Un día y medio en la
vida de Harry Stoner es casi toda una razón a la que aplaudir cuando se tiene
ocasión de verla. Quizá no ha sido un tipo con demasiada suerte. Ya se sabe.
Primero vino la guerra e ir a combatir a algún campo de batalla desquiciado con
las balas silbando alrededor. Y aún así, su actitud se podría comparar a la del
tigre porque nunca dejó de soñar en aquellos días de furia y sangre. Creyó que
podría llevar adelante un proyecto de vida a través de un negocio que, sin
duda, crecería con el tiempo. Pero todo se ha ido despedazando poco a poco.
Está cansado de luchar…aunque no baje los brazos. No sabe qué rumbo tomar ahora
que su empresa está a punto de ir a la quiebra. Puede salvarla, pero si lo
hace, tendrá que renunciar a todos sus convencimientos morales. Y no es fácil
para un hombre como Harry enfrentarse a ese dilema. O toda una vida de trabajo,
o toda una vida de convicciones. Siempre creyó que la honestidad era suficiente
como para vivir…siempre que hubiera un trabajo sólido que la respaldase. Y la única verdad es que el mundo ha cambiado
demasiado desde que se forjaron aquellos sueños de prosperidad y estabilidad.
Ya no hay nada seguro, ya no hay nada a lo que agarrarse. Todo es corrupción
moral dentro de una sociedad a la que Harry no está muy seguro de pertenecer.
Incluso la locura parece que asoma tímidamente en su mente aunque trate de
apartarla a manotazos. Lo que está claro es que, igual que el tigre, Harry no
se va a rendir así como así. Pervivirá, supervivirá, vivirá. Sólo por mantener
la mirada objetiva sobre el más oscuro de los futuros.
Son tiempos de
provocación, de mediocridad, de cansancio agotador, de lucha inútil y de
principios destruidos. Y el grandísimo Jack Lemmon, con sus expresiones, sus
posturas, sus diálogos y su creación al más alto nivel, nos introduce en la
piel de este luchador que se sitúa entre la espada de los negocios y la pared
de sus creencias morales. El resultado es uno de esos en los que el actor se
eleva por encima de la película y la sobrevuela, con una sabiduría excepcional
y única. Y tenemos el convencimiento de que, en el interior de su personaje,
las cosas no son como las habíamos imaginado, de que la derrota acecha en
cualquier vuelta de esquina, de que nos podríamos quedar pegados al asfalto si
dejamos que todo nos devore y nos anule. Por esa y por muchas razones más, es
necesario salvar al tigre, al hombre de clase media que no deja de ponerse la
ropa de combate cada mañana, intentando encontrar soluciones a muchos, muchos
problemas y tomando cientos de decisiones diarias con las que el más mínimo
fallo puede significar el fracaso. Y ése, quizá, sea el mayor de los miedos.
Tal vez sea una película para ver muy de cerca con la mediana edad, cuando el
perro está dormido, la luz es muy tenue y reina el silencio por toda la casa.
Así veremos cuán cerca podríamos estar de alguien tan al borde del abismo como
Harry Stoner.
2 comentarios:
Casualmente el otro día revisé "Así es la vida" en la que Jack Lemmon interpreta a un personaje igual de neurótico que este. La verdad que son dos películas perdidas y olvidadas, pero son maravillosas ambas. Y Lemmon era un actor extraordinario, puede que no fuera apto para todo tipo de papeles, pero era un seguro de vida para cualquier director.
No sé como hubiese llevado este Harry Stoner la actual situación de confinamiento. Lo mismo se hubiese ya tirado por la ventana. Siempre nos quedará el cine como tabla de salvamento.
Abrazos en crisis
Lo de Jack Lemmon era de otro planeta. Sí que en "Así es la vida" interpreta a un neurótico, igual que este, pero, será que soy un poco tontorrón,pero creo que es muy diferente el matiz entre uno y otro. Eso, en definitiva, es lo que distingue a los grandes actores. Siempre son diferentes aunque siempre sean el mismo.
Harry Stoner, en esta situación de confinamiento, probablemente ya se hubiera vuelto loco (no digamos el neurótico de Lemmon en "El prisionero de la Segunda Avenida"), pero, sin duda, hubiera dado un buen repaso a su conciencia antes de tomar cualquier decisión.
Abrazos de tigre.
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