jueves, 27 de junio de 2024

DEL REVÉS 2 (Inside out 2), de Kelsey Mann

 

Dedicado a mi hijo, Javier, que, un buen día, fue sustituido por un extraño.

Poco se habla del luto interior que todos los padres llevamos cuando ese niño que ha sido un compañero de juegos, una fuente inagotable de alegrías y preocupaciones y la máxima expresión del amor y del cariño que podemos regalar, desaparece. No se sabe por qué, pero, en su lugar, aparece un adolescente, generalmente, malhumorado, al que ya no le gusta absolutamente nada de lo que solía gustarle, que rechaza todo lo que dices con aspavientos y desplantes y en el que parece instalarse un gesto de permanente disgusto cada vez que abres la boca.

En algún lugar de nuestro interior paterno, queda la mínima esperanza de que algo de lo que le has enseñado y de lo que le has intentado transmitir, resurja y vuelvas a ver una versión madura de ese niño que no dejaba de sonreír, pero el momento se eterniza. Parece no tener fin. Sabes que no es mala persona, pero se emplea a fondo en ir a las heridas más supurantes y ofende, y nunca pide perdón, y te vuelve la espalda, y te pierde el respeto, y piensa lo peor. La alegría parece haber sido reemplazada por la ansiedad y todo en él son miedos vergonzosos que se esfuerza en esconder porque cree que eres un ignorante, que no tienes ni idea de lo que pasa por su cabeza, que no comprendes su hastío, su anhelo, si es que lo hay. La ilusión ha volado por los aires y todo se asimila a una situación insostenible que se mantiene en el tiempo. La isla de la familia aún se halla allí, a lo lejos, prácticamente tapada por la de los amigos, que no siempre son la mejor influencia y comienzas a preguntarte si lo has hecho bien, si has cometido tantos errores como para que su comportamiento sea tan errático, tan discutible, tan veleidoso.

Pixar ha vuelto sobre los mismos problemas que acuciaban a la protagonista de Del revés, y lo hace con acierto. De forma muy básica, tal vez, pero irremediablemente divertida e ingeniosa. Ves muchas cosas reconocibles en ese cambio que se opera en ellos y que, a menudo, resulta un jeroglífico imposible de descifrar. La alegría se va desvaneciendo de su actitud y la ansiedad da lugar a todo aquello que hace de él un ser bastante rechazable, con el que no encuentras sitios en común, gustos similares o el simple placer de caminar juntos por la calle. Ya no existe nada de eso. Sólo la espera. El deseo de que esos hilos que se van tejiendo pasen de rojo a blanco y que no se deje vencer por las terribles tentaciones de este apestoso mundo que hemos creado para ellos. La palabra clave es no. Es nunca. Es la expresión del “no tienes ni idea”, acompañada de algún vocablo malsonante para dar más fuerza a su débil personalidad en construcción.

Sí, convertirse en adulto es un trabajo muy duro, y cuesta discernir cuál es el camino correcto dentro de ese laberinto de recuerdos apartados en el que también se mezclan tantos ratos que, para ti, son inolvidables. Quizá, incluso, en alguna ocasión, veas una fotografía de él en aquellos años de continua felicidad y las lágrimas salgan sin tarjeta de visita. Aquí, hasta la consola de los mandos está convenientemente trucada para que nada sea igual y no quede ni rastro de lo que de verdad ha importado siempre. Él. O ella. Ya no hay planes en conjunto. Su destino se ha separado, a pesar de que esté viviendo bajo el mismo techo. Y el dolor se hace tan grande que deseas llevar luto por ese niño que, a todos los efectos, ya ha muerto, porque ya han cambiado sus valores y no siempre para mejorar. Ni siquiera la música es la misma porque la corriente, a veces, es demasiado fuerte, y para ser aceptado es mejor adoptar la melodía que a los demás les gusta. Sin saber que, quizá, ni siquiera tenga ningún sentido de la armonía. Hay que seguir con ellos, siempre. Puede que la alegría vuelva a hacerse con los mandos y la ansiedad, por fin, se tome una tila.

4 comentarios:

dexterzgz dijo...

