martes, 12 de febrero de 2019

ALÍ (2001), de Michael Mann

Una sombra corre entre las calles de una ciudad cualquiera. Es un hombre grande, corpulento, que preserva su anonimato con la capucha de la sudadera bien calada. La noche es fría y solitaria y sólo un coche de policía rompe la monotonía de la madrugada. Los policías se dan cuenta de que el tipo es negro. Seguro que no es de fiar. Un negro corriendo de madrugada tiene intenciones escondidas debajo de la capucha. En ese momento, el coche de policía recibe una llamada de emergencia. Adiós, muchacho, ya te pillaremos en otra ocasión.
Muhammad Alí les despide con una mirada de desprecio. Esa misma mirada que ha tenido que lanzar una y otra vez para defender los derechos de la gente de color. Quisieron encerrarle en la cárcel por no ir a Vietnam, le desposeyeron del título de campeón del mundo de los pesos pesados. Era el más grande, el boxeador más legendario que haya pisado nunca un cuadrilátero, el más polémico y, por eso mismo, aprovechaba la más mínima oportunidad para salir en defensa de los suyos. Su baile inquieto alrededor del ring le hacía una presa difícil de cazar, a pesar de que era partidario de que el contrincante llevara la iniciativa. Siempre decía que era más fácil contraatacar que atacar. Y tenía la derecha más rápida de la Historia. Cassius Clay alias Muhammad Alí se equivocó muchas veces, lucho hasta la extenuación, ganó muchos combates y perdió pocos, recuperó el título mundial tres veces y fue el protagonista de aquella mítica lucha que se dio en llamar The rumble in the jungle frente a George Foreman, el hombre que tenía martillos en lugar de puños. Alí fue el campeón, siempre lo fue, nadie le quitó el título. Nunca hubo nadie como él.
Supo ganarse el cariño de cierta parte del público, se le echó en cara muchas de sus actitudes, sus cualidades físicas eran únicas y la prensa lo odió tanto como lo amó. El boxeador que picaba como una avispa y bailaba como una mariposa tenía la cualidad de resurgir siempre de sus cenizas y tuvo que demostrar al mundo entero que no sólo sabía lanzar golpes, sino que los encajaba como nadie. Se levantó de su suspensión por tres años, volvió a pelear, ganó a Quarry, perdió con Frazier y se enfrentó a Foreman con la mirada perdida, tratando de abstraerse de todo lo que le decían. Tenía que cansar a la bestia para poder acabar con ella. Sólo así, levantándose todo el tiempo, moviendo la cabeza para quitarse el atontamiento del último puñetazo, Muhammad Alí pudo tocar el cielo y volver a ser el más grande, el mejor, el único.

Michael Mann demuestra oficio aunque, en algunos tramos, se queda algo corto al retratar a esta mítica figura del boxeo que, aquí, cuenta con el rostro de Will Smith en un trabajo enorme, físico e interpretativo, que nos retrotrae a la época en la que Muhammad Alí fue el ídolo de millones de personas en todo el mundo, con sus defectos y sus innegables virtudes, con su directo al mentón y su baile inconfundible. Y quizá no nos quede más que asistir, maravillados, a la capacidad de recuperación de un hombre que se negó a entregarse al hoyo al que le condenaban. Eso es algo que sólo pueden hacer los que realmente son leyendas.

6 comentarios:

dexterzgz dijo...

Dos años separan esta película de "Huracán Carter". Y fíjate que, aun teniendo presente la gran interpretación que aquí hace Will, guardo mejor recuerdo y me quedo con la película de Denzel.

Y ahora voy a decir una tontada de las mías, pero es que a mí Michael Mann me parece un tío algo sobrevalorado. "El dilema" me parece de largo su mejor película y la primera mitad de "Collateral" pero el resto, psche. Incluyo "Heat" que revisé hace bien poquito para ver si el problema seguía siendo mío, me parece un thriller de acción como tantos. Ale, ya podéis sacar los cuchillos.

Por otra parte, y ahora voy a decir otra tontada, el cine de Mann me recuerda un poco a las pelis que hace ahora Adam Mc Cay. O mejor dicho "La gran apuesta" o "Vice" me recuerdan un poco al cine que hacía Mann. Son tíos que me transmiten un porrón de información en sus películas, te marean con sus montajes de aquí para allá (tampoco son Scorsese ni tienen a Thelma Shoomacker), pero en el camino sus films pierden algo de emoción.

