miércoles, 29 de diciembre de 2021

BEING THE RICARDOS (2021), de Aaron Sorkin

 

El éxito suele ser un elemento muy frágil para quien lo tiene a manos llenas. Cualquier detalle puede desequilibrar ese momento cumbre. Un guión mal escrito, un rumor agrandado, una certeza confirmada…Todos son picos y palas dispuestos a derribar el muro de la fama. Lucille Ball y Desi Arnaz fueron, tal vez, la pareja más nombrada del mundo de la televisión durante años con su serie Te quiero, Lucy y, sin embargo, hubo quien quiso echarlos abajo después de muchas congas, muchas canciones de segunda, muchas películas de tercera y mucho esfuerzo para hacer reír a la gente.

Así pues, después de ser sometida a investigación por el Comité de Actividades Antiamericanas y ser absuelta de cualquier cargo, la prensa, sólo por el afán sensacionalista de vender y de publicar con letras enormes, siguió insistiendo en la posibilidad de que Lucille Ball, una de las actrices más graciosas de todos los tiempos, era comunista. Y ése es el punto en el que comienza a tambalearse todo. Desde la construcción de un guión que necesita ser acotado para llegar a la gracia indiscutible hasta la relación con su marido. Por supuesto, hay diálogos a doscientos por hora, una situación tras otra, una sensación de agobio creciente, una radiografía de lo que se cuece tras las bambalinas de la televisión con sus abogados y patrocinadores ojo avizor para que no se asocien las marcas con tendencias poco comerciales, la estúpida censura que no permitía que una mujer embarazada saliese por la pantalla de todos los hogares…Todo un entramado de intereses y frustraciones que van saliendo como si se tratara de una comedia de situación. Lo que sea con tal de salvar la serie de más éxito de todos los tiempos, con una audiencia semanal de sesenta millones de espectadores.

Aaron Sorkin escribe y dirige con su habitual soltura, aunque, quizá, pierda algo de fuerza al final. Aún así, la película es esplendorosa en presentación, ambientación y desarrollo, con un reparto de secundarios muy competente y en el que destaca por sabiduría, sarcasmo y precisión J. K. Simmons. No cabe duda de que toda la historia gira en torno a Javier Bardem, que, esta vez, parece muy cómodo en el papel de cubano agradecido a su nacionalidad estadounidense, listo como pocos, avispado y, en algunos momentos, genial. Y, desde luego, hay que hacer mención a Nicole Kidman que es la verdadera protagonista. Es una lástima que una actriz con hechuras de perfección, que lo tenía todo para ser una de las más grandes damas del cine, se haya quedado en una máscara que resulta más convincente en blanco y negro que en color. Es como asistir a la interpretación de una muñeca que apenas consigue expresión más que en sus ojos y no es suficiente. De otra manera, Kidman hubiera clavado un trabajo difícil y atractivo y no se diluiría gran parte del efecto dramático que pretende. Y, prácticamente, es el único defecto que se puede poner a una película, por lo demás, impecable, retrato atinado de las decisiones creativas y personales alrededor de algo que es todo un negocio en televisión y que es imposible de ver y, casi, imposible de creer.

Por otro lado, Sorkin acierta en pleno blanco cuando trata de describir el trabajo de una actriz tan soberbiamente dotada para la comedia, que pasó un poco de largo por el cine y que hizo historia en la pequeña pantalla. Una mujer que era capaz de ponerse en la piel del público para adivinar qué es lo que hace reír. Y eso es un trabajo muy difícil y verdaderamente apasionante. Te quiero, Lucy.

6 comentarios:

Sol dijo...

Una de las cosas que mas me gusta de tus cronicas cinematograficas es tu generosidad. Siempre enfocas tus criticas en lo positivo mas que en machacar los (posibles) errores y fallas que como todo en la vida tambiem se reflejan en el cine y sus realizadores.
Como te comente por Twitter a mi no me convencio que estos "Son los Ricardos". Me encanta tu comentario sobre Kidman; me parece acertadisimo; su mejor actuacion es cuando aparece en blanco y negro o de espaldas o de lejos porque si que calo las maneras y poses de Lucy. Para mi el casting de los dos protagonistas fue fallido: Ni Kidman ni Bardem tienen esa chispa que tenian Ball y Arnaz. Ambos expresaban un mundo; Ball con los ojos y Desi con la sonrisa y la picardia en los ojos. Comentando el casting con alguien, le decia que como hubiera sido la peli con alguien como Amy Adams y Andy Garcia, por ejemplo?
Luego, creo que el libreto peca de ambicioso (aspira presentar lo que implica escribir una comedia en los 50s; el McCarthismo de la epoca, las relaciones personales intraelenco, intramatrimonio, etc), y al final, cuando asas muchos conejos a la vez, ya se sabe...la gente que no vivio esa epoca, creera que todo eso paso en una semana porque asi esta presentado, cuando no es asi. En fin, que lo unico que rescato es el elenco secundario (como tu, pienso que J.K. Simmons, una vez mas borda su personaje; es un Fred/Frawley creible y entrañable), y la ambientacion.

