Si queréis escuchar lo que hablamos en "La gran evasión" de Radiópolis Sevilla alrededor de esa obra maestra del cine español que es "A tiro limpio", podéis hacerlo aquí.
“¡Fallon
es el mejooor!”
Desde luego, lo es. Es
todo un experto en la desactivación de bombas porque hace mucho, mucho tiempo
que se dedica a ello. Todo empezó en la guerra, intentando desarmar bombas que
habían colocado los nazis en plena ocupación. Allí es donde lo aprendió todo. O
casi todo. Siempre hay alguna cosilla que no acabó de dominar. Claro que eso es
más culpa del maestro que del alumno y Fallon tuvo al mejor de los maestros.
No, no puede ser. Fallon nos sacará del apuro.
El apuro ahora se trata
de un trasatlántico lleno de pasajeros. Un malvado que se hace llamar
“Juggernaut” ha colocado unos cuantos bidones en las bodegas y no les va a
dejar tocar puerto porque si no, las bombas estallarán. Fallon es la solución.
Sí, seguro que él se encargará de todo. Fallon es el mejor.
Mientras tanto, en
Londres, todo un equipo de profesionales se dedica a la búsqueda de pistas que
les lleve hacia “Juggernaut”, el hombre misterioso, excesivamente educado,
abrumadoramente correcto, que desea un pago en efectivo por parte del gobierno
británico a cambio de desactivar las bombas. Fallon se mueve con habilidad
entre los intrincados mecanismos de la bomba y su pulso es el de un cirujano.
El capitán del barco solo puede asistir impotente a la evolución del chantaje y
Fallon trabaja concienzudamente. Sabe por dónde entrar en los bidones, sabe
dónde están los mecanismos sensibles, sabe que el hombre que ha fabricado esas
bombas es diabólicamente inteligente. Fallon es el mejor pero, quizá, por esta
vez, se va a ver superado por un individuo que se mueve bajo un pseudónimo y,
en realidad, solo busca venganza.
El barco sigue su ruta,
como si el mar abriera un carril de espuma y sal a su paso mientras Fallon
tiene que mantener el pulso firme en medio del oleaje. Fallon es el mejor y lo
demuestra a cada paso. Incluso cayendo en las trampas que tan hábilmente ha
colocado el terrorista. Los pasajeros conocen la situación y, quizá, algunos
dicen lo que nunca se han atrevido a decir; otros, bailan con quien nunca
osaron bailar; se entregan a la melancolía de que todo puede acabar con un
estallido y unas cuantas toneladas de agua. Fallon es el mejor. Eso no puede
pasar.
Aunque ha pasado tiempo
por encima de ella, El enigma se llama
Juggernaut aún se mantiene a flote gracias a las interpretaciones de
Richard Harris como Fallon y de un joven Anthony Hopkins como el
Superintendente MacLeod y de una realización ágil y un tanto descarada de
Richard Lester. Fue un fracaso cuando se estrenó y hoy, sin embargo, pone de
manifiesto que sigue funcionando el viejo truco del cable azul o el cable rojo.
Por eso, Fallon es el mejor. Él sabe cuál se debe cortar.
4 comentarios:
Es cierto que esta peli, en pleno auge de las pelis de catástrofes, apuntaba muy alto y se quedó comercialmente en bastante poco. Yo no la vi en estreno porque su paso por esas salas fue fugaz sino en programa doble a los pocos meses de estrenarse.
Y la cuestión es que no se entiende muy bien el fracaso salvo que precisamente en vez de jugar a la catástrofe y su filmación ("Terremoto", "El coloso en llamas", "La aventura del Poseidón"...) se jugó al miedo a la catástrofe, a meterle tensión a como lograr de evitarla.
También sucede que aquí el hombre no se enfrenta a la naturaleza o al azar como sucede en las mencionadas, sino en la intencionalidad del hombre (de un hombre, de un terrorista) de causar estragos. A eso jugaron también años más tarde "Pánico en el estadio" o "Montaña rusa" y tampoco tuvieron una enorme acogida (quizá algo más la primera).
El caso es que no es una película de catástrofes, sino un trhiller de intriga que mezcla tanto la investigación policíaca como la tensión milimétricamente mantenida (nunca mejor dicho en este caso). Y magníficamente interpretada además.
Si puedo decir una cosa sobre cuando la vi. No pensé que hubiera visto una muy buena película pero si sentí que había estado en absoluta tensión durante todo el film.
Abrazos fumando en pipa
El fracaso que obtuvo posiblemente se debía a que, evidentemente, se jugó al miedo a la catástrofe y a que, al ser una producción británica, se antojaba infinitamente más sobria. Además de ello, el reparto, siendo estupendo, no estaba tan cuajado de estrellas como "Terremoto", o "El coloso en llamas" o "La aventura del Poseidón". Aquí había unos actores competentes, un guión muy medido, muy calibrado y unos diálogos excepcionales (choca en una película de estas características que el personaje de Richard Harris diga unas frases tan agudas).
También había intencionalidad, lo que pasa yo creo es que el error estaba en que se vendía como una película de catástrofes y, en realidad, era una película de tensión. A ello ayudaba mucho, hay que reconocerlo, el hecho de explotaran las bombas y que David Hemmings, que hace de ayudante de Harris, un actor reconocible que, en aquellos días, había hecho varios protagonistas, moría, lo cual daba la sensación de que aquello podía no acabar del todo bien. También el hecho de un personaje que, en cualquier otro tipo de producción sería uno de los héroes, aquí está muy gris, esperando acontecimientos, sin tomar una parte demasiado activa en el drama como es el del capitán que interpreta Omar Sharif.
Yo sí creo que es una buena película (obviamente, muy setentera), muy efectiva, que conseguía transmitir esa tensión de la que hablas y una cierta sensación de inquietud. Aparte de eso era también una gozada poder asistir a una película en la que estaban Harris (en pleno apogeo de su éxito y dando un par de lecciones de interpretación) y Hopkins (que no conseguía dar el salto definitivo pero que daba muestras de lo alto que podía llegar), acompañados de otros como Ian Holm, y actores muy reconocibles como Jack Watson (el sargento de todas las películas británicas de guerra), Roy Kinnear (inolvidable como Planchet en "Los tres mosqueteros") o Julian Glover (el malvado potentado de "Indiana Jones y la última cruzada").
Abrazos con suéter de cuello alto.
Y no olvides a un secundario de lujo, que aquí no lo es, el muy característico Freddie Jones haciendo del Moriarty contrapeso de Holmes-Fallon, ya que tal y como comentas Hemmings es una especie de Watson para el personaje de Richard Harris. Es cierto que a partir de su sorpresiva (y no debía de sorprendernos tanto porque se estaba jugando el tipo) muerte, la de Hemmings, la película escala en inquietud, hasta ese momento los buenos tenían todas las de ganar y a partir de ahí piensas que todo puede pasar.
Abrazos con auricular.
Uno de los malos más exquisitamente educados de la Historia del Cine, diría yo, pero con garantía suficiente como para transmitir en todo momento, no solo un halo de inquietud, sino también de maldad. Buen apunte, sí señor.
Abrazos desatornillando.
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