jueves, 23 de junio de 2022

LIGHTYEAR (2022), de Angus MacLane

 

En otro mundo de imaginación, los héroes todavía deben demostrar de lo que son capaces. El vacío del espacio exterior acabará por exhibirlos en un mostrador de juguetes para que un niño repita una y mil veces la misma aventura que acaba de ver en el cine. Una vez más. Y otra. Salvando a la Humanidad o a unos colonos del espacio, haciendo que el bien triunfe sobre el mal. Los héroes hacen que ya no queden dudas al respecto.

Así que ahí tenemos a Buzz Lightyear abriendo el camino de la hazaña para que la fantasía se haga realidad en cualquier cuento infantil, con otros juguetes como compañeros, porque, en su historia de origen, tiene a los mejores. Fueron valientes, intrépidos, decididos y capaces de vencer sus propios miedos. Las estrellas, al fin y al cabo, cuando tiemblan en su fulgor, no lo hacen por miedo.

Cualquier película con el sello de Pixar tiene una esperanza de calidad que no se sólo se circunscribe a la realización y al acabado sino también a su espléndida inventiva en la narración de sus películas. Lightyear, a pesar de ser un vehículo de cierta eficacia para los más pequeños, se destaca por su escaso brillo, probablemente debido a la ausencia de emoción que parece recibir todos los pasos de ese vigilante del cosmos que trata de proteger a todos con su arrojo, siempre innegable, y con su perseverancia, a veces, algo débil.

No faltan, por supuesto, homenajes a las consabidas 2001: Una odisea en el espacio, de Stanley Kubrick, o Interstellar, de Christopher Nolan, con sus saltos de tiempo que tan bien sabe explotar la capacidad de síntesis de la Pixar, que llegó a su máxima expresión con esos maravillosos quince minutos iniciales de Up. Aún así, la película no consigue conectar del todo, limitándose a una serie de viñetas trepidantes sin fuerza interior, quedándose a medio camino entre el infinito y el más allá.

Y es que los héroes no están cansados porque no son sólo vehículos de acción al servicio de la nostalgia. También deben tener una historia con cierta encarnadura, no limitándose a la belleza de la permanencia en las vidas provisionales de unos náufragos que, con el paso de los años, se encuentran más aislados del resto de la Humanidad. El corazón nunca debe de faltar cuando los malvados archiconocidos tratan de imponer los planes de la aniquilación. Eso es algo que todos los héroes saben cuando despliegan sus alas y hacen que todos los que les llegamos a conocer sepamos la auténtica medida de su valor. Más aún si eso se consigue con el espléndido subrayado que ofrece la música de Michael Giacchino, uno de los mejores valores de la cinta y, sin duda, un firme candidato a la sucesión de John Williams en el universo del pentagrama para películas.

Todo será difícil cuando se ponga demasiado en alerta. Un viaje de cuatro minutos se convierte en otro de cuatro años y pasar por los anillos en ruta es una muestra más del heroísmo del más experto de los pilotos. El siguiente paso, querido Buzz, será conquistar el firmamento en el cuarto de un niño que querrá a sus juguetes como un elemento más de su lento proceso hacia la madurez. La responsabilidad es muy grande. Y más vale demostrar ese heroísmo en un espacio que se conoce bien. En el infinito. En las estrellas. En ese lugar en el que la fantasía no tiene límites y los héroes nunca, nunca mueren. 

4 comentarios:

dexterzgz dijo...

Yo no creo que sea necesaria una película como esta para los que crecimos con la saga Toy Story. Como también dije en su día que, por muy entretenida que fuese, "Toy story 4" sobraba. Más que nada porque la trilogía había quedado cerrada y bien cerrada en el capítulo anterior. Lo demás es silencio... y ganas de hacer caja.

Es de agradecer que al menos los chicos del flexo no se hayan metido en libros de caballerías, que últimamente cuando les da por pontificar y recurrir al argumentario de lo políticamente correcto (véase "Soul" o "Red") se ponen un poco pesaditos. Venga, que me pongo un poco pesado con lo de que ya no hay ideas y el cine se muere y bla, bla.

Abrazos hasta el infinito

César Bardés dijo...

La idea en sí misma, no está mal. Es la película que vio Andy y que hizo que pidiera a sus padres que le compraran un juguete de "Lightyear" que, evidentemente, era un producto de "merchandising". Sin embargo, es que yo veo esta película y no le pido a mis padres que me compren a Lightyear, sino al gato que es mucho más atractivo. Además de eso, la película no tiene gracia, no es ocurrente como lo que se suele esperar de la Pixar.
Por otro lado, "Toy Story 4" acabó por ser una sorpresa porque parecía imposible que fueran a estirar la saga un capítulo más. Tiene su sentido porque querían cerrar un poco el personaje de Woody y su misión en el mundo. Acepto que haya personas que digan que, a pesar de que sea buena, sobraba (una muestra de que el cine sí tiene ideas sobre fórmulas conocidas).
Por otro lado, ganas de hacer caja...sí...cualquiera tiene ganas de eso. Otra cosa es que lo consigan y me temo que con "Lightyear" no lo van a conseguir. Dices que no recurren al argumentario de lo políticamente correcto...bien que meten el beso entre dos mujeres. A mí no me molesta, no me parece mal...simplemente me parece incongruente porque, desde un punto de vista narrativo, no me lo creo. Si es la película que vio Andy cuando era niño y que motivó que pidiera a sus padres que le compraran un Buzz...estamos hablando del año 95 y dudo mucho que en el año 95 ni siquiera se pensara en la posibilidad de meter un beso entre personas del mismo sexo en una película de dibujos animados. O sea, que lo meten con calzador. Aparte de eso, sí, es un segundo, apenas nada. No hay razón para el escándalo porque se hace de forma discreta y, por supuesto, no hago caso de las pamplinas de los de siempre, pero narrativamente, no se lo cree nadie.
El cine, insisto, no va a morir. Ha resistido a la televisión, a los video juegos, a internet...dejando aparte que sí que hay crisis y que la salvación pasa por ser más creativo...¿crees en serio que van a acabar con él?
Abrazos desde el más allá.

Alí Reyes dijo...

Bueno mi hermano... Pixar es una marca de calidad en sus productos, pero si usted le vió algún lado débil, así será pues usted sabe de eso. Gracias por la nota. No tenía conocimiento de que había salido esa película

César Bardés dijo...

Bueno, no hagas demasiado caso de los críticos (de ningún crítico). El ejercicio de la crítica sólo se trata de escribir una carta para quien quiera leerla que se limita a orientar. El resto es cosa vuestra.
Gracias por el comentario.