martes, 10 de noviembre de 2020

LA HABITACIÓN DE FERMAT (2007), de Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña

 

Puede que la vida no sea más que la suma de un conjunto de ecuaciones matemáticas de soluciones infinitas. Juntar en una cena a unos cuantos matemáticos no deja de ser un ejercicio de ciencias exactas. Más que nada porque todos tienen una incógnita sin resolver y eso multiplica los desarrollos. Las derivadas de sus actos son irresolubles y ya es hora de que lleguen al final. Todos están identificados con una tarjeta con el nombre de un ilustre teórico de la ciencia matemática. Todos tienen un secreto en su interior. Y deben exponer en una pizarra qué es lo que han hecho y por qué han guardado silencio.

Mientras tanto, el misterioso anfitrión les propone resolver unos cuantos enigmas que deben más a la lógica que a la matemática, pero, mientras tanto, imaginan cuál es la razón del encuentro y quién está detrás de la cita. El tiempo corre y las paredes se estrechan como castigo y el raciocinio debe estar presto, así que comienzan a pensar y, también, a pergeñar algún medio para detener esas paredes que se acercan como un monstruo para dejarlos en un plano geométrico sin ángulos muertos. Fuera, uno de ellos, cae en una trampa que a punto está de no tener resultado. La evasión está algo escasa de fuerza y las soluciones a los problemas caen tras los segundos de rigor. La habitación de Fermat no es más que un supuesto en el que todas las variables no son suficientes para llegar a una solución salvo que tengan un valor inferior. Y se trata de que estas mentes privilegiadas bajen hasta sus propios infiernos para poder escapar. Las integrales no abundan por muchas derivadas que se planteen.

No deja de ser un ejercicio de cierta brillantez, algo desinflado al final, esta película dirigida por Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña. El manejo de un espacio cerrado que se va haciendo más pequeño por momentos tiene su angustia impregnada en cada una de sus escenas, con sus ocasionales salidas al exterior para seguir las peripecias del miembro de la reunión que se ha ido antes de que el problema se plantee. La fotografía es excelente y los actores, especialmente Santi Millán, están a un nivel de ambigüedad que llega a ser matemático. Las referencias inevitables a La huella, de Joseph L. Mankiewicz, o a Dentro del laberinto, de Jim Henson, están presentes a lo largo y estrecho de la cinta y el misterio es atractivo, con cinco posibles sospechosos y todos implicados. No importa que el desenlace sea algo precipitado y falto de fuerza porque lo apasionante no es el final, sino el desesperado viaje que se hace hacia la agonía del supuesto. Es como si supiéramos perfectamente cómo plantear el problema y su desarrollo y, al final, nos equivocáramos en una operación que no tiene nada de sencilla. Buen desafío, buena intención. La intriga está ahí, esperando ser despejada.

2 comentarios:

carpet_wally@gmail.com dijo...

Es cierto que es una película que se desinfla un poco al final, pero el planteamiento y el desarrollo te atrapa mucho, aunque a veces se caiga en algún giro un poco simplón.

Creo que está muy bien interpretada, Millán trata muy bien a un personaje bastante alejado de la comedía que es su género habitual, Luis Hoamr es una garantía y tanto Alejo Sauras como Elena Ballesteros no desmerecen demasiado. Mención aparte es la de Luppi, pero su personaje es más corto.

La cuestión es que me recordaba un poco, salvando las distancias, a "Cube", pero mucho más apegado a la realidad y sin concesiones al futurismo distópico para explicar lo inexplicable. hace poco también vi "Escape Room" que juega con unas claves similares, pero con más aparataje y menos interés.

Sin ser una película redonda, se queda bastante lejos, me parece un buen ejercicio de género del cine español. Curiosa, interesante y bien escrita y filmada (no es tan facil moverse bien en un espacio tan cerrado).

Buen rescate el de este film, desde luego. Hay cosas por ahí que merecen mucho menos la pena y nos las venden con mucho más boato.

Abrazos para leer en una PDA.

César Bardés dijo...

Pues bastante de acuerdo en tu valoración. Buenas interpretaciones, un planteamiento original y absorbente, un final desinflado, algún que otro giro que sobra...he hablado con algún lumbreras matemático y la desprecian con furia porque dice que tiene muy poco de Matemáticas y que los problemas que plantea son casi infantiles. Está bien vista la semejanza con "Cube", aunque encuentro muchas diferencias también (ahí el giro genial estaba en saber quién era el verdadero listo) y, desde luego, me parece superior a "Escape Room".
No, no es redonda, pero está bien, es una película que atrapa bastante en sus planteamientos y, en algún momento, incluso, cae en la virtud de no saber muy bien a dónde te quiere llevar.
Por eso la he rescatado. Si se puede aportar un granito de arena para que haya gente, aunque sean pocos, que la descubran o redescubran, valdrá la pena el esfuerzo.
Abrazos con tiza.