Mucho
cuidado con esas mujeres que no tienen nada que perder y deciden que ya basta.
Su furia está rondando, implorando por salir porque nadie les ha prestado
demasiado caso cuando lo han necesitado y ahora se están conteniendo a duras
penas. Quieren que el mundo despierte porque ya han derramado muchas lágrimas y
lo que desean es repartir golpes. Ya está bien de sufrir. Es hora de dar una
recompensa al corazón.
Poner en evidencia la
incompetencia de la policía no deja de ser grave en un pueblo donde todo el
mundo se conoce. Y ella, la mujer en cuestión, tiene agallas de sobra. Está
harta de incompetentes que se ocupan de nimiedades, de dar rienda suelta a sus
manías racistas, a sus complejos de inferioridad o a sus aficiones infantiles.
Quiere respuestas. Pagará por esas respuestas. Y si tiene que pasar a la acción
para que alguien le dé alguna, por pequeña que sea, lo hará sin pestañear.
Mientras tanto, en
Ebbing, Missouri, todo un universo de tipos de diverso pelaje se mueve a su
alrededor, escandalizados por su empuje, anonadados por su capacidad de
protesta. Ella ha dejado bien claro qué es lo que quiere y el humor negro
parece que se amontona en los absurdos giros de un destino que nunca buscó. Tal
vez ha elegido la rebelión para tapar su enorme fracaso y es ahí donde
demuestra que tiene agallas. Mucho más grandes que las de cualquier hombre.
Mucho más nobles que las de esa ralea de individuos sin molde. Mucho más
temibles que las de esos culpables que se afana en buscar. No, no hay arrestos,
pero ella los tiene para repartir.
El director Martin
McDonagh articula la apasionante historia de una mujer que está dispuesta a no
rendirse jamás e, incluso, a ir un poco más allá sacudiendo conciencias y
ahogando con fuego toda la rabia que siente. El crimen se ha llevado lo que más
quería y exige justicia porque, sencillamente, no se ha hecho nada. Le da igual
lo que piensen sus vecinos. Le da lo mismo que murmuren en los bares. Cuando
una mujer quiere algo, más vale estar preparado, porque puede que la vida
busque en el interior de muchas almas aletargadas. E, incluso, es posible que
los hombres de mal perfil tengan algo de belleza en su interior porque ella
tiene razón y coraje.
Y esa mujer, dominadora
de toda la película, es Frances McDormand. Pasa por todos los registros para
demostrar cuánta valentía angustiada guarda esa mujer de agallas imposibles,
corretea con la historia de un lado a otro para llevarla justo al punto de la
admiración y llora en solitario porque, en el fondo, todo es una ilusión que se
desvanece con cada pista sin salida. A su lado, brilla con intensidad Sam
Rockwell, que también se quema para dar lo mejor de sí mismo y enseña el
rencor, el desprecio y la redención que encierra su personaje. Y nosotros, que
sólo estamos de paso en Ebbing, Missouri, nos damos cuenta de que la desgracia
nunca se va si no tiene un desahogo, que todo lo que despreciamos tiene otra
faceta que deberíamos considerar y que, de alguna manera, no estamos tan solos
porque, en cada determinación que tomamos, habrá gente que, en silencio, sabrá
comprender hasta qué punto comparten el sufrimiento y las ganas de agarrar por
el cuello a los que son verdaderamente malos.
7 comentarios:
Impresionante película. Terriblemente humana incluso en su parcela paródica.
Uno se ríe de la ignorancia, de la estupidez, del fracaso, de la pena, de la manipulación...se ríe, pero le cala. Encuentra sentido a todo lo que pasa aunque lo que pase parezca un sinsentido.
Supongo que habría otra forma de contar lo que nos cuenta la película, lo que si estoy seguro es que contado de otra forma a como lo hace McDonagh no nos llegaría tan dentro las miserias que componen e alma de esos humanos que a veces parecen caricaturas.
Tanto Frances como Rockwell están brutales y no menos bien está Harrelson, muy medido y comedido en ese papel de buena gente que no puede solucionar lo que no es solucionable, pero ha de comprender que se le exija que lo haga. Cabría pensar en otro comportamiento suyo si no estuviera tan en el límite como lo está en esta ocasión, quizá por ello es más comprensivo y menos arrogante. Es un buen tipo y seguro que un buen policía, pero evidentemente tiene un verdadero problema para manejar un equipo de mediocres y estúpidos ayudantes que son más propios de "La loca academia de policia" que de una verdadera comisaria de cualquier sitio que se precie.
