Todo
empieza con unos pasos que resuenan a lo largo de un pasillo. Acompasados,
fuertes y decididos. Podrían recordar incluso a aquellos otros en los que Lee
Marvin clavaba tacones en el túnel de A
quemarropa. Y entonces, desde ese momento, se trata de montar una operación
de espías que podríamos denominar como El
desenfado de James Bond, con smoking, mujeres, cibernética y algo de
ironía. Sólo que en esta ocasión, el director Guy Ritchie no deja que la gracia
resida en la perplejidad, sino en la constatación de la supremacía de los
estúpidos.
Y no es que no haya
listos en esta historia. Los hay. De hecho, el personaje femenino más
importante es más avispada que todos los hombres juntos. Sin embargo, Ritchie
comete el error de dejar de lado esa retranca violenta que tan buenos
resultados le ha dado en Snatch o,
incluso, en The gentlemen y se
centra en ofrecer un espectáculo de
acción entretenido, bien coreografiado en sus escenas más complejas, con algún
que otro diálogo de cierta altura, pero despojando todo de ese cinismo tan
característico de algunas obras anteriores.
Sorprende ver el
regusto que Hugh Grant le está tomando a interpretar a malvados verborreicos
que son más pesados que una vaca en brazos y no deja de ser una broma el hecho
de intentar convertir a Josh Hartnett en un moderno Steve McQueen con
referencia explícita a Bullitt. Jason
Statham hace lo de siempre y Carey Elwes, aquel pirata Roberts que sedujo a
todos en La princesa prometida
comienza cogiendo el timón con fuerza y lo va soltando hasta ser, simplemente,
un coordinador con cascos digitales. Por supuesto, el argumento tiene uno o dos
flecos que merecerían ser repasados, pero en conjunto la película se deja ver
siempre y cuando no se exija demasiado porque Ritchie, ya se sabe, dejó de
tener ambiciones desde hace algún tiempo y ya no pretende la carcajada gamberra
sino, sólo tal vez, la risotada puntual dominada por la sorpresa.
Todo se articula en torno al supuesto misterio que representa algo de incalculable valor que ha sido robado de un laboratorio de Odessa y que, en teoría, nadie sabe lo que es a pesar de que se tienen noticias de varios compradores dispuestos a pujar. Lo malo de todo es que, cuando se sabe lo que es, tampoco es nada de lo que nunca hayamos oído hablar y que, además, obedece a un plan archisabido para destruir el modo de vida occidental, tan odiado y tan deseado a partes iguales. Hay que localizar intermediarios, convencer, asesinar aquí y allá, robar, descifrar, utilizar…en realidad, esta serie de palabras es bien inútil porque es exactamente lo que se espera de la historia, todo en sus debidas dosis bien jalonadas a lo largo del metraje. Los espías, salvo la chica, son de dos dimensiones, dedicados a lo suyo como grandes profesionales, pero no les saques de ahí que se pierden porque hay alguno que tiene hasta ciertos problemas psicológicos. Los vinos parecen estar en todas partes, ofreciendo sabor, textura y aroma, pero no funciona demasiado bien como metáfora del propio cine de Guy Ritchie. La banda sonora es funcional y adecuada y los distintos escenarios mundiales siempre están retratados con espectacularidad salvo Madrid, cuyo aeropuerto más bien parece el de Nairobi. Por lo demás, alguna que otra pelea de buenos mandobles, disparos a las doce y a las tres y ausencia total de historia de amor. Es tiempo de dejar las vacaciones y volver al trabajo y Orson Fortune se encargará de que eso sea lo menos traumático posible. Especialmente tras hundirle el cráneo a un par de sicarios que se han acercado a decirle unas cositas al oído.
2 comentarios:
Vaya, no sabía que se había estrenado, estoy muy fuera del mercado últimamente, sólo me apetece ver la de Chazelle y la Spielberg, en realidad.
Lei hace tiempo, no obstante, que habían retrasado mucho el estreno de la peli porque algunos malos eran ucranianos....ya vez tu, cosas de la coyuntura geopolítica internacional, que haces una peli con personajes anecdóticos y la cagas por imponderable putinianos.
Lo cierto es que Ritchie, como ya hemos comentado en otras ocasiones, no es la leche 8como en algún momento se llegó a pensar) pero es muy efectivo y entretenido y está bastante bien dotado para contar las historias con gracia y buen ritmo.
Coincido en que "The Gentlemen" es de lo mejor que ha hecho, pero su revisión de Sherlock Holmes, sobre todo amparada por la quimica de Downey Jr y Jude law, es también muy notable.
En fin, quizá merezca echarle un vistazo a esta...si no hay nada mejor en cartelera.
Abrazos sin aplazamientos
Sí, algunos malos son ucranianos, pero vamos, no se insiste sobre ello ni nada de eso, creo que el personaje de Hugh Grant lo dice una o dos veces y ya. Es que vivimos unos tiempos muy especiales.
Sí, Ritchie es efectivo, es entretenido y es casi brillante cuando pone en juego su particular sentido del humor que, últimamente, lo va perdiendo.
Sí, es cierto, "Sherlock Holmes" también es una película muy interesante. Lástima lo de la segunda parte que está plagada de errores.
Esta es entretenida, sin ser nada del otro jueves. No es de las mejores, pero es una buena película de acción. Para desengrasar.
Abrazos afortunados.
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