miércoles, 21 de marzo de 2018

NÁUFRAGOS (1944), de Alfred Hitchcock

La vida en un bote. Una periodista, un empresario podrido de millones, un maquinista de izquierdas, un marinero bailarín con una pierna herida, un dulce ayudante de cubierta, una enfermera, un camarero negro, una mujer trastornada con su hijo muerto en brazos…y un alemán procedente del submarino que ha hundido el barco. Una situación de alto voltaje teniendo en cuenta que cada uno pensará de una forma distinta. En el reducido espacio de un bote salvavidas se desvelarán las miserias de todos y los instintos de supervivencia. El liderazgo, siempre ahí, tan atractivo incluso en situaciones que rozan el límite, será una cuestión peliaguda. El negro acabará siendo uno más, pero no será fácil. La vela desplegada con rumbo incierto. El maldito alemán que parece tener el control de todo. Sabe navegar. Sabe cortar piernas gangrenadas. Sabe recoger agua antes de que la sed sea uno de los principales problemas. Es previsor. Es la peor clase de enemigo porque tendrá todos los instrumentos de tortura refinada. Jugará psicológicamente con la desesperación, con el aire, con el agua interminable, con la sal en la piel. Es una historia digna de ser contada. Sobre todo porque, cuando subió al bote, algunos quisieron echarle por la borda.
Resulta impresionante comprobar cómo en ese pequeño rincón de madera flotante, puede haber algo parecido al amor, cómo la desolación hace mella hasta el punto de preferir la muerte a cualquier otra posibilidad, cómo, al fin y al cabo, el alemán será alimento de los peces con la bota que sobró a un bailarín empujado al mar. La lluvia aparecerá cuando no sea invitada y permanecerá terca sin caer cuando más se necesite. El mar estará en calma para asistir al arrasamiento de los ánimos y se encrespará con dureza cuando se precise su llanura. La vela se romperá buscando un viento que lleve hacia tierra firme mientras, a escondidas, se conspirará para que la prisión sea el único destino posible. Es el dictamen del alma el que acabará por salir, con toda su bondad, con toda su maldad, con todas las certezas y todas las inseguridades. Solo quienes se rindieron tendrán todas las respuestas.

Alfred Hitchcock dirigió con maestría esta atípica película en su carrera, con un buen puñado de personajes encerrados en los confines de un bote, buscando la supervivencia que el tiempo de guerra niega con insistencia. Quizá porque, en esta ocasión, el mago del suspense intentó crear un misterio en torno a almas errantes, sin puerto ni singladura, flotando a la deriva a la espera de un milagro. Y consigue que el espectador permanezca atónito asistiendo a las reacciones de la gente, siempre inesperadas, cuando un desierto de agua sitia el único habitáculo de supervivencia. Náufragos de sí mismos.

5 comentarios:

dexterzgz dijo...

Es una película pequeñita que confirma lo grande que era Hitch. Y nos habla de su virtuosismo y sus ganas de experimentar y, en definitiva, que es un artista único en la Historia del Cine al que si se me permite la expresión hay que echarle de comer aparte.

Lo que más recuerdo de esta película es el famoso cameo o de cómo el tío se las ingenió para poder aparecer en una película que transcurre en un bote con un número limitado de personajes

Bueno, quizá no sea en el fondo una película tan pequeña. A fin de cuentas, detrás de todo está John Steinbeck y eso son palabras mayores. Descubrí a este genio de jovencito leyendo "Al este del Eden" que me cautivó y que he vuelto a revisar varias veces - y mira que es gorda. Y desde siempre he sentido un cariño muy especial por él y por sus adaptaciones. Me gusta mucho lo que hizo Kazan con el libro, pero también, por supuesto lo que hizo con Ford en "Las uvas de la ira", que siempre consigue ponerme un nudo en la garganta cuando la termino de ver. Muy especial lo de Emilio Fernández en "La perla", y en cuanto a las dos versiones de "De ratones y de hombres" me gusta más la versión moderna con Sinise y Malkovich, aunque creo que las dos no terminan de hacerle justicia al texto.

Abrazos remando

César Bardés dijo...

Es un ejercicio maravilloso desde el primer plano de la película, con esa chimenea echando humo y el silbato aullando mientras se hunde en la oscuridad del mar. Todo un ejercicio de virtuosismo en todos los sentidos, incluso en la dirección de actores en los que no habitan estrellas de cine (aunque sí de teatro como Tallullah Bankhead, en la que quizá sea su mejor aparición en el cine).
En cuanto a Steinbeck, ha dado mucho material para el cine. A mí me gusta más la primera de "De ratones y hombres" que la segunda aunque reconozco que está lastrada por la elección de un actor tan sumamente limitado como Lon Chaney Jr. (en comparación con Malkovich...la verdad, palidece). Quiero destacar la versión en teatro que tuve el placer de ver con Fernando Gayo y Roberto Álamo, enormes.
Como decía, Steinbeck también escribió el guión de "Viva Zapata" para Elia Kazan (un auténtico modelo de guión aunque caiga un poco en la hagiografía), pero en sus novelas también se basaron "La vida es así", una estupenda película de Victor Fleming con Spencer Tracy y Hedy Lamarr (hoy muy de moda como símbolo feminista por que descubrió una serie de aparatos que fueron decisivos en la guerra submarina de la Segunda Guerra Mundial), o una estupenda película llamada "The moon is down" que pillé en un pase de la filmoteca, con Lee J. Cobb, Henry Travers (el ángel de "Qué bello es vivir") y Cedric Hardwicke sobre la ocupación de un pueblo por parte de los nazis. Y también una película muy olvidada que es más moderna, de los ochenta, creo, que se llamaba "Cannery row", con Nick Nolte y esa maravilla de actriz que tan poco se prodigó que se llamaba Debra Winger.
Abrazos desde la taza de polvo.

Chus dijo...

La verdad es que es un gusto leeros.

Llevo años con esta peli en mi debe. Prometo verla esta semana. Gracias por recordármela.

Pa echar e comer aparte está César... No veas el bicho la de referencias cinéfilas que suelta con una fracesita de ná que deja caer Dex. De categoría.

Abrazos encantados.

Unknown dijo...

Hola,
Magnífica peli del maestro. De una temática muy similar, os recomiendo "El mar no perdona", de Richard Sale con una imponente actuación de Tyronne Power (podría estar entre las mejores actuaciones de su carrera junto a "El callejón de las almas pérdidas" o "El filo de la navaja"). Una peli bastante dura sin concesión alguna.
Saludos.

César Bardés dijo...

Apunto la recomendación. De Power yo también destacaría tanto "Cuna de héroes", de John Ford como "Testigo de cargo", de Charles Laughton donde, parece, que la madurez le está dando experiencia y saber estar.
Saludos.