Hace tiempo que veo síntomas de desgaste en Pixar y "Del revés 2" no hace sino confirmarme esa sensación. Perdona que discrepe pero a mí la película no me parece tan divertida, tampoco tan ingeniosa como su precedente que claro jugaba con el factor sorpresa. Y ahí te digo que es donde se nota el desgaste de la fórmula, el recurso de cosificar objetos, como en Cars o en Toy Story, o conceptos más abstractos, caso de esta serie o de "Elemental", parece un recurso ya gastado. Más cuando Pixar sigue empeñada en explotar esta cuadratura del círculo antes que emocionar realmente. Me tengo que remontar a "Coco" para encontrar la última película de Pixar que me ha llevado hasta las lágrimas. Y antes que esa, pues no sé, ¿la tercera de Toy Story? En cualquier caso, ha corrido ya demasiada agua bajo el puente.

Dios no me ha dado hijos, pero el diablo me ha dado sobrinos y he podido sentir algunos de los síntomas de los que hablas. Al menos me das la razón en lo de que el planteamiento es demasiado básico - y al menos también tampoco estamos ante la metáfora rebuscada de "Elemental" o "Soul". Es otro de los problemas de Pixar y su afán "adoctrinador" (póngase entre muchas más comillas", sus últimas películas resultan demasiado adultas para los niños, y demasiado infantiles para los adultos.

Dedicas tu artículo a tu hijo, y sin embargo en la película apenas se explora la relación padres-hijos o al menos yo echo de menos una mayor profundización de la misma. Me parece que enviar a la protagonista a un campamento para relacionarse con chavalas exclusivamente de su edad (¿por qué no chavales?) supone un poco tirar por la calle de en medio y desperdiciar material. Por supuesto, las amistades, peligrosas y no peligrosas, son un asunto capital en la adolescencia pero todavía me lo parecen más los primeros desafíos a la autoridad paterna. Y lo que te digo, por qué no salen chicos en la película, el asunto hormonal tan importante en la adolescencia brilla por su ausencia. A no ser que se atisbe un primer amor homosexual entre la protagonista y su admirada nueva amiga (pero claro a Disney ahí tampoco le habrá apetecido meterse en camisas de once varas).

Y como dices, todo es demasiado básico, simple y reduccionista. Reducir la adolescencia a una época en la que predomina la ansiedad encaja con una visión demasiado capitalista en el contexto además de un campamento deportivo donde se inculcan valores relacionados con la competitividad. "Frustración" o " Deseo" me hubiesen parecido personajes más interesantes. Por cierto, el diseño de algunos de estos personajes (tanto en 3d como en 2d) me parece bastante lamentable.

Abrazos ansiosos

César Bardés dijo...