Abrazos contra las cuerdas.

César Bardés dijo...

Por supuesto que "Huracán Carter" es mejor película. Es más ambiciosa, más terrible, más agresiva y más punzante. Al fin y al cabo, los personajes son muy distintos. Carter se erigió en un adalid del sufrimiento, del talento ahogado por un sistema que distaba mucho de ser igualitario. Alí era más un símbolo de rebeldía, dispuesto a desobedecer en todo aquello que le discriminaba por razón de color (de hecho, la película pasa de puntilla por su etapa en la cárcel). Y, también hay que reconocerlo, Norman Jewison es mucho mejor director que Michael Mann.
En cuanto a lo que apuntas de Mann...yo es que no lo veo sobrevalorado, lo veo irregular. Me gusta "El dilema", me gusta "Collateral" y me gusta "Heat" y, lo siento, no veo que sea un thriller de acción más.
Lo que sí podría achacársele es un exceso de "diseño" en sus películas. Esas luces, siempre difuminadas, esos pisos con cortinas, como si en Los Ángeles nadie pusiera cortinas en sus casas. Y, no, lo siento, tampoco veo conexión entre el cine de McKay (con un afán de ridiculizar y de cierto didactismo) con el de Mann que, repito, me parece flojísimo en otras películas como "Enemigos públicos", o "Blackhat", o la misma y terrible "Corrupción en Miami".
Abrazos diseñados.

CARPET_WALLY dijo...

A mi es que me parece que Michael mann lo que hace bien son los westerns y por eso sus mejores películas lo son : "El dilema" una del oeste sin disparos (el testigo acosado y el sheriff que le quiere llevar a declarar); "Heat" una de banda de forajidos y la cuadrilla del sheriff (un grupo salvaje sin tanto fondo) y "Collateral" el bueno y el malo sin feo al fondo (pistolero y colono vagando por el desierto de forma obligada y con enfrentamiento final).

Por ahí también estaba "El último mohicano" y "enemigos públicos" pero ambas me parecen bastante desaprovechadas.

Yo tampoco veo lo de Mckay por el formato y por el humor. Mann es muy expositivo pero le deja respirar a la historia sin cortar el ritmo ni saltar de tono.

En cuanto a "Ali" y "Huracan Carter", la diferencia entre ambas películas es la misma que entre los dos actores principales, por mucho que Will Smith esté mucho mejor de lo habitual.

Abrazos del oeste.

César Bardés dijo...

Pues no está mal tu proyección del cine de Mann en el western. No definiría tampoco así a "Heat" porque no me parece que sea un grupo salvaje sin tanto fondo, sino a un sheriff y un forajido que están extrañamente conectados porque ambos saben hacer muy bien su trabajo a pesar de que los dos, muy a disgusto, tienen que matarse.
En "El último mohicano", que causó sensación en su día, también veo que el personaje de Day Lewis es la perfección suma y quizá es lo que hace que menos me crea la película.
Y totalmente de acuerdo. Denzel Washington es mucho mejor actor que Will Smith aunque, hay que reconocerlo, en esta película Smith hace un sobreesfuerzo. Parece ser que el papel, de hecho, se le ofreció primero a Denzel pero que lo rechazó porque estaba muy reciente el éxito, precisamente, de "Huracán Carter" que también le proporcionó una nominación al Oscar, al igual que a Smith en esta. Eran otros tiempos...
Abrazos con guantes.

Alí Reyes dijo...

Tengo pendiente ver esa película. Y ahora que escribes de ella, mucho más

César Bardés dijo...

Sin duda, no es una película redonda, pero es muy ilustrativa no sólo de un personaje que fue muy polémico en su día, sencillamente, porque también era el mejor. Lo reconozco, es uno de mis héroes de infancia. También habría que destacar que, a pesar de ser un héroe que tiene mucho que admirar, Mann no duda en retratar también sus miserias y sin ningún tipo de reparo. De hecho, la reciente "Bohemian Rhapsody", en su estructura, tiene muchos puntos en común en cómo está planteada esta película. Si la ves, espero que te guste.