jueves, 7 de febrero de 2019

GREEN BOOK (2018), de Peter Farrelly

No hay nada como un viaje en estrecha convivencia para visitar rincones del interior de uno mismo de los que ni siquiera se conocía su existencia. Tal vez, al mismo tiempo que el paisaje exterior va pasando por delante de los ojos, caigan algunos prejuicios, se construyan otros, haya una cierta capacidad para la sorpresa, se deje un buen sitio al aprendizaje y, de paso, dé comienzo una hermosa amistad. La carretera es larga, la manta es caliente y queda mucho camino por recorrer.
Y así, desde una ventana quizá haya una cierta capacidad de asombro; desde un puesto ambulante, una lección para la honestidad; desde una taberna, una demostración de sangre fría; desde un coche, una conversación casual. No basta con ser un genio, también hay que asumir algún que otro riesgo para que todo el mundo se dé cuenta de que, tal vez, no todos somos iguales y no es precisamente una cuestión de raza, sino de talento. Los estados del sur se suceden y todos son iguales. Quieren lo mejor, pero son incapaces de dar nada. Y todo tiene un precio. Aunque sea el de la dignidad. Algo que, muchos de esos ricos y aparentemente cultos del profundo interior, no acaban de entender. Puede que un tipo acostumbrado a trastear por los patios del Bronx y un negro que toca el piano como los mismos ángeles puedan enseñarles algo.
Es cierto que esta película visita muchos lugares comunes y peca de una cierta previsibilidad. También hay algún punto del guión no acaba de estar bien atado, pero no cabe duda de que funciona. Sobre todo porque el tono elegido y que sobrevuela toda la historia es el de comedia y porque hay dos actores que dan lo mejor de sí mismos y la engrandecen con unas interpretaciones básicas, pero intensas. Viggo Mortensen y Mahershala Ali consiguen una química muy especial entre ellos y sus continuas escenas dialogadas siempre deparan alguna sorpresa agradable. Y, al final, puede que el entusiasmo lleve al aplauso amable, por un rato bien aprovechado a bordo de un viaje que nos va encantando poco a poco sin llegar al hechizo mágico.
Y es que no es fácil trasvasar la facilidad de palabra de un fulano de puño rápido e inteligencia viva, capaz de comerse veintiséis perritos calientes por una apuesta, y convertirlo en un duelo dialéctico con un fino y estirado solista de piano de pensamiento claro y mirada descreída. Ambos, con sus requerimientos y contestaciones, consiguen que las líneas discontinuas de la calzada pasen más rápido y que las largas horas de carretera sean acogedores momentos proporcionados por la manta de sentirse seguro y, sobre todo, acompañado. El país es muy grande y los kilómetros se cuentan por miles y es hora de decir a todos que es hora de cambiar, por mucho que los años hayan pasado y todavía haya miedo a comer en un sitio por el mero hecho de ser negro. Nunca está de más recordarlo de nuevo, aunque sea con una sonrisa en los labios y unos dedos bien ágiles dispuestos a acariciar unas teclas. Al final, siempre habrá una noche en el que las cosas son como deben ser y en la que el cariño se hace real después de un largo sueño de muchas millas. Nadie es más que nadie…a no ser por su valía. Y aquí, en esta película, podemos observar a dos hombres que se elevan por encima de la mediocridad tan sólo porque consiguen experimentar muy de cerca lo que significa el respeto.

8 comentarios:

dexterzgz dijo...

A mí me queda la duda de si esta película podría haber sido mejor de lo que es, o si, de puro previsible está bien como está y ya no se podía hacer nada más. No sé si esa previsibilidad es un handicap y juega en contra de que la película te acabe calando más (quizá la no nominación de Farrelly como director esté justificada de ese modo, porque maneja situaciones potencialmente muy fuertes desde el punto de vista emocional, y sin embargo... )

Es desde luego una película bonita, amable y que te va ganando poco a poco. Y tiene a dos actores que están magistrales ambos, es casi obligatorio verla en versión original porque el tema de los cambios en el acento y en la pronunciación a los que se tiene que someter el personaje de Viggo forman parte del propio argumento.

Con respecto a los Oscars, lo mismo estamos ante la tapada, lo cual visto lo visto igual ni nos escandalizaba. Si tenemos en cuenta que "Roma" es una propuesta demasiado de autor, es extranjera, es Netflix y encima en B/N, y "La favorita" es quizá demasiado marciana para la Academia, tal vez aquí pueda haber una candidata de consenso.

Abrazos desde el trono



César Bardés dijo...

Pues yo no creo que, visto lo visto, sea una candidata de consenso habida cuenta las protestas que está levantando dentro de la comunidad negra. Acusan a la película de dar una visión del "negro complaciente", que no se rebela y que, cuando necesita ayuda, no duda en acudir al poder blanco. Ojito porque la cosa se presenta muy complicada. Sigo diciendo que la mejor película va a ser "La favorita" y que "Roma" se va a llevar la dirección y la película extranjera. Al tiempo.
Sin duda, es una película acomodaticia, pero no percibo ningún signo de que no quiera serlo. Es decir, no es que quiera ser más. Es lo que es. Una comedia amable (quizá una de sus grandes virtudes es que no estamos ante un drama racial, ni aleccionador, ni nada de eso. Es una comedia. Punto.) que trata de contar una historia de carretera sobre una amistad que parecía imposible.
Al tanto habría que estar con, por ejemplo, lo mal (o más bien, chapucero) que evoluciona el personaje de Mortensen teniendo en cuenta la historia de los vasos. Pasa de eso a aceptar sin problemas trabajar para un negro.
El caso es que la Academia lo lleva crudo y eso pasa por nominar auténticas mediocridades.
Abrazos con un trocito de pollo del Kentucky Fried Chicken.