La McDormand inmensa. La mujer que ha sufrido tanto que se ha cansado y endurecido hasta el límite, pro aun así vemos que se abre la puerta de una humanidad que parece escondida en una impresionante escena (la de la tos sangrante del interrogatorio). Rabia paciente, le han pegado tanto tantas veces (su ex, sus hijos, su vida) que su rabia ya no es de este mundo. Está aislada y sólo un objetivo la mantiene en pie, pero cuidado porque está de pie y así no hay quien la doble.
Rockwell es imbecil, un absoluto cretino, tan tonto que hace el mal por que no piensa y hace el bien de la misma manera. No tiene el cerebro para calcular cuestiones éticas y por eso su vida es una amalgama de decisiones incorrectas. Alguien le dijo que el amor le convertiría en algo mejor y él, estúpido, realmente lo cree cuando encuentra un acto generoso de quien menos podía esperarlo.
Es curioso, acostumbrado a las series donde los policías son inteligentísimos y capaces de encontrar pruebas indudables en lugares impensables, desmontar rebuscadas y firmes coartadas, encontrar detalles nimios que conducen al autor del crimen....te encuentras que saliendo de la gran ciudad y enterrandote en lso pueblos de la América profunda es posible que abunden más los torpes que con placa expuesta campan a sus anchas cometiendo desmanes sin que nadie reclame sanción.
Si hay que poner un pero, creo que hay algún personaje que no aporta demasiado, el pequeño gran Peter Dinklage por ejemplo, que sólo nos sirve para contraponer la dureza de una mujer que no está dispuesta ni a apreciar los acercamientos mas o menos cariñosos que la pueden alejar de su verdadero objetivo.
Abrazos con extintor
Una película impresionante por lo inclasificable, negro y triste, divertido a la vez, inverosímil por momentos y a la vez tan real. Un guión impresionante lleno de giros imprevisibles y cuando digo imprevisibles digo imprevisibles, y cargado de escenas memorables. Cito alguna de ellas.
La de la tos, el primer gesto de humanidad que le vemos al personaje de Mildred.
La última decisión del sheriff Willougby... y sus cartas (¿puede haber más emoción en esas líenas?).
La pelea en el bar entre Dixon y el violador y de fondo la maravillosa "The night they dove all dixie down" de Joan Baez
Mildered en el restaurante a su marido "Trátala bien" ( e indirectamente a la otra tonta del culo "No sabes la que te espera, maja").
Y mi favorita.
La del cervatillo. Mildred no tiene derecho a creer en la reencarnación pero el espectador sí, y sabe positivamente quién es ese cervatillo.
Si por algo destacan también estos tres anuncios es por el estupendo retrato psicológico de sus personajes. El maravilloso guión te lleva a empatizar con la gran Frances, aunque también tiene sus cosillas y en otro contexto sin duda sería una mujer totalmente repudiable - por mucha ira que lleve dentro, no se le hubiese permitido hacer lo que hace y tomarse la justicia por su mano. Yo creo que es una película no sólo sobre la ira sino también sobre la dignidad, y es que dentro de tanta estupidez, absurdo, violencia, delirio, estulticia, todos los personajes encuentran al final su trocito de dignidad. Si acaso el único que no lo encuentra es esa madre monstruosa que representa el resquicio de una generación totalmente cerrada y abominable, y que al final vemos cómo se queda plácidamente dormida. Pero como dice Rockwell en uno de sus muchos diálogos brillantes, las cosas han cambiado en el Sur, ahora ya no se dice "maltrato contra los negros", sino "maltrato contra la gente de color".
Abrazos escuchando "Chiquita"
Es curioso pero el personaje de la novia del ex, pequeño pero es un regalazo. 4 frases y es imposible no tenerla en cuenta. tan tonta como el más tonto, tan ingenua como el más ingenuo, tan buena gente como lo mejor de cada cual, tan perdida como la vida de todos y cada uno...imposible salir de un atolladero como ese. Lo ves, la ves, sabes lo que le espera y es imposible que no parezca adorable.
Abrazos desde el billar
Bueno, vuestros comentarios son tan certeros y profundos que poca cosa puedo añadir. Estoy absolutamente de acuerdo con lo que decís. La película llega con fuerza porque con la risa no te saca del drama. Además de todo ello, me parece todo un acierto en cuanto a la dirección (muy comedida a pesar de todo) porque podría ser una historia que se desboca y, sin embargo, se mantiene dentro de los márgenes de la contención con un admirable ritmo, un sentido del humor que, evidentemente, recuerda a los Coen, y con unos intérpretes que consiguen traspasar a la misma historia para contarnos la suya propia.
