jueves, 7 de marzo de 2024

AMERICAN FICTION (2024), de Cord Jefferson

 

La política de lo incorrecto consiste en no escandalizarse porque el título de una novela situada en el profundo Sur de los Estados Unidos lleve la palabra “negro”. También está en escribir un libro para reírse de toda la estupidez basada en los estereotipos de la gente de color, titularlo procazmente y que el éxito llame a la puerta con la fuerza de un ariete. O…¿por qué no? Está en creer que estar en lo alto de la lista de best-sellers sea una puñetera vergüenza porque se han escrito unas cuantas líneas basándose en una jerga, sin ninguna cohesión dramática y con unos problemas centrales que a nadie importan, pero, eso sí, todo el mundo se siente aludido o concernido.

Por otro lado, la política de lo incorrecto también encierra secretos que no pueden ser desvelados y que merecen ser fusilados sin compasión. Al fin y al cabo, no es bueno que, de la noche a la mañana, te ordenen una temporada de vacaciones de tus cursos de Literatura, vayas a casa a ver a tu familia y a tu hermana le dé un ataque al corazón que la deje en el sitio. Eso, para qué nos vamos a engañar, también es la política de lo incorrecto, sobre todo, en esa área en el que no se pueden controlar los acontecimientos y que se agolpan, por sí solos, en el ánimo ya bastante maltrecho por el excesivo coqueteo con el fracaso.

Así que es el momento de montar una ficción puramente americana, basada en la obscenidad de cobrar una cantidad de dinero que roza la pornografía por escribir una auténtica basura que la ya falsa intelectualidad que puebla todos los estratos de la sociedad ha calificado de obra maestra porque “dice cosas que nadie ha dicho”, “pone de manifiesto la opresión blanca ante la desgracia negra” y “coloca a la raza blanca al borde de la culpabilidad generalizada”. Así estamos. En un mundo sostenido por falsedades llega un momento en que se encumbra la mayor de todas las falsedades.

Estamos ante una excelente película, dirigida por Cord Jefferson y con un intérprete entregado y perfecto como Jeffrey Wright, que encarna al hombre quemado por sus propios sueños y que se da cuenta de que, en realidad, no tiene nada porque, mirado de frente, nunca tendrá nada, por mucho éxito que tenga. O por mucho fracaso que acumule. Sencillamente, es una persona que está de más y que no disfruta de una cosa ni de otra. Bastante tiene el pobrecillo con mantenerse cuerdo en una ciudad de locos de atar. El guión es de una originalidad sorprendente, con algunas ideas narrativas excelentes aunque la dirección sea muy sobria. No llega al absurdo, pero es ácida. No es una comedia, pero hace reír. No es una tragedia, pero resulta triste. Así es esta película. En el fondo, es muy parecida a nuestras vidas aunque toque realidades radicalmente diferentes.

No es de extrañar que ante tal panorama, la mente opte por el escapismo fácil y decida vivir en un mundo que no es de estos días. Hasta los concursos literarios son cúmulos de estupidez supina que deciden premiar lo más vergonzoso. Mientras el misterio siga, serían capaces de otorgar sus bendiciones a cualquier libro que hable…no sé…de la dificultad de tomar una decisión a la hora de bajar una escalera. Bajo, no bajo, ahora sí, ahora no, mis motivaciones son, fueron, serán, tal vez, Dios mediante, espero no caerme, mis miedos, mis traspiés…seguro que luego llega algún crítico listillo diciendo que es la última gran obra maestra de un modo de escribir nuevo, o alguna tontería parecida. No les hagan caso. No tienen ni idea de nada. 





2 comentarios:

dexterzgz dijo...

Un debut muy meritorio el del tal Cord Jefferson, mejor como guionista que como propiamente realizador. Es una película que empieza un poco telefilmera y que no sabes muy bien dónde te va a llevar. Para mí hay un pequeño desequilibrio entre las dos historias que cuenta, la de la familia del escritor con algún que otro cliché, aunque tampoco llega a molestar demasiado. Luego sí, la de él, con su crítica a la literatura de masas, la cultura del best seller, de lo políticamente correcto y de la idiotez sin límites. Y Jeffrey Wright que está inmenso y que hará que todos nos acordemos dentro de unos años de esta pequeña gran película.

Por cierto ¿no es paradójico que una película como esta que al final de su metraje se dedica a lanzar pullitas a la industria cinematográfica se haya estrenado en nuestro país directamente en la plataforma que la distribuye sin pasar por salas?

Fucking hugs

César Bardés dijo...

Cierto lo que comentas del desequilibrio, pero tiene mucha gracia la película con esa denuncia de la tontería en la que caemos, con supuestos expertos que no tienen ni idea de nada y que encumbran la mayor gilipollez a la primera de cambio. Jeffrey Wright es que es muy buen actor y aquí lo hace maravillosamente bien en un papel que, en mi opinión, es muy difícil porque tiene que moverse entre la comedia, el patetismo, la perplejidad y la hartura y transmite todos los matices con sabiduría.
Es paradójico, pero no creo que tenga nada que ver. Ahí está Prime con sus imposiciones. Ya hicieron lo mismo con "Sound of metal", si te acuerdas.
Fuck