Los poderosos suelen
cometer el mismo error. Se meten con el hombre equivocado. Y eso es lo que pasa
con Vince Majestyk. Su única ambición es ver crecer sus sandías y venderlas al
mejor precio posible. Cuando termina la jornada de trabajo, sólo desea ir al
pueblo y tomarse unas cervezas. Sin molestar a nadie. Sin ser un estorbo. Sin
embargo, hay algunos matones que no están muy de acuerdo con los trabajadores
de origen mejicano que emplea Majestyk. Y es entonces cuando decide tomar
partido. Al fin y al cabo, no estuvo combatiendo en Vietnam para que ahora, en
una ciudad perdida de Nuevo Méjico, vengan unos cuantos tipos malencarados a
fastidiarle el negocio. Y esa especie de mafia rural que se ha establecido en
unos cuantos pueblos tratando de controlar a los trabajadores no sabe con quién
se está metiendo. No va a tener ni la más mínima oportunidad.
Así que, después de una
noche aciaga, con sangre de sandía y ráfagas desbocadas, Vince Majestyk no va a
tener piedad con los que pretenden dominar la comarca. Contará con algo de
ayuda, pero tendrá que coger de nuevo las armas que prometió no usar nunca más.
Él puede ser un granjero, pero de emboscadas sabe un poco, así que ya se pueden
ir preparando esos jefecillos de tres al cuarto que han conseguido trocear sus
sandías hasta dejar un buen montón de cadáveres.
No, no salgan corriendo
porque, esta vez, estamos ante una película de Charles Bronson. Merece la pena.
Su papel no es el del típico justiciero que va en busca de jaleo y, quizá, sea
la última ocasión que hay algo de cine en su filmografía. Esta vez el director
es el más que competente Richard Fleischer y el material del que se parte es un
relato del gran Elmore Leonard. Al lado de Bronson, bella y madura, Linda
Cristal. Y, por supuesto, un buen rifle para ahuyentar las malas presencias. La
película tiene acción, persecuciones, búsquedas y buenas dosis de suspense. Y
todo está bien distribuido a lo largo de la película para que el
entretenimiento esté asegurado. Puede que sea la típica historia de la presa
que se vuelve cazador y que, en algún momento, no da puntada sin hilo, pero
funciona, con inteligencia y buen criterio. Una muestra más de que el cine de
acción puede convivir perfectamente con un argumento un poco más complejo y
golpear, definitivamente, al aburrimiento.
Así que, sin
exageraciones, ni golpes de efecto innecesarios, tenemos a un hombre que se
enfrenta a unos tipos de cuidado. Por supuesto, la sombra de Acorralado puede nacer de aquí, pero la
película de Fleischer es más certera y menos dispersa. Y no es una cuestión de
odio, de resentimiento o de rencor. Es sólo supervivencia. Y la impasibilidad
que emana de esos ojos pequeños, muy entornados, casi líneas de encabezamiento
de la cara que observan todo sin inmutarse aunque, en algún lado de esa mirada,
yace un hombre que aún conserva algo de humanidad después de ir a la guerra.
Ése es Vince Majestyk, un tipo por el que cualquiera con dos dedos de frente
apostaría.
3 comentarios:
Charles Bronson , aunque predecible, siempre es oportuno
¿Dónde la viste? Es que en la red no la consigo en español
Es que es una de Bronson, pero buena. LA dirección de Richard Fleischer se nota, a pesar de que también le fastidiaron un poco el montaje final y él y Elmore Leonard estaban muy satisfechos de cómo había quedado.
En cuanto a verla, lo siento, tengo copia de DVD. Si no la consigues en español en la red, es que no está, probablemente.
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