Cierto es que Woody Harrelson merece ser destacado por todas las razones que expone Carpet. Es un gran papel y tampoco sería criticable que tuviera su nominación al secundario, por mucho Rockwell que esté antes.
McDormand creo que se ha hecho con el mejor papel femenino del año. Está impresionante. Viéndola, uno se da cuenta del enorme trabajo que hizo en "Fargo" (en las antípodas de éste) y de su capacidad versátil. Y también nos damos cuenta de lo desaprovechada que ha estado siempre salvo en contadas ocasiones.
Lo de Rockwell...bueno, creo que es difícil encontrar a un actor que haga tan bien de imbécil. Es verdad que lo suele hacer (si me ponéis a prueba, no consigo recordar algún papel que no lo haga. Ahí está "La milla verde", o "Confesiones de una mente peligrosa", o "El último golpe" para corroborarlo) pero en esta ocasión es que consigue dar una vuelta a su prototípico papel y es un imbécil completo.
Es cierto que la escena del hospital le cambia totalmente pero creo que la espoleta, sobre todo, está en la carta que le dirige Harrelson. Bien visto eso, Dex, de que las cartas están llenas de humanidad, de bondad, de la mirada certera de un hombre que lo ha visto todo y que, sin embargo, tiene que irse sin hacer ni la mitad de cosas que tiene pendientes. En cualquier caso, toda la película es un retrato despiadado de la América profunda...por cierto, la misma que propició la victoria de Trump.
Lo de Peter Dinklage sí que está a medio hacer, pero me parece un personaje necesario. Tanto la escena del restaurante como la del incendio, se antojan claves para el desarrollo de la McDormand. Y hay que reconocer que lo hace realmente bien a pesar de tener tan poco espacio para el lucimiento.
Estoy de acuerdo en las escenas que citas, Dex, todas maravillosas (eso ya da una idea de lo bien dirigida que está la película). Yo también añadiría la escena del incendio en comisaría (impresionante), la del hospital y la del cura, que nos deja con la sonrisa helada pero bien puesta y nos retrata de una tacada a todo el personaje de McDormand.
El personaje de la novia del ex, sí, también es estupendo. Y vemos cómo McDormand, describiéndola, dice la verdad. En ningún momento miente en ese aspecto.
En cualquier caso, un auténtico gozo de película que te hace pensar, te hace reír, te hace admirar, te hace detestar y también te hace desear.
Por cierto, ya he visto al crítico de turno (un gilipollas al nivel de Rockwell) que dice que la película es....¡¡¡pretenciosa!!!
Abrazos escribiendo.
Pretencioso: Que alardea de sus cualidades, que pretende ser lo que no es.
¿Se supone que este era el significado que pretendía darle el crítico de turno?
Lo mismo dijo también que "Dunkerke" era intimista.
Bien vistas vuestras escenas, todas geniales.
Y yo añadiría casi la primera. El encuentro de Rockwell con los carteles y como pregunta primero a los hispanos, que no le entiendes y al segundo ( el negro) que ya nos indica quien y como es el policía. Esa escena ya nos marca el tiempo y el sentido del humor de la narración posterior.
También me gusta mucho la entrega de la carta de la mujer del sheriff a Mildred...La escena previa juega quizá al despiste, porque parece dar a entender que el tipo que la visita en la tienda es el violador que luego encuentra Rockwell y por tanto el supuesto asesino.
Abrazos que pretenden ser cariñosos
Por cierto, que si se de una peli de Rockwell donde no es especialmente tonto. Se trata de "Moon" una curiosa película de ciencia ficción con un sólo personaje, el que él interpreta, más una voz (la de Kevin Spacey) que es el ordenador de a bordo de la plataforma espacial donde se desarrolla la acción.
Una película interesante.
Abrazos desde el módulo
Pues supongo que sí, que es ése el significado que pretendía el pretencioso.
Fíjate que, en la mayoría de las ocasiones, nos cuesta sacar una o dos escenas memorables de las películas que vamos comentando. Aquí han salido unas cuantas y tú añades un par más con total justificación. Eso ya da una idea de la película que hemos visto. Pero no...es pretenciosa...no quiero ni pensar en lo que pueden decir de Joe Wright (y eso que en la de Churchill aún tiene cosas que merecen bastante la pena).
Cierto lo de "Moon", una película interesante aunque algo extraña. Quizá yo no entré demasiado en el juego que propone (que no deja de ser irremediablemente trágico) pero reconozco una película hecha con tres perras gordas y que, sin embargo, a base de talento, llega a una altura más que aceptable.
Abrazos repetidos.
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