Con este artículo quiero desear a todos una Feliz Navidad. El blog quedará cerrado a excepción de los días 29 y 30 de diciembre y 5 y 7 de enero en los que publicaremos diferentes estrenos de la cartelera. Mientras tanto, id al cine. Ya se están viendo muchas salas llenas.
El
hombre araña debe empezar donde terminó todo. Y, claro, debe arreglar los
problemas que tiene pendientes. Y la juventud no es la mejor amiga para
afrontar con serenidad las soluciones. Ya se sabe, muchas hormonas, mucha
impulsividad y pocas ideas nítidas. A partir de ahí, se desencadenan unos
cuantos mundos paralelos que tratan de ofrecer la imagen completa de un chico
que tiene un gran poder y, por tanto, una gran responsabilidad.
Así que el fracaso ronda
por sus telarañas y se enreda en los entresijos de su azarosa vida. Trata de
conseguir ayuda y tampoco es la mejor solución. Debe de encajar un rompecabezas
que sólo está reservado para los adultos, sin todas las piezas, imaginando lo
que debe ser la aventura al otro lado del espejo, para salvar a los que ama,
para tratar de no hacer daño, para que su instinto arácnido, por una vez,
pruebe cuáles son las delicias que se hallan al borde mismo de los labios. El
beso del hombre araña tendrá que ser el único respiro cuando el recuerdo está a
punto de desvanecerse. Y habrá abundancia de telarañas, aplausos rabiosos,
algún que otro fleco que, si se piensa, romperá la pretendida lógica y, desde
luego, mucho entretenimiento.
El hombre araña deberá
taponar el dolor y los días serán diferentes, dando lugar a un nuevo principio
que no es más que la continuación de un final impío. La furia también aparecerá
en algún momento porque las pérdidas desorientan y establecen nuevas reglas. El
universo múltiple tiene grandes inconvenientes y los hechizos no deben tener
molestas interferencias. El día del hombre araña se convierte en la noche en la
que hay que ajustar cuentas con el destino, con los destinos, con las
confluencias, con las simpatías y con la certeza de que la soledad es algo
inherente al propio ser humano.
Puede que el único
problema de esta película sea que contiene tantas sorpresas que el espectador
no tiene tanto interés por lo que cuenta y sólo espera el próximo golpe
inesperado. Por supuesto, la acción es el móvil y el espectáculo visual existe,
algo habitual en el universo Marvel. Algunos diálogos son directamente malos y
otros tienen su gracia apoyándose en esas continuas sorpresas que van jalonando
su extenso metraje. Sí, no importa. Se sigue saltando con el hombre araña,
participando de sus preocupaciones terrenales y universales, sufriendo con sus
esfuerzos por salvar y volver al orden habitual, a la rutina ansiada que él
jamás podrá disfrutar. El resultado es que el público sale encantado aunque
está lejos de ser la mejor historia de Marvel. Y contiene la suficiente magia
como para que eso no sea motivo suficiente como para despreciarla. Todo el
mundo lo pasa bien. Y esa es la telaraña en la que todos nos quedamos
enredados, siendo presa fácil del hombre araña, dándonos vueltas hasta quedar
sepultados en su dominio, sin pensar en nada más, sólo acompañando a ese joven
que parece confuso, a pesar de su inteligencia, como tantos y tantos otros
adolescentes.
Así que no cabe duda de que es fácil abandonarse en la butaca y abandonar cualquier otra pretensión. Él es asombroso, es inmaduro, es increíble, es pena y también es alegría y, en algún momento, llega a ser júbilo. Mientras tanto, hay que acabar con unos cuantos megavillanos que han atravesado la dimensión del espacio y del tiempo y tratar de construir un futuro coherente. Y eso, en un apartado lugar de la imaginación donde habitan los super-héroes no deja de ser un ejercicio que va de lo inútil a lo imposible. Dejemos que nos embargue el beso del hombre araña. De vez en cuando, la pasión es muy recomendable.
2 comentarios:
Pues estoy de acuerdo, mega espectáculo al nivel de los últimos vengadores. Mucho personaje, mucha acción, más o menos bien cuadrado los saltos de universo, las apariciones de villanos y de otros mundos...
Y te lo pasas bien, te lo pasas muy bien. Incluso algunos chistes para muy iniciados ("Lo mismo en Queens hay algún Spiderman negro")...y momentos para la nostalgia con villanos y sus actores originales (no todos)...
Ahora bien, como película...pues creo que es de las que menos me gusta como está rodada. Creo que no hay ni una sola lucha y hay unas cuantas que no sea un barullo importante. Todo demasiado rápido, muchos focos de atención, todo precipitado...
Pero es cierto, como espectáculo funciona de maravilla.
Leí el otro día un buen artículo a propósito de la versión de "West Side Story" del tito Steven. La articulista, cinéfila de las de antes, reconocía entristecida que Spielberg había tirado de las fórmulas del cine clásico y ese formato no había atraído a las masas, (baja recaudación en la primera semana). La sala, según la autora, semivacía frente a los llenos de las salas con Spiderman en cartelera. La venganza por ·Tiburón" y crear el cine espectáculo, decía.
No sé si es del todo cierto, pero efectivamente, el cine ya no es lo que era. Y Spiderman es el nuevo cine.
Abrazos con anillo
Sigo diciendo que hay tantas sorpresas que se satura al espectador y lo que se espera es la siguiente sorpresa, no el siguiente combate, ni el siguiente giro de guión, ni nada de eso. Sólo la expectación de a ver qué es lo que nos tiene preparado la película. Y es que el tema está, probablemente, en que Jon Watts no sea, ni mucho menos, un director brillante. Ha dirigido las tres de Spiderman con Holland y ninguna ha convencido del todo, no como la primera de "Los vengadores" o la tercera de "Iron Man" que, para mí, son lo mejor del universo marvelita.
En cuanto a "West Side Story", habría mucho que rascar sobre ello. Esa autora tiene parte de razón, pero no del todo. Creo que reinventar un musical clásico, con fórmulas clásicas metiendo trampillas para hacer picar al espectador joven es la fórmula que no acaba de cuajar. Ahora bien, te diré. El espectador, así, en general, ya no tiene el cuerpo para musicales en su formato normal. Demasiadas canciones. Demasiado ponerse a cantar así como de repente. En el cine en el que la vi yo, aproximadamente media entrada, se salieron hasta seis personas...y no todas jóvenes.
Abrazos entre las telarañas.
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