Si queréis daros una vuelta y escuchar lo que hablamos en "La gran evasión" de Radiópolis Sevilla alrededor de "Los viajes de Sullivan", de Preston Sturges, podéis hacerlo aquí.
El tiempo siempre acaba
diciéndonos dónde vamos a terminar. Puede que incluso terminemos allí donde
todo empezó. En aquel entonces fue una placa, un disparo, una buena intención y
la tristeza. Ahora será una licencia, un disparo, una buena intención y la
desolación. Jake Gittes lo sabe muy bien. Todo porque decidió investigar la
posible infidelidad de un individuo que, en realidad, no hacía mal a nadie. El
tiempo merece ser pisado por las ruedas de un coche que arranca mientras a uno
le pinchan la nariz por husmear en negocios de altas esferas. Da igual. Todo
termina de nuevo en Chinatown, allí donde los sueños se truncan porque no hay
ningún otro sitio al que ir.
Jake Gittes dejó la
policía por un error. Ahora es detective privado y sabe que Los Ángeles se está
convirtiendo en un nido de corrupción porque siempre se construye sobre aquello
que es escaso. Y, en esta ocasión, el agua es escasa. Y mucha gente tendrá sed.
Y la ciudad se ensancha. Y seguir hacia adelante es más difícil. Y… déjalo, Jake.
Tendrás que morir por segunda vez para que la ciudad pueda saciar su sed. Por
el camino, deberás sumergirte en la más baja de las morales, despreciar las
cínicas representaciones que muchos van a hacer para ti, encajar las piezas de
un rompecabezas que acabarás por no creer y que no hará más que espolear tu
honestidad…esa misma que dejaste enterrada debajo del asfalto en el barrio
chino. Tal vez no merezca la pena, Jake.
Todo parte de un error
y, si lo piensas bien, parece que es el propio destino el que te empuja a
volver donde todo empezó y donde todo terminó. El mundo entero tiene algún
lugar como ése. Allí donde dejamos el corazón y no queremos pasar a recogerlo
porque está demasiado cansado, demasiado herido, demasiado quemado. Y, aún así,
volvemos. Volvemos porque hay que volver, porque no queda otra salida, porque
las cosas, como las venas del cuerpo, hacen que la sangre se mueva hacia el
corazón. En el barrio chino, Jake, allí donde nunca querrías volver.
Roman Polanski dirigió
el fantástico guión de Robert Towne realizando un homenaje al cine negro más
clásico y con un maravilloso Jack Nicholson de protagonista. En ese estilo de
actuar agresivo, único, se hallan todos los miedos y todas las respuestas de un
hombre que va a tener que soportar el dolor de nuevo. Por los mismos motivos,
por los mismos delitos y por esa maldita honestidad que juró dejar archivada en
el cajón de su escritorio. Jake Gittes muere sencillamente porque antes ya
había muerto. Y eso no hay quien lo niegue. Ni siquiera el destino.
4 comentarios:
Buenas,
¿Que se puede decir más de esta película? Una joya del señor Polanski, uno de mis directores favoritos.
Saludos.
Para mí, su mejor película. Por encima de otras que todos tenemos en mente. Una obra maestra que revolucionó el género negro de forma brillante.
Saludos.
Cine negro con mayúsculas. Como tu sinopsis, con mayúsculas.
Gracias, Susana, ya quisiera yo que algo que yo escribiera se acercara a una película como ésta, pero muchas gracias.
Saludos.
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