jueves, 27 de enero de 2022

EL MÉTODO WILLIAMS (2021), de Reinaldo Marcus Green

 

Alcanzar el éxito siempre suele ser un camino jalonado de fracasos. Y, a menudo, en ese periplo hacia la fama, se olvida que hay una vida más allá de los objetivos. A dos niñas prodigio del deporte de la raqueta no se les puede hurtar el humor, las ganas de divertirse, la relajación, el disfrute. Es una profesión tan exigente que, cuando llega la hora de la retirada, hay que tener una base para poder seguir adelante, además de todo un bagaje vital que ayude a la concentración, a la dura perseverancia y a luchar contra la derrota.

Así, un padre que conoce todas las formas de perder, traza un plan para dos de sus hijas. Serán las mejores en lo suyo, pero será a través de una incansable motivación positiva. Tendrán que esperar su momento, pero, mientras tanto, ellas rogaran por competir. Los millones del patrocinio estarán en el próximo saque, pero solamente si ellas imponen las condiciones. Ellas son el centro y la periferia y nadie podrá quitarles su derecho a reír, a llorar, a ser ambiciosas, a triunfar…y también a no hacerlo.

Por supuesto, todo requerirá un enorme esfuerzo y una constancia reservada sólo a las campeonas. Las piernas deberán moverse rápido. Los golpes tendrán que ganar en puntería. La precisión será un medio al que dominar. Y eso no se consigue fácilmente. El entorno tratará de contaminarlo todo y sólo un padre con una incomparable fuerza de determinación podrá protegerlas, aunque el foco se traslade a él, aunque algunos, incluso, le tomen por loco. Nadie ha tenido a dos Mozart en casa y los cordajes de hierro con los que está tejiendo sus raquetas serán irrompibles.

Interesante película que habla sobre la grandeza de la superación y de la confianza frente a un ambiente poblado de oscuras intenciones. Con algunos momentos realmente brillantes donde se combina una cuidada selección musical con los movimientos casi coreografiados de las dos hermanas que asombraron al mundo con su forma de jugar, destaca la interpretación versátil de Will Smith que, definitivamente, parece especializado en películas deportivas o en vidas construidas desde la fe inquebrantable de unos personajes que deben luchar con denuedo frente a los duros condicionantes de esa vida que pretenden vivir. El resultado es un paseo por canchas de barrio, por estúpidos padres que, creyendo ver grandes campeonas en sus hijas, se comportan como demoledores elementos de presión, por desprecios y, sobre todo, por insistencias, por un deseo invencible, por no rendirse nunca. Incluso cuando está en juego el punto de partido.

No ocurre nada si se pierde, siempre y cuando sea un paso más en el aprendizaje. Ese cordaje resistente a las bolas más difíciles aguantará si se han dado los pasos necesarios para conservarlo tenso. Los golpes tendrán cada vez mayor seguridad. Y no importará el nombre del rival porque el juego es lo que importa. Sólo hay que pisar con fuerza ese suelo de conglomerado y hacer que la pelota corra rápido y huya de la devolución. Posición abierta para golpear y la derecha será definitiva. Si el plan fracasa entonces el fracaso es el plan. Y para ello hay que creer, sin lugar a ninguna duda. Tener la certeza inamovible de que el número uno del mundo está aguardando a las dos chicas que estudian y que saben cuatro idiomas, que tienen una complicidad especial con sus hermanas, que sueltan la carcajada igual que una raqueta lanzada al aire. Richard Williams estuvo ahí, con todos sus defectos, con su estricta planificación, con su fe, sabiendo qué es lo que pasaba en la cancha sin necesidad de estar viendo el partido. La confianza era su mejor resto.

6 comentarios:

dexterzgz dijo...

parece especializado en películas deportivas o en vidas construidas desde la fe inquebrantable de unos personajes que deben luchar con denuedo frente a los duros condicionantes de esa vida que pretenden vivir = parece especializado en películas que puedan darle el Oscar.

