jueves, 8 de abril de 2021

LOS ESTADOS UNIDOS CONTRA BILLIE HOLIDAY (2020), de Lee Daniels

 

La voz cansada y ronca de Lady Day parece resonar a través de los años con tanta fuerza que es posible que el cielo tenga críticos que siguen diciendo que su música es eterna. Por dentro, el coraje de una mujer que creía que no merecía la felicidad nos lleva por los terrenos del jazz más sentido, haciendo que no se puedan olvidar las notas de una extraña fruta, de una bendición de Dios hacia los niños o de una descripción en la que invita a disfrutar todo lo que fue ella.

Lo cierto es que, de vez en cuando, hay una canción que despierta las conciencias de todos aquellos que se acercan a escuchar, aunque su lamento sea para descubrir que, quizá, los derechos civiles están lejos de alcanzarse en una nación que se ufana de democrática y que aún no ha aprobado una ley nacional contra el linchamiento. Por el camino, Lady Day tomará unas cuantas decisiones equivocadas, se hundirá en los infiernos de una droga de la que es imposible salir porque posee demasiados vacíos en su vida y actuará siempre en contra de la promesa de la estabilidad porque eso significa que, en cualquier momento, se puede perder. Mientras tanto, la gente se quedará boquiabierta porque, entre las brumas y la desgracia, ella, única, especial, inimitable y valiente, pondrá los acentos en la diástole de nuestros corazones, con su voz, su sentimiento, su verdad expuesta en cada una de sus melodías. Ella no era canción, no era música, era una coda que tardó mucho en terminar.

No cabe duda de que Andra Day realiza un trabajo espectacular en la piel de la inmortal dama del jazz Billie Holiday. En maneras, en miradas desvaídas, en esa voz que casi regresa de nuevo para moverse al compás del humo de cualquier auditorio ansioso de arte y saxo. Tal vez, en algún momento, la película se alarga más de lo debido, pero el trabajo de la actriz y cantante es tan extraordinario que sólo esperas el siguiente pinchazo, la siguiente poesía de sus cuerdas vocales, la siguiente caída. Esforzada es la dirección de Lee Daniels, que no duda en presentar al FBI como una panda de mafiosos que trabajaban para ahogar cualquier atisbo de rebelión para que las diferencias continuaran, para que pudiera haber un nuevo linchamiento en cualquier campo del profundo sur de los Estados Unidos. Y se servirán de la traición, de la falsedad, de la decepción y del convencimiento de que nunca se puede alcanzar nada parecido a la igualdad.

Al lado de la gran cantante, estará El Presidente del Saxo, Lester Young, uno de los mejores solistas de la Historia, poniendo sensatez y serenidad a una mujer que acabará autodestruida en un camino presentido hacia la soledad y la desesperación. El foco, por supuesto, tendrá algún desvío hacia la improvisación que siempre es el amor, el derecho a unos pocos momentos en los que la libertad será un espejismo y la certeza de que la vida puede que sólo merezca la pena si hay amigos alrededor, aunque las agujas proliferen y la muerte tenga que venir poco a poco, como el inevitable final de una canción que, en el fondo, todo el mundo quiso escuchar.

En algún lugar, es muy probable de Lady Day esté intentando aprender unos pasos de vals con el verdadero amor de su vida en sus brazos, tratando de que no le pisen el vestido, conservando todo su carácter de rebeldía y de frustración, llevando al límite una tonalidad de voz que parecía arrastrada por el estropajo de la persecución, de la incomprensión y de la envidia. Al fin y al cabo, ella, viviendo una existencia despreciable, fue la primera dama del jazz. Otros, guardando la puerta al odio y al racismo, no fueron nada más que eficaces funcionarios al servicio del poder en la sombra.

4 comentarios:

carpet_wally@gmail.com dijo...

Hace muchos años, allá por los 70, recuerdo ver una película sobre la cantante interpretada por Diana Ross. estaba realizada en la linea de lo que hizo Bob Fosse con Lenny Bruce, mucho humo, muy brumosa, mucho garito, casi documental...La recuerdo poco, pero sé que entonces me pareció un personaje maravilloso, de hecho empecé a buscar discos de la Holiday, a escucharlos y estremecerme.