CARPET_WALLY dijo...

Solo una cosa, habida cuenta de que aun no he visto la película, al paso del último comentario de Bardés : "El caso es que la Academia lo lleva crudo y eso pasa por nominar auténticas mediocridades".

La cuestión es que lo triste es que tampoco había mucho más (al menos que hayamos visto aquí en España) que nominar. ¿Que se ha quedado fuera? "First man", "Gorrión rojo" o "En un lugar tranquilo", por ejemplo, son películas notables que tienen su punto ¿pero tanto como para mejor película? "Cold war" ya tiene mucho con haber colocado a su director en el quinteto.

Es cierto que algunas de las que si están tampoco parecen mejores, "Bohemian Rapshody" o "Black Panther" son los mejores ejemplos.

Y siguiendo con los oscares, he leído por ahí que el que está bastante enfadado (consigo mismo, o eso dice) es Bradley Cooper porque a pesar de las muchas nominaciones de "Ha nacido una estrella" no lo está a mejor dirección y por tanto es que se considera que su trabajo no ha sido lo suficientemente bueno. Y no lo dudo por falta de conocimiento, tampoco he visto su película.

Y sobre "Green book" una cosita, lo que me sorprende y deja de ser previsible es que un tipo como Farrelly que viene de "Dos tontos muy tontos", de "Algo pasa con Mary", de "Amor ciego" o de "Osmosis Jones", sea capaz de rodar una comedia lo suficientemente contenida (incluso elegante) que haga que vosotros dos digáis que es como mínimo agradable de ver.

Abrazos al volante

César Bardés dijo...

Cualquiera de las tres que nombras merecen estar mucho más entre las nominadas a mejor película que "Black Panther", por ejemplo (ni a los fans de Marvel les gustó, pero como hay que contentar a la gente de color...).
"Infiltrado en el KKKlan" no me parece tampoco una película que merezca estar nominada, y sin embargo lo está. Y lo de "Ha nacido una estrella", algo que se basa casi exclusivamente en el hecho de que está Lady Gaga en ella es bastante de juzgado de guardia. ¿Qué tal si, para empezar, volvemos a las cinco nominadas? ¿Qué tal si hacemos más coincidir los directores nominados con las nominadas a mejor película? ¿Qué tal si nos atenemos más al término "mejor"?
Bradley Cooper merece no estar nominado. Yo es que lo siento en el alma, soy muy fan de la versión de Cukor con Judy Garland y es que esta película (que algunos saludan como si fuese la historia del gran descubrimiento de una estrella que sube contrapuesta a otra que cae) es bastante mediocre, nos pongamos como nos pongamos.
Y lo de Farrelly, bueno, lo podríamos comparar a lo que hizo Wes Craven cuando sorprendió a todo el mundo y se salió de su territorio habitual para hacer una película tan "bonita" y tan "sentimental" como "Música del corazón" y que valió una nominación más a la, este año ausente, Meryl Streep.
Eso sí, esta comedia...pues eso, tiene su resorte casi exclusivo en la contraposición de los caracteres, que no tienen que ser necesariamente opuestos, pero sí muy diferentes.
Abrazos con mantita.

dexterzgz dijo...

Lo de Bradley es que es de traca. O sea que ahora se me queja de que no le han nominado a mejor director. Sospecho que Irina Shayk no es lo único que tienen en común este chico y Cristiano. Algo subidito me parece que tenemos el ego. No te basta con joder la película, quitar del plano a Lady Gaga para ponerte a cantar tú y a chupar cámara era ya el colmo de la vanidad. Y ahora resulta que encima quieres ser Fellini.

¿Y si volvemos a las cinco películas? Lo más sensato sería sí. Y aún sobran. La calidad del cine americano, unida al criterio que siempre han tenido los Oscars, no da pa más.

Abrazos dictando cartas

César Bardés dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo, Dex. Creo que a este chico se le ha subido el pavo a la cabeza y, de verdad, cree que ha hecho una obra maestra.
En cuanto a las cinco películas yo ya lo decía cuando me enteré que ampliaban el número de "nominables". Volvíamos a los años treinta cuando había diez o quince nominadas a la mejor película y, repasando la lista, muy pocas han quedado para la posteridad. Y eso que el cine aún tenía mucho que ofrecer.
Abrazo preguntando por los niños.

Chusdeleon dijo...

No se si será por mi estado vital, pero... madre mía como he disfrutado esta película. Es cierto que el planteamiento de guión chirría mucho, y que hay algunas cositas algo inverosímiles. Pero la interpretación que se casca Viggo Mortensen me ha sorprendido gratamente. No lo tenía yo en gran estima interpretativa y sus matices en el dibujo de este entrañable brutón me han descubierto un pedazo de actor al que seguiré en adelante con mas atención.

Creo que es un película necesaria en estos momentos de intolerancia, aumento de racismo y de sinrazón.

Aplaudo enormemente esta pequeña historia que encierra tantas y tantas cosas, ojalá mas películas así.

Abrazos ganados para la causa.

César Bardés dijo...

Es evidente que la película funciona a pesar de sus propios defectos. Yo creo que hacerla fue una apuesta bastante segura. En cuanto a Viggo, yo sí le tenía en estima como actor porque me ha gustado bastante en otras lides aunque un crítico por ahí decía que, hasta que ha aparecido esta película, Viggo no era más que "un jugador de equipo", lo cual, si lo interpreto correctamente, es bastante acertado.
Es cierto que es una película que habla de lo que habla y lo hace con precisión y, lo que es aún mejor, con buen humor, pero vuelvo a decir que la comunidad negra la está criticando bastante fuerte por esa imagen del negro "a lo Sidney Poitier".
Es un placer verte y leerte por aquí, Chus.
Abrazos con jazz.