O eso parece. Que conste que el susodicho ya me está empezando a caer un poco gordo. Y no me caía mal y creo que no es mal actor, pero su sobreexposición mediática como decimos aquí me estomaga bastante. Y aún así es una película que me apetece ver.

Abrazos al resto

César Bardés dijo...

Es posible que, en esta ocasión, lo consiga. Pero te diré algo a favor de él. Nunca se repite. No tiene nada que ver este Will Smith con el de "En busca de la felicidad" o con el de "La verdad duele". Aquí luce un aire cansino, nada complaciente con el mundo, no creas que es la típica historia de padre coraje. Tampoco creo que sea un tipo que persigue incansablemente el Oscar, pero sí que está tratando de obtener un prestigio comparable, por ejemplo, a Denzel Washington. Lo hace muy bien. Además dices de la sobreexposición mediática. Es que es muy simpático, un tío con buen humor para todo y buen rollo. Algunos, incluso, deberían aprender de ello.
No está mal la película. No es ninguna obra maestra, desde luego, pero no está mal.
Abrazos en la red.

dexterzgz dijo...

Ya la he visto y me reafirmo en lo que antes era puro prejuicio, que el de Richard Williams es un papel prefabricado, a la medida, no sé si para arrasar en la temporada de premios como sostenía yo, o para labrarse una imagen a la altura de Denzel. En cualquier caso, no digo que no sea lícito esto - much@s lo han hecho y lo seguirán haciendo for ever and ever- ni que Will lo haga mal ni mucho menos, de hecho lo hace bien, pero me pregunto si eso es suficiente para ganar un Oscar frente a otras interpretaciones mucho más matizadas de este año como la del propio Denzel mismamente.

Por otro lado, me parece una película demasiado larga (la historia se cuenta en hora y media y aún sobra) y por ende reiterativa (es muy machacón con lo de vais a ser superfamosas y vais a ganar no sé cuántos Wimbledon. Me pareció un biopic rutinario y demasiado "amable" con el protagonista, tal vez porque precisamente hubiese requerido de otro actor más dispuesto a sacrificarse y quemarse a lo bonzo. También era difícil a) el protagonista está vivo y b) la película ha sido bendecida para sus hijas. De no ser así se podía haber hecho un retrato algo más ambiguo y menos hagiográfico del personaje, algo así como lo que hicieron en "Yo, Tonya". Tal vez, hubiese sido más interesante contar esta historia desde el punto de vista de Venus y Serena, sus verdaderas protagonistas, de cómo llegaron a triunfar en este mundo a pesar de ese padre manipulador. O tal vez pueda estar equivocado y hubiese resultado tan convencional o más.

Abrazos desde el fondo de la pista.

César Bardés dijo...

Yo creo que lo hace muy bien y que su personaje, en contra de muchos otros, es el de un perdedor que decide hacer triunfar a sus hijas por encima de cualquier otra consideración. Me imagino que las chicas han dado el visto bueno a la historia porque en los créditos aparecen como que han intervenido y dan su bendición.
El tema, sobre todo, es sobre los resultados de la motivación positiva y de hacer algo divertido de lo que es un puro sacrificio, algo a lo que no estamos acostumbrados los que somos padres. Sólo tienes que ir a ver un partido de fútbol de cualquier categoría de alevín para arriba y verás lo que hay por ahí y en eso, la película acierta de pleno.
Lo de que es demasiado amable con el protagonista...tampoco lo creo demasiado. Es un tío que tiene también lo suyo, que no duda en atraer el foco mediático con tal de que sus hijas tengan menos presión (eso ya lo pone él) y que, de la nada, consigue enseñarlas a base de su propio aprendizaje.
Sin duda, estoy de acuerdo, no es ninguna obra maestra. Es una película aceptable y siendo bastante indulgente, pero tampoco veo que haya que hacer un "Yo, Tonya" que, en el fondo, era todo un retrato de la falta de bagaje en la personalidad de unos caracteres hundidos en la América profunda.
Y sí, es verdad, es bastante manipulador. ¿Cómo es posible que un actor haga que un personaje tan manipulador te caiga aceptablemente bien? Creo que ése precisamente es el mérito.
Yo creo que otro de los méritos es que es un personaje totalmente quemado ya, está de vuelta de todo y ha probado el sabor de la derrota hasta límites insospechados. Y, además, la película tiene una virtud, al igual que "Rocky" termina con otra derrota. Y es que el éxito, invariablemente, tiene que pasar por ahí.
Abrazos sin mate.