También recuerdo el homenaje de "Presuntos implicados" con su "Alma de blues" a la cantante y no puedo escuchar esa canción sin poner el rostro de la Ross, antes que el de la propia Billie.

Supongo que viste aquel film, ¿Qué diferencias hay? ¿Es esta mejor?...Ya que estamos, me interesa saber si merece la pena acercarme otra vez a este biopic o me quedo con aquel recuerdo brumoso.

Abrazos rasgando el alma

César Bardés dijo...

Me gustaría haber hecho una referencia a esa película que mencionas, Carpet, que no es otra que "El ocaso de una estrella", de Sidney Furie, pero, por cuestiones de espacio, decidí eliminarla. Tengo que decirte que no es, precisamente, una película que me gustara demasiado. Primero porque Sidney Furie era un director que quería ser muy vanguardista y estoy de acuerdo en lo que decía Michael Caine sobre él: "De todas las posiciones de cámara que se podían elegir, Sidney elegía siempre la peor". Por otro lado, hace mucho tiempo que no la veo (la vi una sola vez en televisión) y creo recordar que se centraba, sobre todo, en el lado más sordido de Billie Holiday, en su descenso al infierno de las drogas y a cómo se degeneraba como cantante y como persona. En esta ocasión, tengo que decirlo, Andra Day hace un auténtico papelón (ojo, es muy, muy posible que se lleve el calvo de oro a casa). Entre otras cosas, coge perfectamente ese estilo desvaído que tenía Billie al cantar y clava esa expresión medio adormilada que tenía la cantante. Por otro lado, sí, hay drogas en la película y cómo era una mujer que se drogaba, sencillamente, porque creía que no merecía la felicidad que se le ofrecía y que, por supuesto, arrastraba traumas muy graves. Para mí, ésta está mejor dirigida, con mucho sentido, con algunas secuencias realmente brillantes y se centra mucho (es, digamos, el quid de la película) en el lado más reivindicativo de Billie Holiday y de su lucha continua contra el FBI que veía en ella a una portavoz peligrosa de los derechos civiles que aún no habían comenzado a moverse con identidad propia. Impresionante la interpretación que hace la propia Day del tema "Strange Fruit" (una letra que deja la piel carne de gallina) además de otros clásicos suyos como el gran "God bless the child". Sinceramente, merece mucho más la pena que te acerques a esta visión que la que ofrecía la película de Furie, por mucho que sí, que reconozca que Diana Ross hizo un gran trabajo, sobre todo, en la parte interpretativa porque en la musical Diana no quiso renunciar a su propia forma de cantar y se parecía más bien poco a Billie.
Abrazos de justicia.

carpet_wally@gmail.com dijo...

Es cierto todo lo que dices de "El ocaso de una estrella" como película. Estaba más centrada en la sordidez y en el descenso a los infiernos, los planos son raros e incluso disparatados y Diana no se parece en nada a la Holiday cantando, pero a mi, como digo, me dejó un muy buen poso porque fue mi acercamiento a la música de la gran Billie.

Esa es otra, habría que valorar algunos de esos biopics cinematográficos no solo por sus valores fílmicos sino también por lo que suponen de acercamiento cultural a los biografiados. Es una forma de acercar grandes personajes agente que no los conoce o que jamás se hubiera planteado.

De acuerdo, vayamos a por esta, aunque tal y como comentas, esa trama que sobrevuela en cuanto a la persecución de los poderes establecidos me interese bastante menos.

Abrazos de vida

César Bardés dijo...

Pues es la más importante de la película. Sin embargo, ya te digo, no es panfletaria, es bastante objetiva. No ahorra críticas a la Holiday y esa trama de persecución, prácticamente, política, es parte inseparable de la propia personalidad de "Lady Day". Y, tranquilo, hay mucha música, retratada con gusto y con bastante pausa. Me imagino, y esto se me ocurre ahora, que tampoco querían hacer un acercamiento a Billie Holiday en la línea de "Judy" que se centraba muchísimo en su propio descenso a los infiernos y está demasiado reciente. Es una elucubración, claro está, pero es posible.
Abrazos bendecidos.