César Bardés dijo...

Es que yo trato de amar al cine y no de acabar con é. Muchos, por eso, dicen que soy un crítico demasiado benevolente (y, ojo, mira que reparto estopa cuando es necesario), pero me alegro de que te des cuenta y de que, en este artículo en concreto, se te haya hecho tan evidente.
Yo creo que Kidman no está tan bien salvo en las ya comentadas escenas en blanco y negro en las que yo creo que sí clava a Lucille y que Bardem hace un gran trabajo como Desi, descubriendo una desconocida faceta de showman que, en ningún momento me parece tan mala. Bien es verdad que, con tu habilidad, has descubierto algo importante y que se refleja en la película. Desi tiene sonrisa conquistadora y picardía en los ojos cuando aparece delante de las cámaras...por eso,quizá, Bardem no lo hace tanto en el show. Todos los ensayos y fabricación de gags se centran en ella. Bien visto.
Estoy seguro de que Amy hubiera sacado el papel de Lucille con mejor nota, en blanco y negro y en color. Andy García...si exceptuamos el hecho de que está mayor ya para estas lides, no sé yo si hubiese dado ese aire cubano despreocupado y conquistador que,para mí, sí que da Bardem.
Bueno, en cuanto a lo de una semana....ya sabes cómo es el cine. Simbolizar y resumir lo más posible. Es como la vida pero sin los tiempos muertos. En cualquier caso, me parece un esfuerzo notable por parte de Sorkin de presentar los interiores de la televisión de los cincuenta que, en el cas de las "sit com" no se había tocado anteriormente. Y sí, J.K. Simmons merece de nuevo el Oscar con su interpretación.
Gracias por tu comentario, es muy esclarecedor y ensancha la mirada.

dexterzgz dijo...

Creo que aunque la película tiene ciertamente muchas virtudes, sigo viendo a Sorkin mucho mejor guionista que director. Creo que le falta ese golpe en la mesa para que está película pase de ser brillante a memorable, que mimbres tenía, algo así pasaba en la de los 7 de Chicago que de todas formas considero superior a esta. Veo que a veces Sorkin quiere tener el pulso de un Scorsese que por supuesto no tiene, pero es que esta película por época, por ambientes y quién sabe si por algo más me recordó en varios momentos a "Quiz Show" de Redford y tampoco veo color.

En cuanto a las interpretaciones, lady Botox me convenció aunque reconozco lo que dices, y me sorprendió todavía una química con Bardém que sinceramente no esperaba. Lo que sí me da la impresión es que Sorkin desaprovecha un poco a sus secundarios en especial a J.K Simmons que me parece un actor excelente.

Abrazos poniendo la mesa (y deseando Feliz Año)

César Bardés dijo...

Está bien esa definición que dices de que le falta un golpe en la mesa para que esta película pase de brillante a memorable. Estoy bastante de acuerdo en eso y, quizá, el tema está en que la película decae bastante en su tramo final. Se entretiene mucho en el desenlace. Sin embargo, creo que es una pelicula bastante valiosa, con una descripción muy válida del ambiente de la televisión desde el punto de vista de las sit-com y, desde luego, estamos bastante de acuerdo en lo que respecta a la interpretación del reparto. Muy bien Bardem, muy bien J.K. Simmons (en alguna secuencia está realmente brilante) y dudosa Lady Botox-Kidman que me parece estupenda en blanco y negro y una muñequita vestida de azul con su rostrito de porcelana y su canesú cuando está en color.
Abrazos catódicos y muy feliz Año.

CARPET_WALLY dijo...

Pues vi tarde (ayer), como siempre, una película que vosotros ya comentasteis en Navidades, pero así somos los que vamos tarde a todos los lados.

Brillante me parece una buena definición también para esta película. Es curioso que este tiempo mediocre no nos parezca suficiente y exijamos que sea memorable. ¿Estará entre las mejores películas de todos los tiempos? Es evidente que no, ¿Es una de las mejores del año?, sin duda. ¿La recordarán dentro de 10 años? No será fácil.