Pues sí que la pones bien. A mí sí me parece ingeniosa, por más que aprecie, como tú, signos de cansancio en Pixar. Me parece ingeniosa porque todas esas sensaciones que reemplazan a las primigenias las he sentido muy de cerca y he visto cómo la isla de la familia está en segundo plano, y la ansiedad domina muchas de las decisiones, y la alegría casi ha emprendido un destierro y la vergüenza ha pasado a ser un arma de doble filo que puede ser positiva y tremendamente negativa. Creo que están atinados. Es verdad que la resolución, el momento culminante, es algo falto de imaginación, pero el conjunto de la película...bueno, es que tal vez todas esas cosas que describe la película, aunque sea a un nivel básico, las he sentido y las he sufrido (seguro, como muchos otros padres). De ahí, que decidiera hacer un artículo basado en la óptica de padre y no en la óptica de la protagonista.
Te quejas sobre lo del campamento. Tengo dos consideraciones acerca de ello. Una es que va a un campamento deportivo y es lógico que todos sean del mismo sexo. Otro es que va de perilla que sea chica porque así se ponen en juego muchos de los valores femeninos que hoy en día están tan obligados a meter con calzador a la mínima. Bien es verdad que no se ahorran críticas al comportamiento errático adolescente y creo que ese es el objetivo primordial de la película. Sí, es posible que apunte a una relación lésbica con la amiga. Y volvemos a cerrar el círculo. Es algo muy propio de los tiempos que corren. Si no has tenido una relación homosexual, no eres nadie, con todo mi respeto para los homosexuales que son muy libres de elegir la opción que deseen.
Y yo sí veo que la ansiedad predomina en los adolescentes. También veo cómo las decisiones a consecuencia de la ansiedad pueden estar extraordinariamente equivocadas y, también, al menos en mi caso, tengo la certeza de que mi adolescencia, con sus tormentos, sus sufrimientos y sus cambios, no fue tanto así.
Es verdad que, tal vez, la historia se queda coja en cuanto a su proyección hacia la familia (también por eso he decidido hacer el artículo desde ese punto de vista que la película, prácticamente, obvia). Quizá ello sea motivo central en la tercera parte que, a buen seguro, también nos van a brindar.
¿Que no está a la altura de muchas otras obras verdaderamente maestras de la Pixar? Desde luego. No es una obra maestra. Es una buena película y punto, con varios defectos. ¿Que es algo más ingeniosa que muchas otras que han hecho últimamente? Sin duda.
Y con "Coco" te voy a contar un secreto. Sí, está muy bien, pero tampoco entiendo esa fascinación por los muertos que tanto han cegado a muchos diciendo que "es preciosa". Está bien, tiene sus momentos y tal, pero no comparto "la preciosidad de la muerte".
Abrazos vergonzosos.

dexterzgz dijo...

A ver, empiezo por el final, no creo que "Coco" destaque la "preciosidad" de la muerte, más bien refleja la muerte como parte de la vida. Y en ese sentido, sí que creo que en este caso el "adoctrinamiento" es acertado. Y no es preciosa, es conmovedora, lo de que me conmovió hasta las lágrimas es que es literal.

En cuanto a la película, sí, está claro que si se va a un campamento tienen que ser todo chicas. Pero por qué poner esos límites desde el principio. ¿ No hubiese ofrecido un abanico más amplio situar la acción en el propio instituto y ver a las protagonistas interactuar con sus compañeros, profesores y familia? Con respecto a lo de la inclusión, pues te doy la razón, ya cansa, y lo comentaba con una amiga, está muy bien que se visibilicen ese tipo de cosas, pero en algunos casos resulta forzado e impostado. Y se nota. Como aquí. ç

No, no me convenció demasiado. Pixar lleva tiempo un poco en tierra de nadie y abusando siempre de los mismos tics. Creo que al flexo hace tiempo que se le fundió la bombilla. O como decimos en casa "está haciendo mucho el tonto" y habrá que ir pensando en ir poniendo una nueva.

¿Una tercera parte? En mi cerebro creo que en estos momentos a los mandos de la consola se ha sentado "Pereza".

Abrazos con alegría (a pesar de todo).
Y suerte en tu charada.

César Bardés dijo...

Hombre, se trata de eso, sin duda (un mensaje que, cuando menos, resulta discutible para mostrar a los niños, pero vale, aceptamos "Coco" como cuento aleccionador sobre la muerte), pero hay mucha intención de emocionar, de hacer que la muerte sea una especie de altar en el que recordar a los seres más queridos. Ya sé que la cultura mexicana se fija mucho en eso, pero igual que a ti no te entra el mensaje adolescente, a mí no me entra el de la muerte como medio para pasar a la memoria.
Evidentemente, ahí le has dado. ¿Por qué no pasar a las inquietudes propias de las adolescentes en un entorno donde también haya chicos? Y ahí es donde entra el mensaje inclusivo y blablabla, que se esfuerza en disfrazar el papel masculino en las vidas que necesitan ser liberadas y esas son, naturalmente,las mujeres (los hombres no necesitamos liberación alguna, estamos felices de la vida).
Yo ya hace tiempo que me descolgué un poco de la Pixar. Pero tengo que reconocer que, durante una época, creí que el último reducto de calidad en el cine lo estaban ofreciendo ellos. Quizá es que también maduramos, y no siempre en la dirección correcta.
Abrazos nada, nada aburridos (por cierto, un personaje que me hizo mucha gracia)