martes, 9 de mayo de 2023

EL CORONEL VON RYAN (1965), de Mark Robson

 

-. ¡Conseguirá la Cruz de Hierro por esto, Von Ryan!

Una huida hacia adelante en la que hay que prescindir un poco de los sentimientos. La rendición italiana ha servido para que unos cuantos prisioneros decidan evacuar todo el campo de concentración a través de las líneas enemigas hasta el mar con un tren atravesando todo el país. Los nazis, por supuesto, están ocupando todas las posiciones que poseían sus antiguos aliados. Y Von Ryan, como llaman al Coronel de aviación americano que se ha hecho con el mando de los prisioneros, capitanea todo el plan de fuga. Los raíles son odiseas porque hay que ganarse la libertad metro a metro. Von Ryan tiene que tomar decisiones difíciles, improvisar trampas, dejar de lado cualquier consideración. Todo con tal de alcanzar un horizonte y conseguir que los hombres bajo su mando vuelvan a sus casas. La misión será tan compleja que el mar se antoja demasiado lejano y el destino cambia a Suiza. Al fin y al cabo, las vías también serpentean a través de los Alpes y a los alemanes no les va a ser fácil seguir las huellas del convoy de Von Ryan. Es todo tan imposible que puede pasar cualquier cosa a la vuelta de la siguiente traviesa. Y no faltará el elemento de la venganza con el facineroso fascista italiano que está dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de devolver el golpe de la humillación sufrida en el campo de concentración. Von Ryan tiene todo en contra. Empezando por la antipatía de su plana mayor.

Intriga, tensión, nervios, entretenimiento, diversión…Eso son los vagones a los que se une el expreso de Von Ryan. Puede que no sea todo muy creíble, pero es endiabladamente trepidante, con buenas secuencias, disparos, suspense a raudales, enfrentamientos verbales continuos. Un uniforme alemán, ya se sabe, da para mucho juego cuando se trata de atravesar las líneas enemigas para volver a casa. Todo se reduce a una mera cuestión de supervivencia en cuyo camino el líder no hace, precisamente, amigos. Frank Sinatra incorpora con aires inflexibles a Von Ryan, sin dejar de acudir a su marca de fábrica en la que el encanto también tiene algo de sitio. Trevor Howard, su oponente británico y, sin embargo, aliado, pone a prueba su capacidad de furia para no estar de acuerdo con algunas de las decisiones que toma Von Ryan. Es inevitable que Sinatra sea Sinatra, pero también lo es el hecho de que, en algunas ocasiones, estás de acuerdo con las protestas de Howard. Y Edward Mulhare, muchos años después el jefe de El coche fantástico, incorpora con gracia al único de los miembros de la evasión que sabe hablar correctamente el alemán. Eso no sería ningún problema si no fuera porque es capellán y todo lo que puede hacer tiene ciertos límites.

“Si un hombre escapa, es una victoria”, dice el Mayor Fincham (Trevor Howard). Y ése es el objetivo. Conseguir un buen puñado de triunfos frente al enemigo. Ése mismo que no se lo piensa dos veces antes de apretar el gatillo y fusilar a cualquier que ose desafiarle. Y tal cosa es, precisamente, lo que hace el Coronel Von Ryan, un aviador americano en medio de un mar de británicos, que está permanentemente cuestionado.

2 comentarios:

Alí Reyes dijo...

Este guión pareciera escrito por Alistair McLean

César Bardés dijo...

Sólo le falta la nieve.