No es fácil superar los
prejuicios cuando has vivido siempre en una comunidad que no se ha movido un
ápice desde hace muchos, demasiados años. Tal vez, se han tolerado ciertas
conductas que han recibido la consideración de degeneradas porque alguna
válvula de escape deben tener los habitantes de ese pueblo que no está tan
lejos de Nueva Orléans. Y todo se va a poner muy a prueba cuando aparezca
misteriosamente el cadáver de una mujer transexual que, además, ha causado un
accidente de camión. El sheriff Hardwicke posee muchos de esos prejuicios, pero
es un profesional y está dispuesto a llegar hasta el fondo del asunto con tal
de averiguar quién es el asesino. Alguien le metió una bala en la espalda a la
chica y eso, se mire como se mire, es un crimen. Y le va a costar algo más que
trabajo encontrar al culpable.
Por otro lado, la chica
transexual estaba casada. Legalmente casada. Con una mujer. Y, por la insignia
del santo policía, ella es preciosa. Hardwicke tendrá la duda del sexo de ella,
pero se siente irremediablemente atraído. Y él estará abrumadoramente perdido
porque los poderes fácticos, como siempre, querrán tapar la muerte de la chica.
Hubo una fiesta. Hubo gente importante. Alguien se propasó. La huida, el
disparo, el camión, la muerte. El sheriff ahora tendrá que hallar todas las
explicaciones por sí mismo, para demostrar que él podrá tener prejuicios, pero
que es honesto y que está empleándose a fondo para resolver el misterio. Quizá
la solución sea mucho más simple de lo que se cree. ¿Quién sabe? Es lo que
suele pasar en los pueblos pequeños. Por el camino, Hardwicke aprenderá a
superar esa primera barrera, que siempre es la más difícil. Se enfrentará al
pasado, a la injusticia que perpetró un día, a la seguridad de que el cariño es
la mejor medicina contra todos los preconceptos de su vida.
El director y actor
Robby Henson (famoso por ponerle voz a la criatura de La bella y la bestia, versión Disney), se atrevió a dirigir esta
película que combina perfectamente la resolución de un misterio con la lucha
contra los prejuicios sexuales que siguen asolándonos todos los días aún cuando
han pasado diecinueve años desde que se estrenó esta historia. Con Billy Bob
Thornton y Patricia Arquette en los principales papeles, Al caer la noche está bien llevada, con algunos momentos realmente
incómodos, con alguna que otra mirada algo dispersa en la narración, pero
efectiva en lo que se refiere a esa figura terca y profesional del sheriff
Hardwicke que llega a ser creíble incluso en el momento en que acepta la
compañía de otros transexuales porque no es algo instantáneo, sino que tiene
instantes de vacilación y vergüenza. Sin embargo, da el paso, el paso hacia la
normalidad, el paso hacia su propia verdad interior.
Así que no olviden reclamar su par de zapatos para seguir deprisa por los rincones de esta historia. Es posible que el sheriff Hardwicke les llame a declarar y tenga que hacerles un par de preguntas sin demasiada gracia. Sin embargo, les diré el secreto. Basta con contestar con normalidad, sin darle importancia a nada, sin esquivar la mirada, sin tartamudear y sin pensar que el otro se forjará una idea escandalosa por lo que se pueda decir.
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