martes, 6 de septiembre de 2022

EL AGENTE INVISIBLE (2022), de Anthony y Joe Russo

 

Existen algunos individuos que se dedican a limpiar las vergüenzas inconfesables de los servicios secretos. Están cuidadosamente seleccionados y han sido reclutados atendiendo a diversas circunstancias de contrastada rigidez. No deben tener familia, ni amigos y es posible que hayan tenido algún que otro problema en el pasado. El trato, al fin y al cabo, es la desaparición total de su expediente de cualquier archivo embarazoso a cambio de sus inapreciables servicios. Lo malo de todo esto es que los servicios secretos no tienen por qué ser los buenos.

Sierra Seis es uno de esos individuos. Es el típico hombre solitario, que no ha necesitado de ningún agarradero afectivo para continuar con su vida. Tal vez tenga algo de aprecio por aquel otro cazador de cabezas que consiguió ver algo que merecía la pena en su interior, pero eso se guarda en el baúl de las cosas que jamás deben ver la luz. Y la hora, naturalmente, llega. Es ese momento en que el asesino a sueldo que trabaja para la compañía en lo que eufemísticamente se denomina “operación encubierta” resulta un estorbo porque no hace lo que debe o, si lo hace, es a destiempo. El campo de batalla será Europa. Y la vista de pájaro será esencial para que ni el más abominable de los mercenarios sea capaz de echarle el guante encima.

Son hombres de gris, que se confunden con la multitud con una extraña facilidad. Tendrán algún que otro apoyo, pero será también para asegurar la supervivencia ajena. Todo lo que Sierra Seis ha aprendido a través de los años, deberá ser puesto en práctica y a prueba. Praga, Viena, Londres, Washington serán los escenarios. Y lo que nadie podría esperar es que ese “limpiador” que ha trabajado para la compañía tiene un lugar, en un sitio bien escondido de su corazón, en el que conserva una idea muy clara de hasta dónde puede llegar y de la diferencia entre el bien y el mal.

Hay que reconocer que, en esta ocasión, Anthony y Joe Russo han articulado una notable película de acción, con un ritmo trepidante que casi no da ningún respiro. Hay alguna que otra secuencia de lucha que tiene una realización discutible, pero el punto de partida es irremediablemente atractivo y ponen en juego acontecimientos que destacan por su originalidad, con peleas bien ideadas, con situaciones interesantes y, desde luego, con un tópico suelto sin anilla de seguridad. El resultado final es muy alto porque el trabajo de Ryan Gosling sigue siendo, a pesar de lo que digan los supuestos entendidos, un modelo de contención en el que se da a entender todo el torrente subterráneo de sentimientos que se desencadenan en su interior. Chris Evans, por otro lado, peca justo de lo contrario. Excesivo y, a ratos, bastante convincente, no duda en dotar de crueldad cínica a su personaje, con cierto ramalazo delicado para construir una vida que en ningún momento se llega a intuir. Billy Bob Thornton es el secundario con textura, Ana de Armas parece que se está acostumbrando a ser una mujer de armas tomar y pasa con nota y siempre es interesante volver a ver a una actriz sólida en un breve papel como Alfre Woodard. El resto, por supuesto, son dobles juegos, mentiras a medias, arrogancias propias del puesto ganado con demasiada rapidez y la seguridad de que las cloacas de cualquier estado están infestadas de ratas creadas a su conveniencia y a consecuencia de sus intereses. Así que no duden en ponerse a cubiertos porque las explosiones proliferan por doquier, las emboscadas son lo habitual y Sierra Seis va a perder una buena cantidad de sangre mientras trata de acabar con la injusticia con la seguridad que sólo puede proporcionar la experiencia de haber acabado con todo lo que se mueve. Ustedes no se muevan. Puede que pase de largo. 

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