dexterzgz dijo...

Es que te niego la mayor. No creo que sea un personaje que tenga que caerte TAN bien (ni aceptablemente ni nada), y si cae bien es precisamente porque no se llega hasta el fondo, no se liman bien las aristas y la balanza entre luces y sombras del personaje queda más bien equilibrada. De hecho me pareció un tipo más bien odioso, otra cosa es que Smith con su carisma nos lleve al huerto, y nos haga pensar lo contrario. Es además un personaje bastante frustrado, y te quieren hacer creer todo el tiempo que su plan obedece a un plan quasi divino y no es fruto de esa frustración. A mí por eso el retrato se me queda cojo, porque todos los indicios me llevan a pensar que el tal Williams era un tipo además de manipulador de lo más tóxico. Y no sólo con sus hijas, también con su entorno. De hecho, la película me empieza a interesar en la parte de Florida cuando la madre y el entrenador comienzan a pararle un poquito los pies al fulano.

Abrazos dentro de un carro del súper

César Bardés dijo...

Yo es que no creo que caiga TAN bien, sino que cae más o menos bien. Siendo objetivos, el tipo es un manipulador cuando pone "La Cenicienta", cuando está la policía en casa y, siempre, cuando se trata de dirimir el futuro de sus hijas más allá del deporte a través de los intereses creados en torno a él. Ahí, en esto último, es donde te cae bien, porque les da en todos los morros a unas personas que creen que, con el cheque por delante, pueden hacer lo que quieran y su personaje, nos guste o no, defiende a sus hijas para que tengan una infancia más allá de la red. Su plan no es que sea divino, no. Es simplemente que se ha propuesto que sus hijas triunfen, ya que él, personalmente, está muy lejos de eso, por mucho que haya sido el padre de dos campeonas. ¿Tóxico un tipo que no contesta a la provocación violenta que le hacen en el parque porque sus hijas están delante? No lo creo. Puede estar equivocado en alguno de los medios que utiliza para que su plan salga adelante (al igual que poner el plan por encima de todo es de lo más discutible).
Por otro lado, la madre, sí, le para los pies porque se da cuenta de que ahí es donde empieza a írsele la cabeza más de la cuenta. Y te voy a decir algo. Yo seré, posiblemente,un padre más tóxico. Cuando las lleva con el entrenador de Pete Sampras y comienza a dar indicaciones, yo estaba diciéndome a mí mismo que eso no lo haría nunca, por mucho que yo supiera del asunto (de hecho, me ha pasado). Yo callaría. Vería trabajar al fulano, y luego decidiría qué, cómo, por qué y de qué manera. Y creo que el tono de la interpretación de Will Smith es de lo más apagado, precisamente, para rebajar su enorme carisma. Un tío con la forma de andar de Denzel Washington, que parece que se va a comer el mundo, sería mucho más típico, tópico y prototípico. Y sería mucho más implacable. Y, tal vez, precisamente, la película en sí misma no quiere ir por ahí. El tío es implacable, sí, pero sólo hasta cierto punto. Lo es, sobre todo, con el entorno. Y ahí, lo siento, le doy cierta parte de razón.
Abrazos de revés.