miércoles, 1 de junio de 2022

LA MUJER DE PAJA (1964), de Basil Dearden

 

Mezclar el amor y el dinero puede ser un cóctel con sabor a asesinato. Es posible que una enfermera italiana lo tenga todo para agradar al viejo, cosa que no es nada fácil, así que Tony Richmond va a poner en marcha todo un plan para que los ceros encajen debidamente y todo acabe y empiece de nuevo. Para ello, debe conquistar a María, la enfermera, y luego convencerla de que debe casarse con el anciano decrépito que no puede durar mucho. Primero, el amor como cebo. Después, el dinero como recompensa. Y va a haber que sortear muchas trampas por el camino. Por mucho que el viejo sea un estúpido que se esconde detrás de su amargura para arremeter contra todo y contra todos. Por mucho que María, oculta tras una máscara de sinceridad insolente, también sueñe con unos cuantos billetes verdes al lado del apuesto Tony. Lo más difícil va a ser fingir que alguien no ha muerto cuando está más frío que un pez. Así se podrán construir coartadas, engañar realidades y sentir éxitos. Basta con soltar la mentira apropiada en el momento justo y mantenerla pase lo que pase. Sin embargo, no se puede engañar a todo el mundo durante todo el tiempo. Y, quizá, algo más de humildad también sería aconsejable en la ejecución del diabólico plan.

Sin duda con el empuje de Sean Connery en plena época Bond, La mujer de paja se construye alrededor de sus personajes como una película de suspense algo melodramático, pero eficaz. No es una gran película, pero mantiene la tensión porque, de alguna manera, el espectador siente que el personaje que interpreta Connery debe salirse con la suya desde el principio. Entre otras cosas porque, con una mirada, era capaz de hacer mover a las estatuas de piedra. Y, por supuesto, también a Gina Lollobrigida, que se mueve en registros complicados para no mostrar la fragilidad de su personaje, tratando de sobrevivir en un bosque de lobos que todos quieren poseer. La dirección de Basil Dearden es sobria, con alguna que otra escena prescindible, con algún que otro pasaje desangelado que, tal vez, contribuyó a que, en su momento, la película fuera un fracaso. No obstante, la intriga funciona. Y funciona porque la gente mala, de algún modo, suele saber conquistar a los que se atreven a mirar.

Así que hay que prepararse para viajar en barco y disfrutar del sol y de la lujuria. El día se presenta difícil y es necesario contar una historia convincente a la policía. El viejo, al infierno. Lo auténtico es el presente, con sus apariencias, sus trucos y sus conquistadoras propuestas. Sólo hay que mantener la calma y hacer que los sabuesos se crean la historia. En el fondo, todo el mundo quiere creer una historia de amor que incluye el ablandamiento de un corazón que parecía de piedra. La verdad está detrás de un traje caro, de una mirada ambiciosa, de unos labios de pecado y de una cintura de dioses. El resto es paja que nubla la visión.

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