interesante (Polanski delante de la cámara no es tan malo como algunos dicen) y un final realmente impresionante, digno de M Night Shyalaman (¿o he dicho alguna burrada?)
Abrazos bajo la lluvia
Es absolutamente cierto que es un director extremadamente irregular. Le he seguido siempre con cierto interés y es capaz de hacer una película para recordar y que la siguiente sea una auténtica decepción. Me pasó cuando le descubrí con "Cinema Paradiso" y, acto seguido, hizo aquel bodrio titulado "El hombre de las estrellas", que volvía sobre el tema del cine pero absolutamente desenfocado. "Baaría" es una película también muy irregular en sí misma, pero tiene "Malena" que, al fin y al cabo, es otra película que sigue esa misma estela y que me parece muy apreciable. "La mejor oferta" merece, sin llegar a ser una obra maestra, y acto seguido hace la de Irons que es horror puro. Sin embargo, "Pura formalidad" es un islote en su filmografía. Algo absolutamente atípico, inclasificable y original sobre lo que no ha vuelto a insistir. Con interpretaciones muy buenas tanto de Depardieu como de Polanski y en la que nada, aunque lo pueda parecer, es casual. No, no es ninguna tontería decir que es digno de Shyamalan, casi, casi, se podría decir que, en realidad, es un antecedente suyo.
Abrazos con leche.
Lo confuso de la trama atrapa al espectador,la comisaría es la mejor pista que lleva a la resolución de la trama,pero no caí en ello porque a menudo Tornatore es de los que rizan el rizo y era demasiado obvio...final no muy sorprendente pero lógico
Yo creo que es la película menos Tornatore de Tornatore y que,a pesar de que el final puede no sorprenderte (es verdad, lo intuyes un poco antes) es una excelente conclusión,porque, al fin y al cabo, puede que el comisario sea Leonardo da Vinci ¿no?
Gracias por tu opinión. Esta es tu casa.
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