viernes, 16 de septiembre de 2022

NOP (2022), de Jordan Peele

 

Charlas de seguridad antes de rodar un maldito anuncio con abundancia de gráficos e interpretado por una estrella de cine más ajada que la cortina del baño de un hotel de tercera. Desesperación por una muerte absurda porque del cielo cayó lo impensable. La vida apretando haciendo que los tréboles pierdan su suerte y se conviertan en fantasmas. Sólo queda mirar hacia arriba…o tal vez no. Entre las nubes, inmóviles, blancos visillos para escondites perfectos, se tapa el cielo devorador. Hambriento. Insaciable. Perfecto. Y algo vergonzoso.

Así que, quizás, los caballos tengan unas cuantas respuestas cuando el cielo se vuelve gris y la lluvia se torna violencia. La curiosidad mata al que se atreve a mirar y  puede que las desgracias que debieron ocurrir tuvieran, simplemente, una suspensión temporal. El destino se escribe de rojo y los días áridos terminan siendo noches inundadas. Cámaras, documentalistas, inadaptados, descentrados, despreciados…todos se juntan para hacer un equipo imposible y captar la imagen deseada en una época en la que sólo vale el último vídeo subido a la red o la última muerte grabada en directo. Cabalgar contra el viento no deja de ser un acto de heroicidad para alguien que sabe en cada momento lo que hay que hacer. Como un forastero llegando a un pueblo desierto. Como una chica de salón que tiene marcado el instinto de la supervivencia. Como el encargado de un bar que maneja ordenadores en lugar de vasos diminutos. Como el viejo que está de vuelta de todo y siempre quiere ir un poco más allá.

No cabe duda de que Jordan Peele es uno de los realizadores más originales del panorama cinematográfico actual y que destaca siempre por unas excelentes ideas, desarrolladas con paciencia, narradas con imaginación y visualizadas con sobriedad. Aquí, destaca por el delicado rompecabezas que va armando en gran parte del metraje, dando tiempo, explicando cosas que, en el fondo, son bastante inexplicables, otorgando tensiones realmente inquietantes. Peele, sin embargo, se equivoca dilatando tanto el final, metamorfoseando reglas y alargando innecesariamente una acción que acaba por perder un poco la atención obsesiva que se ha ido ganando a pulso durante el resto de la película. El resultado es bueno, pero, sin duda, con algo más de contención, eliminando alguna que otra escena que no añade nada y que subraya lo que es más que evidente, hubiera conseguido algo parecido a una muy buena película, con mimbres, incluso, de leyenda. Eso sí, una vez más, extrae una interpretación más que notable de Daniel Kaluuya que está muy por encima del resto del reparto. Por el lado contrario, Michael Wincott interpretando a esa especie de Stanley Kubrick documentalista que, por aquellas cosas de los guiños, se llama Holst, nombre del compositor de la pieza sinfónica Los planetas.

Así que dejémonos de tanta comercialidad y reconozcamos que Peele apuesta por un cine fantástico notoriamente diferente y que maneja de forma excelente algunos de los resortes del género. Es un hombre que sabe de cine y sabe cómo hacerlo y que, a pesar del enorme éxito que tuvo Déjame salir, aún tiene que ofrecernos una obra maestra del suficiente calibre como para que los críticos de las generaciones futuras le recuerden sin una sobredosis de aerofagia. Y esto no lo digo por ser grosero u original. Tal vez lo mejor sea no mirar arriba para no ser víctimas del cielo devorador que nos acecha en las pantallas de los ordenadores, en los parques temáticos o en la estúpida publicidad que se cuela en nuestras casas.

2 comentarios:

dexterzgz dijo...

En general me convenció la película con algunos peros en los que básicamente coincido. En un principio puede parecer algo arriesgado y loco esa mezcla de géneros tan en teoría alejados (recordemos aquel pequeño desastre que era "Cowboys and aliens"). Pero el planteamiento de Peele es sorprendente e incluso original. Y yo, chico, cada vez valoro más que me sorprendan en el cine, lo cual por otra parte cada día es más difícil. En su contra, pues sí, yo le hubiera quitado un poquitín de metraje, hubiera pulido más algún que otro personaje o eliminado algún brochazo de humor grueso (demasiado yankee e infantiloide para mi gusto). Y pese a todo, a su duración sobre todo, hay que reconocer que la peli está muy entretenida. Me dieron unas ganas locas de revisar "Los pájaros" o "Señales" de Shyamalan. Dicho sea de paso, el primer Shyamalan me parece mejor director que Peele que me resulta mejor guionista que realizador propiamente. Y Kaluuya cada día me gusta más.

Abrazos al galope

César Bardés dijo...

Yo creo que el último tercio de la película es realmente flojo. Sin duda, es una apuesta arriesgada y tremendamente original con esa mezcla de géneros que hace que, en el fondo, el espectador sienta que no sabe muy bien dónde va a llegar todo. El inicio es impactante y hay algún brochazo un poco delirante (lo del director de documentales que al final pierde la cabeza y eso, no está muy conseguido). Ahora bien, los dos primeros tercios son muy buenos. Por su originalidad, por su forma de contar (el susto en la granja en la primera noche de las cámaras, con el bicho en el objetivo). Y sí, estoy de acuerdo contigo,Shyamalan es mejor director (sus acabados formales son mejores, entre otras cosas) y Peele es posiblemente mejor guionista que realizador. Me da que en esta ocasión podríamos llegar a la conclusión rápidamente de que el guión escrito es mejor que la película finalizada. Kaluuya es que domina muy bien las miradas. Es un tío que aquí tiene un aporte de tranquilidad, de héroe que es muy bueno, porque ni es tranquilo (en realidad, el personaje sufre mucho pero en ningún momento se da a entender) y no es un héroe, sólo hace lo que cree necesario.
Abrazos volviendo grupas.