Pero es una gran película. la recuperación de una gran pareja de la historia de la televisión USA ( que es casi decir la de Occidente, yo recuerdo haber visto algún episodio de esta serie muy niño) no es tarea fácil. Han pasado 60 años de su cima de popularidad y el nuevo público puede reconocerles de oídas, de batallitas de abuelo. Casi tanto como ese temor mcarthiano que hoy podría parecer absurdo si no fuera porque lo vemos reproducido en forma de popularidad en las redes, de juicio sumarisimo, de politico-correctismo. de autocensura.

La ambientación es esplendida tanto como esos diálogos tan de Sorkin donde cada frase engarza perfectamente con la respuesta, donde hasta las sentencias en la línea del más puro Paolocohelismo resultan absolutamente naturales, realistas e inteligentes.

Y la interpretación:
- Voy a decir algo que ya he escuchado varias veces sobre Javier Bardem y que me parece efectivamente mágico. Su capacidad para convertirse en otro. Bardem tiene una imagen de marca como personaje público, algo altivo, comprometido politicamente (con lo bueno y lo malo que eso supone), falso modesto o vanidoso hipócrita, un malote que parece mirar a todo el mundo por encima del hombro.
Pero cuando interpreta se convierte: es un gallego tetrapléjico o un exitoso constructor del Levante, un asesino hierático sin alma o todo lo contrario un loco asesino que alucina con el vudú. Un atractivo cubano estrella de la tele o un ex espía del M16.
Creo, sinceramente que merece la nominación al Oscar este año.

-Nicole Kidman: Pues si, su rostro entre desfigurado e inmóvil le ha hecho perder muchísima gestualidad. No recuerda nada a Lucille Ball que era pura mueca, para la comedia física que ella dominaba la teatralidad gestual era muy necesaria. Y sin embargo...sigue siendo una actriz mayúscula, capaz de hacer que te olvides de todo esa parte negativa para integrarte en una mujer muy lista, con una empatía emocional superlativa, una celosa esposa, una angustiada estrella...Todo, no hay ni un momento en que no te la creas. Y efectivamente tiene una sorprendente química con Bardem...en principio dos personalidades que parecen polos opuestos.

-Jk Simmons: Pues de esos enormes secundarios otro que se comen las escenas que le dan. Si brilla hasta en "La La Land"...uno no sabe si los personajes que interpreta son así cuando los escriben o los Simmonsiniza, pero lo cierto es que no puedes imaginarlos ya de otra forma. Un enorme roba escenas, una presencia...un monstruo.

Y el resto a gran altura también, especialmente ese Tony Hale como Jess Openheimer, el amigo-productor angusttiado, muy brillante.

8,5.

Abrazos con público en directo

César Bardés dijo...

Por supuesto que Bardem merece la nominación de este año. A mí, más allá de lo que pueda pensar del Bardem-persona, es esa obsesión suya por distanciarse tanto de sí mismo cuando asume un personaje que llega a ser ridículo y le descubres todo el truco. Le ha pasado en infinidad de película. Desde "El consejero", que resultaba cargante, hasta "Skyfall" o esa estupidez congénita que es "Madre". Sin embargo, "Being the Ricardos" me encuentra con un Bardem excelente, comedido, bien medido, bien ejecutado, creíble y no tan exagerado. Incluso, si me apuras, su Anton Chigurgh de "No es país para viejos" está bastante en esa línea y, de hecho, es el que la inaugura. Lo que pasa es que ahí, a pesar de su transformación física también no demasiado creíble, opta por la impasibilidad y no se le ve tanto el truco.
En cuanto a Nicole Kidman...si ella es una excelente actriz. Tiene recursos, tiene belleza y tiene todo lo que tiene que tener. Pero resulta bastante ridículo verla con la piel estirada hasta los límites en los que parece que, más que una persona, es una muñeca de famosa. Y sí, hasta me recuerda a Lucille Ball especialmente en los trechos en blanco y negro de la película.
En cuanto a la película en sí, a pesar de reconocer que decae ligeramente hacia el final, es una muestra más de lo bien que lo suele hacer Sorkin, retratando el mundo de la televisión y el agobio del maccarthysmo, con personajes bien trazados, bien colocados y bien retratados, con coherencia y verdad y con una puesta en escena verdaderamente atractiva. No, la película no está nada mal.
Abrazos con risas enlatadas.